《 Idfc 》

2 - ¿Qué tramas, Adrien Blade?

Todos en ese pasillo me miraron, incómodo.

- parece podrida -comentó el supuesto Keyler con una sonrisita burlona-
- yo diría que parece más una emo depresiva con un trauma existencial -dijo Keyter con una expresión seria-

Los escuchaba, pero en cambio a lo que estaba pensando en mis adentros yo estaba mirando hacia todos lados, piso, techo, todo el pasillo e incluso a través de las ventanas, pasando por alto la presencia de aquellos tres chicos frente a mi.

- ¿que se supone que está haciendo? -susurró Keyter al notar lo que yo hacía-
- disculpa Sheridan... ¿alguien acaba de hablar? -le pregunté a la chica en un tono inocente-
- eh... Luna... ellos están frente a ti... -respondió señalándolos discretamente-

Miré hacia los chicos, alternando mi vista entre los tres.

- no veo a nadie -comenté comenzando a sonreír de a poco-

Enseguida comprendieron.

- mmm... -una sonrisa ladina se dibujó en el rostro de Adrien- me divertiré contigo, chica nueva.

Su mirada estaba sobre la mía, era pesado mirarlo a los ojos..
Esos ojos color marrón pardo eran imponentes, desprendían puro ego y un aura de que tenía demasiada seguridad en sí mismo.
Hice caso omiso a lo que dijo. Lo ignoraba, como si en realidad no estuviera ahí, como si él y sus dos "secuaces" fueran invisibles.

Dejé de mirar a Adrien a los ojos.
Mi mirada fué hcaia Sheridan, la cual no parecía estar asimilando del todo bien lo que ocurría.

- ¿no ibas a mostrarme la universidad? -indagué a la chica-
- s-si -me respondió ella-
- ¿entonces que esperamos?

Me dí la vuelta, tenía intenciones de irme con Sheridan de ese pasillo.
Pero.
Siempre hay un pero, je.
Pero la voz masculina y a la vez un poco suave de Adrien se escuchó a nuestras espaldas.

- al parecer la emo depresiva no puede ni siquiera sostenerme la mirada. Otra como todas.

Se pudo escuchar una risa luego de sus palabras.
Si bien, no ignoraría su último comentario si estuviera en mis días, sin duda no, le contestaría que soy capaz hasta de sostener con el dedo meñique su maldito ego (que era evidente que se le desbordaba)
Pero yo, yo quería causar una buena impresión al menos en mi primer día, cosa que si ese chico no cerraba la boca sería imposible.

Lo volví a ignorar y seguí caminando junto a Sheridan con una sonrisa en mi cara, se le veía odiosa.
A la sonrisa, no a ella, no malinterpretes, je.
Mientras caminábamos, ella me dijo:

- eso que hiciste fué... grave
- ¿por? -elevé una ceja-
- no debiste haberlos ignorado, ni de esa forma ni de ninguna manera...
- por dios, se les veía insoportables. ¡Ignorarlos de una forma tipo niños de primaria fué algo mínimo! -defendí mi criterio-
- sabes que ahora no te dejarán en paz, ¿verdad?
- no me interesa, los pongo en su lugar si es necesario -mi expresión era seria-
- ellos tienen mucho poder en este lugar, no tienes idea de-
- me da igual -le intereumpí y suspiré- lo único que me interesa es mantener un buen expediente académico, da igual todo lo demás
- bueno...

Sheridan siguió mostrándome la universidad, era una edificación maravillosa.
Incluso en los dos últimos pisos habían habitaciones muy amplias, seguramente para los estudiantes que se quedaban en la escuela de lunes a viernes.

- ¿entonces los que no son de por acá cerca se quedan en estas habitaciones? -pregunté-
- exactamente, hay estudiantes incluso de otras ciudades -me respondió-
- las clases iniciaban a las ocho, ¿no?
- si -antes de que yo pudiera responderle ella me siguió hablando- lo sé, ya son las ocho y media, pero es que el día que inicia el curso las clases no se imparten, es un día para la familiarización de los nuevos estudiantes y para la entrega de toda la base material de estudio -me explicó-
- entiendo