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Capítulo 6.

Harry estaba emocionado y para qué negarlo, nervioso. Es que iba a ver a su compañero y a hablar con él.
Las cartas habían estado bien, pero había poco que se podía hacer con bolígrafo y papel. Se negaba a utilizar pergamino y pluma porque era un gasto tonto de tinta y acababa antes con cuadernos muggles y bolígrafos. Su padrino le había llamado loco, pero cuando él mismo lo probó, se aficionó a ello. Era más sencillo y más limpio también.

Varios coches elegantes los esperaban al aterrizar en Italia y los llevaron a descansar a un hotel lujoso para que al día siguiente temprano pudieran partir hacia Volterra.
Harry quería aparecerse en el castillo de inmediato pero por otro lado también deseaba tener más tiempo para sí mismo.
Emmett le había llamado contradicción andante y por su innecesaria broma su esposa le había impedido entrar en su habitación así que estaba haciendo pucheros en una sala de estar común que conectaba todas las habitaciones que ocupaban quienes iban a Volterra.

-Ni se os ocurra, demonios pelirrojos. -Jasper dijo cuando vio a los gemelos tratando de entrar sin ser notados a una habitación que no era la suya.
-No sabemos
-a qué te refieres.
-Nosotros solo estábamos
-buscando nuestra propia habitación
-porque nos habíamos perdido.
-Probad otra vez. -El vampiro rubio resopló entretenido. En otra ocasión habría hecho la vista gorda, pero los humanos necesitaban dormir para el importante encuentro de mañana.
-Queríamos saber si
-Harry necesitaba algo.
-Lo hemos notado tenso durante
-el viaje en coche.
-Sé, al igual que vosotros, que esa es la habitación de vuestro hermano Percy. Así que...
-Perce tiene un palo
-metido en el trasero
-y necesita que alguien se lo saque.
-Ver el humor en la vida.
-A la cama, demonios pelirrojos. Nada de caos esta noche.
Fred y George se miraron y se fueron a su habitación. Tal vez dormir no estaría mal. Bromear con vampiros cerca era agotador y aunque amaban los desafíos, Fred se cansaba rápido estos días y George no quería que se forzara de más.

Era difícil ir de caza en una ciudad tan urbanizada así que los vampiros se dividieron en dos grupos para ir de caza por la noche.
El primer grupo se iría y el segundo estaría vigilando a los magos y al revés.
Esperaban poder encontrar un bosque o algo porque no querían drenar ganado como murciélagos y además la sangre de los animales de granja sabía asquerosa.

-Duerme, Neville. Trataré de no tardar mucho.
Emmett arrulló desde fuera de la habitación y Edward se planteó seriamente desmembrarlo y ocultar sus restos por todo el mundo.
-Está bien. -Su coeur bostezó. -De todos modos estoy agotado. ¿Quién diría que viajar sentado sería cansado? Espero que la próxima vez podamos utilizar un traslador.
Edward preferiría que no hubiera próxima vez pero no lo dijo en voz alta.

Ya podían ver el castillo. La primera vez que Harry estuvo aquí le pareció oscuro y tenebroso y aunque no había cambiado de opinión, ver a su compañero le importaba más que pasar algunos días en un lugar tan... Frío y siniestro.
Pero estaba poniendo barreras mágicas en la puerta y ventanas de su habitación. Eso lo tenía claro. No iba a fiarse de vampiros desconocidos por muy coeur de un rey que fuera. Nadie iba a entrar por la noche y drenarlo mientras dormía. Tampoco permitiría que lo convirtieran por la fuerza. Era demasiado joven todavía y se negaba a parecer un hijo al lado de su padre cada vez que fueran a citas por la eternidad. Y claro que irían a citas. Nadie lo encerraría en un castillo ni en otra parte. Que les jodieran. Pensaba.

Bajaron de los coches y vieron cómo daban la vuelta y se alejaban antes de caminar a las puertas de la sede Vulturi para por fin ver a Marco.

Entraron en un vestíbulo grande en el que una mujer de pelo castaño tecleaba en un ordenador. Fue un poco chocante ver algo tecnológico en un castillo de aspecto tan antiguo.

-¿Qué asunto les trae al castillo? -Preguntó sin saludar.
-Venimos a ver a los jefes. Deberíamos estar anotados como Harry Potter y allegados. -Carlisle tomó el control de la conversación y Harry lo agradeció.

La recepcionista tecleó un rato más y por fin levantó la mirada de la pantalla.
--Exacto. Podéis sentaros por allí. -Señaló una zona de sillas. -En este momento todos están ocupados en... Una gran comida.
-Gente, ¿no? Me pregunto qué tipo de personas serán.
-Podríamos preguntar más tarde.
-¡Fred, George! ¡No digáis esas horribles cosas! -Su madre chilló.
-¿Por qué? Si son ciertas, mamá.
-Pero no hay que mencionarlo así. Y ni se os ocurra hablar más. -Advirtió.

