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Zabdiel había salido de emergencia al centro comercial, se disculpó con Erick, pues era el cumpleaños de Rory y quería estar con ella y su padre, claramente. Uno de los guardaespaldas de su madrastra Elizabeth Vélez, le comunicó que no estaba cuidando a Álvaro y lo trataba mal.

No le agradaba Elizabeth, pero no tenía derecho de maltratar a un niño. Un día su padre llego con el pequeño y dijo que era su hijo, desde ese día Carlos le daba el mundo entero al pequeño niño, parecía de cristal para su padre, a Elizabeth no le hizo mucha gracia pues nunca quiso tener niños.

Zabdiel nunca dijo nada y quiso mucho al pequeño, todo se le hacía muy raro, pues ese pequeño cuando llegó parecía un recién nacido de hace apenas unas horas, pero aun así lo protegió como si fuera su propio hijo, tanto que cuando no estaba con el lloraba, Carlos le decía a una de las sirvientas que le hablara por videollamada a Zabdiel para calmar al pequeño, y así era, con solo oír la voz del chico él bebe se calmaba.

El peli-azul llegó al centro comercial, sabia en cual tienda estaría Elizabeth, así que fue directo hacia ella, miro que Álvaro estaba afuera sentado en el piso vigilado por uno de los guardaespaldas mientras su madrastra estaba hablando por su celular mirando ropa de marca.

– Papá – Gritó el pequeño con emoción dirigiéndose hacia él, Zabdiel lo tomo en brazos y lo abrazo, revisando si no tenía algún rasguño.

- ¿Estas bien? – Le pregunto al pequeño y este asintió, eso lo alivió.

Todavía no hablaba muy bien y no sabía palabras, pero era un niño muy inteligente así que le dijo que él le preguntaría cosas y el pequeño respondería con palabras o asentamientos con la cabeza, para que estuviera a salvo.

Le dio las gracias al guardaespaldas por cuidar al pequeño, y fue hacia su madrastra quien nomas lo miro rodó los ojos y colgó con fastidio.

– ¿Ahora que paso, Zabdiel? – Renegó Elizabeth, saliendo de la tienda.

- ¿Qué te pasa?, ¿Por qué no cuidas a Álvaro, se supone que es tu hijo?

– Hay por favor, tu y yo sabemos que ese niño es adoptado, además te dice más padre a ti, que se supone que eres su hermano, que a Carlos y a mí que somos sus padres. – Eso era lo mismo que le decía cada que Zabdiel le preguntaba porque no lo trataba bien.

– Tu sabes porque perfectamente, no te hagas la loca. – Gruño Zabdiel, siguiendo a su madrastra hacia unas escaleras eléctricas, nunca le habían gustado esas cosas así que cuando tenía que subir obligatoriamente ahí trataba de cargar a Álvaro.

– Escúchame Zabdiel, eres el hijo de mi esposo así que merezco respeto como tu madre que soy.

- Era mi madrastra, más no mi madre para tenerte respeto, y para tenerlo tienes que merecerlo y dudo que algún día lo obtengas de mí. Nunca vas a poder ser mi madre, Elizabeth.

Escucho la risa de su madrastra unos segundos, que luego se convirtieron en gritos. Elizabeth estaba atorada en las escaleras eléctricas, siempre había escuchado que ahí tenía que poner toda su atención y no llevar vestimenta larga pues podría atorarse, y eso era lo que pasaba. La mujer tenía un pantalón negro ancho que le rebasaba los tacones que seguramente traía. Rápidamente Zabdiel salió de ahí junto con Álvaro, y los guardaespaldas que iban atrás de ellos. No supo cómo paso todo tan rápido que cuando volteo a ver a su madrastra esta estaba en el primer piso de la plaza, de los dos que tenía, y en donde estaba.

Uno de los guardaespaldas llamo al hospital, en minutos llegó la ambulancia y se la llevaron. El peli-azul no fue con ella, quiso avisarle a su padre personalmente así que fue a casa de Caros.

Amor Infinito - [ZabdErick] Terminada - EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora