—Dame la mano imbécil.
Heeseung lo miró ofendido.
—Imbécil tú—se volteó como pudo, el patinaje no era la suyo. Notó que no volvió a pedirlo entonces se dio vuelta para notar que Sunghoon recorría la pista, cada tanto daba pequeñas vueltitas.
Heeseung salió despacio y se paró en la entrada para mirarlo.
Sunghoon sonreía, se veía feliz y eso ablandaba el corazón del mayor.
Había algo sutil pero perseptible que hacía obvio el hecho de que Heeseung estaba adorando la vista, tenía su labio inferior atrapado entre sus dientes, sus pupilas levemente dilatadas y su mirada era suave.
Cuando conoces a Sunghoon por primera vez, asumes que es perfecto, jugador de basket, el hijo de una familia adinerada, todas las chicas quieren salir con él, sin embargo, para Heeseung, el momento en el que más bonito se veía Sunghoon era cuando hacía lo que le gustaba, lo acababa de descubrir, el Sunghoon que estaba viendo en ese momento era mágico.
—¿Ya te quieres ir?
—No, solo te observo.
—¿Te gusta?
—¿Qué? ¿Tú?
—Patinar.
—Si me gusta, pero que lo hagas tú porque no es lo mío.
—Todo se aprende, nada es imposible.
—Bien—Heeseung se paró derecho—juguemos una carrera desde allá—señaló una punta de la pista—hasta allá.
—No lo creo hyung, no quiero humillarte.
—¿Humillarme?—estalló en risas—a mi no me humillas ni tú.
Sunghoon se sintió molesto.
—Te voy a ganar, luego no llores—ambos fueron hasta el punto de salida.
—1, 2, ¡3!
Ambos salieron disparados, Heeseung tomó velocidad y cuando quizo darse cuenta de que era muy rápido, no pudo parar y se estrelló contra el borde terminando en el piso.
—¿Heeseung? ¡Heeseung!—Sunghoon se agachó y le dió unas palmaditas en el rostro—Dios mío, no juegues, levántate.
Sunghoon comenzó a alarmarse al ver que el pelirrojo no se levantaba.
—¿Qué te pasa?—apoyó su oreja en su pecho para sentir su corazón—claro que estás vivo, qué inútil soy, no puedes estar muerto... No puedes estarlo, ¿cierto? Heeseung, vamos, levántate, prometo que haré todo lo que me gusta y dejaré de depender del imbécil de mi padre si te levantas.
Sunghoon lo sacudía por los hombros.
De repente se avalanzaron encima de él.
—¿Qué te pasa? Estúpido, no vuelvas a hacer eso, yo creí que te ibas a morir, te dije que no teníamos que jugar esa carreara, tonto, baboso, imbécil.
Heeseung sonreía de oreja a oreja.
—Ahora tienes que cumplir lo que dijiste.
—Acabo de sentir como se me salía el corazón del pecho porque estabas medio muerto y me dices eso...
—Lo prometiste.
Sunghoon no respondió.
—Me estoy congelando la espalda.
—Oh, lo siento—se levantó de encima de él y le extendió una mano.—Te acompañare a casa, vamos.
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FOUND - ENHYPEN [✔️]
Fanfiction¿Quién asesino al capitán del equipo de basket, Byung Kyungho?