3 - No todas caen tan fácilmente

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LUNA BLOSSOM

Hora: 2: 30 pm. (14: 30)
Lugar: salón de clases

La clase de matemática por fin terminó. Siempre fuí mala con los números, odiaba las mates y por esa razón la clase pasaba sumamente lento ante mis ojos.

— Camille —la llamé—
— ¿si? —me contestó—

Para mi sorpresa, hoy en la mañana una chica había comenzado a hablarme, se llama Camille Skies.
Ella es rubia con los ojos color miel, es muy bonita, es delgada pero tiene buena forma y es un tanto más alta que yo además de ser muy inteligente.

— quería saber si podías ayudarme con la tarea... —le pregunté mientras jugaba con mis dedos—
— claro, está muy fácil —se encogió de hombros—
— para ti sí —sonreí apretando los labios—

Ahora estaban estos magnificos 30 minutos libres que dios —el director— puso entre cada clase.
Yo y Camille nos dirigimos hacia el patio trasero para hacer la tarea.
Al llegar nos sentamos sobre el césped, bajo algún árbol, sacamos nuestros libros y lápices para comenzar.

— si sabes calcular, ¿no?—me preguntó mirándome—
— sip

Pasaron los minutos, ella me decía que procedimiento tenía que hacer y yo calculaba, al menos eso sí sabía como hacerlo.

— ¡odio la matemática! —exclamé mientras pasaba mis manos por mi cara en un gesto de frustración—
— yo también —se encogió de hombros—
— si la odias, ¿como es que puedes ser buena en ella? —indagué—
— estudio —me respondió— aunque no me guste es una de las asignaturas básicas

Pues vaya, si yo no soporto las matemáticas no puedo ni siquiera esforzarme en estudiarlas, ¿Que se supone que estudie si no sé nada?
En la primaria era muy buena con las mates, pero justo cuando ingresé en la secundaria empecé a caerme en esa materia; todo se me volvió tan confuso... En fin.

— ¡hola, hola! —saludó con una sonrisa de oreja a oreja pintada en la cara—

Camille puso los ojos en blanco.

— ¿que haces aquí? —preguntó ella—
— vengo a... —me miró— dar un mensaje

Camille puso poker face.

lárgate Keyler —le dijo—
— ay dios, flaca ¿cuando cambiarás un poco ese mal humor?
— ay dios, rubia oxígenada ¿cuando dejarás de ser tan idiota? —ella habló en tono burlón—

Yo solo los miraba hablarse, ponía mis ojos en Camille cuando ella hablaba; luego los ponía en Keyler cuando él le respondía y así.

— emmm... —puse poker face
— ¿Si, Luna? —dijo Camille—
— ¿ya terminaron?
— ¡Lunita! —Keyler tenía una sonrisa parecida a la del joker en su cara—
— ¿y esa confianza? —elevé una ceja—
— ay... que Camille no te contagie con su mala onda, bueno yo solo vengo a darte un mensaje
— ¿Qué? ¿De quién? —pregunté—
— de Adrien, mi ciela

Camille rodó los ojos, pero se mantenía callada.

— ¿wat?¿Que quiere ese? —tenía mi ceño fruncido—
— dice que quiere verte —se encogió de hombros—
— ¿a mí? —me señalé a mí misma con el dedo índice— ¿para qué?
— yo no sé, mi trabajo era darte el recado, no sé que querrá. Pero bueno Lunita, eso no importa, ven conmigo.

Keyler intentó halarme de la mano para ponerme de pie y llevarme con él pero me resistí.

— ¡hey, hey, hey! Yo no dije que sí iría —lo miré mal—
— ¿No irás? —abrió su boca formando una "o"—
— no —le respondí—
— pero... él estaba muy interesado en que fueras...
— te ha dicho que no, paloma mensajera —por fin Camille habló, su tono era firme—
— bueno, está bien —dijo Keyler rindiéndose—
— dile a Adrien, que si tan interesado está en verme que venga él mismo —dije—
— vale, Lunita —sonrió mirándome—
— No me llames Lunita —susurré—

《 Idfc 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora