¿Ahora que hago?

Capítulo 2 ¿Cómo terminé aquí?

Mis padres se habían separado cuando yo apenas tenía 6 años. Ellos habían llegado a un acuerdo en el que yo me quedaría con mi madre y cuando quisiera podría visitar a mi padre, pero un día mi madre fue a la corte y levantó falsos testimonios hacia mi padre. Ganando ella la demanda y obteniendo mi custodia completa. Ella me impedía ver a mi padre y gracias a esto ella era la única que sabía dónde él estaba viviendo. No tenía alternativas.

-Mi amor baja a cenar, tengo a alguien que quiero que conozcas. - Mi madre me llamó para que fuera cenar. Al lado de ella había un señor alto y totalmente desconocido para mí. No le presté importancia y no dudé en sentarme en la mesa ya que el hambre me estaba matando.

Ya sentada en la mesa mi madre me presenta al extraño sujeto que está al lado de ella. - Hija, él es Bernardo. ¿Te acuerdas del viaje a Texas que hice, que te quedaste dos meses con tu tía? Pues durante ese tiempo lo conocí en ese viaje, él se volvió mi novio y nos casamos. Si lo sé, fue muy rápido y perdóname por no haberte dicho nada, pero quería que fuera una sorpresa. ¡Querida, ya tienes un padrastro! - Dijo ella muy sínica y feliz como si fuera la mejor noticia que me hubiera dado en toda mi vida.

De tan solo escuchar aquella palabra se me paraban los pelos y sentía ganas de mudarme, ¿pero a dónde? - ¡Wou mamá que alegría siento, el corazón se me va a salir del pecho por tanta felicidad! - dije sarcástica - Y, por cierto, si me acuerdo de cuando viví con mi tía durante esos dos meses y créeme que fue mejor que estar aquí contigo. - Le respondí algo enojada por cómo me miraba ese señor que ahora resulta ser mi padrastro.

-Hija compórtate, mira que debes causar una buena impresión a tu padrastro, además de que él se merece respeto. Hay perdónala Bernardo es una malcriada ya no sé qué más hacer para tranquilizarla un poco. - Le dijo mi madre al sujeto que estaba al lado suyo y que, de hecho, mantenía su mirada fija en mí.

- ¿Sabes que puedes hacer para calmarme? Prestarme más atención, siempre te pasas por la calle haciendo no sé qué cosas. Me dejas sola en casa ya sea en receso de clases o no. No tengo una imagen de madre y la más que se acerca a ello es la tía y tú ni me dejas verla. Solo me llevas con ella cuando andas tratando de buscar a alguien que remplace a mi padre. Pero déjame decirte una cosa, eso jamás lo vas a lograr. Ah y si este sujeto al que jamás considerare ni querré como un padrastro; quiere respeto, pues que se lo gane y que deje de mirarme de esa manera tan sucia y cochina como sólo una persona de su clase lo puede hacer. - Eso le dije a mi madre en un arranque de ira y repugnancia hacia el idiota del lado.

- ¡Ya está bueno muchachita, no quiero escucharte más, ahora mismo vas y lavas los platos y te encierras en tu cuarto! - Me dijo mi madre con un tono enojado.

- ¡Ese es tu problema madre, que nunca escuchas! ¿Alguna vez te has preguntado lo que yo quiero o que me hace falta? ¡No! Sólo te preocupas por ti y por satisfacer tus necesidades, nunca te preocupas de si soy feliz o no.- Cuando me iba a voltear para ir a hacer lo que me había indicado, me tomó de un brazo y me giró para darme una cachetada.

- ¡Niña malcriada ya me cansé de tus berrinches, ahora mismo vas y lavas la ropa, limpias la casa y haces lo que tu padrastro te diga! - Esa última orden hizo que se me parara el corazón, todo se me vino abajo. ¿Acaso esta tipa había escuchado bien lo que ella misma dijo? ¿Acaso no se daba cuenta de la trampa que le tendía el tipejo ese? No podía creer que mi madre pensara de esa manera. ¿Cómo terminé aquí?

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11 meses después

-------Rachelle-------

Estos últimos 3 meses habían sido horribles. Me tenían como esclava. Mi madre salía con mi padrastro por las noches y dormía durante todo el día dejándome a mi todo el trabajo de la casa. Constantemente tenía que soportar los hostigamientos e injusticias de mi padrastro, esto incluía besarlo, robar y dejarme toquetear. Gracias al cielo nunca llegó a violarme, por lo menos eso agradecía, aunque no dudaba que eso le había pasado por la mente en varias ocasiones. Le decía a mi madre, pero ella nunca me creía.

Un día en un arranque de rebeldía, valentía y desesperación me escapé de mi casa. Llegué a un teléfono público y allá llamé a mi tía y le conté todo. Ella no dudó en buscarme y llevarme con ella a su casa.

Una vez estando en su casa me sentía más tranquila, ella me cedió su cuarto, pero como yo estaba tan asustada la hice compartir la cama conmigo.

Al otro día fuimos las dos a levantar una orden de alejamiento contra mi madre y mi padrastro. Y sí, la obtuvimos.

Meses después ambas fuimos a corte y demandamos a mi mamá, ganando nosotras la demanda y mi tía quedando con mi custodia total. Con la orden de alejamiento aún vigente y mi custodia a cargo de mi tía. Nos mudamos de estado dejando todo ese horrible pasado atrás.

Como pudimos encontramos a mi padre y descubrí que ahora tenía una hermana. Y entonces todo tomó forma. Soy más tranquila, tengo todo lo que antes no tuve y soy feliz. Ahora sí, por fin era una chica normal y tenía estilo propio.

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Bueno chic@s, eso ha sido todo por este segundo capítulo. Espero que les haya gustado y déjenme en los comentarios que opinan sobre el horrible padrastro de Rachelle. Se que son capítulos cortos, espero que pronto vayan creciendo.

Att. S