30 𝒹𝒾𝒶𝓈 𝓅𝒶𝓇𝒶 ℯ𝓃𝒶𝓂ℴ𝓇𝒶𝓇𝓉ℯ-𝒯ℯ𝓇𝓊𝓀𝒶𝓃ℯ

🍡7🍡La carta delatadora

Minamoto Teru, el chico perfecto y con corazón intocable, quien imaginaría que estaría entrando en una crisis por no saber si el amor de su vida es real o no? Cuando recibía una carta no podía no recordar la extensa carta que le dio Akane diciendo que le pertenecía a la dueña de su corazón.

Pero, en el curso de Akane no había ninguna chica que encaje con la chica de las cartas, empezó a sospechar, se acercaba fin de mes y decidió enviarle una carta preguntando si se podrían ver algún día. Las sospechas aumentaron cuando respondió negativamente, pero siguió insistiendo hasta conseguir lo que quería, se verían en un parque cercano a la escuela, si la chica iba al encuentro, era real y si no, era parte de la apuesta.

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Luego de la escuela Teru se dirigió al parque encontrándose así con una encantadora y brillante chica con cabello y ojos color fuego, quien lo creería si era real, o así parecía, bajo todo el maquillaje se encontraba un Akane teniendo medio millón de paros cardiacos, lo que hacía uno por el amor. Teru se acercó y saludó a la "bella dama" que tenía delante, eso era como una cita.

Pasearon un rato y charlaron, se hacía tarde y tenían que regresar a casa, Akane se iba a ir con solo despedirse pero el Presidente lo agarró del brazo y lo besó, no lo negaría, el beso le encantó, pero el saber que no ese beso lleno de amor no iba dirigido a él sino a la chica que había ganado el corazón de Teru. Salió corriendo apenas se puedo separar, regresó a su casa y sin saludar a sus padres se fue a su habitación a llorar en silencio.

Teru había quedado en el parque y se desilusionó al ver como su amada salía corriendo lejos de sus brazos, será que se dio cuenta que no lo amaba? Se habrá sentido nerviosa por aquel beso inesperado? Su corazón se había destrozado, sea quien sea esa chica, había logrado ilusionar y romper su corazón por segunda vez.

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Al día siguiente llegó a la escuela sin energía, aquella chica había hecho su corazón añicos tan solo un día antes, tenía los ojos hinchados de haber llorado toda la noche y ojeras que mostraban que no había dormido bien, tampoco sonreía, solo estaba, solo estaba presente pretendiendo no existir y lo logró hasta que Akko se lo cruzó y se quedó impactada al ver su imagen tan devastada. Lo acorraló en un pasillo desierto para iniciar con el interrogatorio.

-Presidente Minamoto, que es lo que le sucedió que se ve tan mal?- Mentiría si dijera que no sabía porque sabía perfectamente lo que había sucedido, Akane se lo había contado en la llamada de la noche anterior mientras lo consolaba y lo regañaba. Pero este caso era distinto, no había hablado con Teru durante todo el día anterior más que para molestarlo.

-Nada en especial, Akko, solo no pude dormir bien-Se notaba a distancia que era falso, los ojos enrojecidos e hinchados daban señal de llanto y las ojeras delataban las horas de sueño faltantes, sin contar que sus brazos eran cubiertos por unos guantes largos hasta más arriba de los codos, como si quisiera ocultar algo. Akko le sacó los guantes esperando lo peor pero sus dudas se aclararon viendo que solo eran frases como modo de declaración, se le declararía a alguien?

Akko se emocionó de una manera muy falsa, porque sabía que eso le rompería el corazón a Akane y era lo que menos quería en momentos así. Teru vió como su amiga se marchaba a Dios sabrá donde, luego quedó solo en ese pasillo desierto.

A los pocos segundos recordó las clases, estaría llegando tarde, se lo iban a dejar pasar por ser el Presidente del Consejo Estudiantil, pero cuando llegó a su casillero ignoró las clases, después le pediría a un compañero los apuntes. Su mente entró en un especie de coma temporal hasta que reaccionó y empezó a leer, sí, era otra carta, pero sentía un aura de miedo alrededor de ella.