Harry no pudo evitar sentirse decepcionado. Marco sabía que llegaba hoy y aunque no esperaba de ninguna manera fanfarrias y fiestas, sí que al menos esperaba que él se tomara el tiempo para saludarlo y...
Suspiró y se acomodó en una silla sin decir nada.

Cada minuto que pasaba Harry se cabreaba más. Vale que comer era importante, pero ¿acaso él no lo era?
Cuarenta y cinco minutos más tarde aparecieron dos guardias que se presentaron como Felix y Demetri.
-Os acompañaremos a vuestras habitaciones. Se ha habilitado un ala del castillo exclusiva para vosotros. Los maestros os recibirán más tarde.
Potter apretó los dientes para evitar decir lo que estaba pensando. Sabía de la audición increíble que tenían los vampiros y no quería que lo escucharan despotricar.

-Esto es aburrido. ¿Qué hace la gente por aquí? -Ron se quejó.
-Deja de quejarte. No haber venido si tanto te disgusta. -Hermione espetó. -También podrías haberte traído un libro... O varios.
-Ron tiene razón. -Harry dijo. -Llevamos dos días aquí y no he visto a mi compañero. Cualquiera pensaría que se interesaría más en verme.
-Es un vampiro muy ocupado. -La chica regañó con desaprobación.
El moreno la miró poco impresionado.
-Lo que digas. -Bufó.
-Tienes que entender que...
-¡No tengo que entender nada! ¡He venido a este... este maldito lugar y lo que menos podía hacer mi compañero es tomarse un rato para darnos la jodida bienvenida! ¡Somos sus invitados y soy su maldito coeur! Si lo sé no vengo. -Harry se dio la vuelta y se encerró en su habitación dando un portazo.
Que lo llamaran niño si querían. Le daba igual.

Marco se levantó y salió del salón de audiencias antes de que pudieran detenerlo. Las divagaciones de Aro ya eran lo suficientemente inaguantables en un día normal pero teniendo a su compañero a metros de distancia se le hacían tan molestas como un desmembramiento lento y doloroso. ¿Por qué Aro tenía que alargar las cosas tanto?
Llegó al ala del castillo en la que se hospedaba su compañero y sus familiares y buscó la puerta de su coeur. No dudaba que Harry iba a estar cabreado y más cuando le dijera que Aro había tenido la intención de que acudieran al salón de audiencias como gente corriente. Pero Marco se había negado. No iba a tratar a su coeur como si no fuera importante. Aunque primero debía lograr que Harry le abriera la puerta...
Habría disfrutado si su amor hubiera irrumpido en el salón demandando explicaciones y gritando. A Caio le habría ofendido, pero no podía hacerle nada al humano porque era su coeur.

Marco llamó a la puerta.
-¿Harry?
Se sorprendió cuando la puerta se abrió y su compañero le dedicó una sonrisa.
-Hola, Marco.
-Esperaba gritos y lanzamiento de objetos. -Dijo tras mirarlo durante un rato como una persona... vampiro espeluznante.
-Si quieres lo hago. Porque lo he estado pensando todo este maldito tiempo. -El joven gruñó.
-¿Puedo pasar? -Preguntó sin querer provocar más la ira de su coeur.
-Bueno. Pero me debes por esto, rey Vulturi. No creas que me olvidaré. -Se hizo a un lado y le permitió entrar.

-¿Y cómo has estado?
-Aburrido y cabreado. Te esperaba hace dos días.
-Aro nos mantuvo entretenidos con un aquelarre que...
-Lo que sea. No quiero oírlo en este momento porque me cabrearé. -Dio palmadas a su lado para que Marco se sentara con él y cuando el vampiro lo hizo, tomó su mano un poco ruborizado.
Se sentía como un colegial con su primer interés amoroso.
-¿Te han mostrado el castillo y la ciudad, coeur mío?
-Sí. Bueno, el castillo porque me negaba a ver la ciudad sin ti aunque tuvieran que seguirnos guardias sin sentido del humor.
Marco se rió de eso último.
-Cuando quieras te la mostraré. Aunque no sé el horario de humanos así que...
-Ahora casi es hora de comer. Tal vez podríamos... -Harry miró ha sus manos que jugueteaban con los dedos largos de la mano izquierda de su compañero vampiro.
-¿Sí? -El vulturi cuestionó.
-Podríamos salir a comer a algún restaurante como... Una cita. Bueno, yo comería y tu... -Se encogió de hombros un poco tímido.
-Lo configuraré. Tendremos una cita de humanos. -Prometió.

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⏰ Última actualización: May 07, 2021 ⏰

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