Debió verlo venir. El onceavo templo estaba vacío y, cómo no, su guardián se encontraba muy probablemente en el templo de Escorpio. Marin soltó un largo suspiro de cansancio, pero a la vez sentía alivio de no encontrarse de nuevo con una escena inapropiada como algunas veces que le habían encargado misiones en las que debía atravesar las doce casas. Tal vez debían comenzar a agradecer la paciencia de la que la joven era portadora, porque si hablaban de Shaina era un asunto muy diferente. La muchacha de desordenado cabello verde siempre hallaba la forma de tomar pequeñas venganzas cuando se topaba con los caballeros en una posición incómoda, desde echarles serpientes encima mientras dormían o ponerles hiedra venenosa en el interior de los artículos de cocina. Cosas ligeras.
La pelirroja miró de un lado a otro antes de continuar su camino por las escaleras entre Acuario y Capricornio, guiando a Sarah lo más rápido posible para que ésta no se quemara los pies luego de haber perdido las sandalias en la casa de Piscis. Por otro lado, la morena no tenía quejas sobre la cálida superficie sobre la que se desplazaba. Sentía el calor, pero no le era molesto, casi podía sentir la energía fluir hacia arriba por sus piernas ¿Era normal eso? Marin parecía muy preocupada de que se lastimara o algo así ¿Tendría algo que ver con su procedencia? ¿Debía fingir que le dolía el contacto con el suelo? Demasiadas preguntas que quedaron sin respuesta al llegar ambas al refugio que brindaba la sombra del décimo templo.
Sarah se sentó por un momento a contemplar sus propios pies como si se trataran de los de un extraño. Tenía muchas preguntas sobre si misma y su naturaleza, más que las que aquellos que la habían encontrado podrían hacerle. Observó con detenimiento sus pies y el suelo debajo de ellos para luego desviar la vista hacia sus manos para examinar las líneas en sus palmas, antes de escuchar los pasos de alguien más que se acercaba a sus espaldas.
—Shura, caballero dorado de Capricornio—pronunció Marin con calma en tanto el mencionado se detenía a pocos pasos de distancia.
—¿Por qué la trajiste hasta aquí? ¿Afrodita te dejó pasar tan fácil?
—Afrodita tiene otras cosas en las que entretenerse ahora mismo, pero si la hubiese visto como un peligro es seguro que no nos iba a dejar atravesar el camino de rosas.
—Supongo—respondió aún dudoso el caballero de Capricornio antes de clavar la mirada en la joven que acompañaba a la pelirroja. Esperaba no ser el único que sentía una particular antipatía por ella. Quizás eran esos ojos que parecían tener toda la intención de hurgar en su alma o el hecho de que estuviese siendo protegida cuando era casi una obviedad que era una amenaza para la paz que deseaba mantener Athena.
—¿Hola?—susurró con timidez la muchacha antes de ponerse de pie y ofrecerle la mano. Si había algo que quería evitar a toda costa era hacerse con el repudio de los guardianes del Santuario, así que lo mejor era comportarse educadamente y no entrar en una confrontación—Mi nombre es Sarah.
—Bien, así sabré qué poner en tu lápida si intentas algo—fue la tosca respuesta del hombre de pelo azabache.
—Me temo que tendrás que discutir eso con Athena y el patriarca—comentó Marin poniéndose entre ambos, si la mujer a la que acompañaba elegía palabras erradas podían tener un grave problema—Su audiencia será en breve, si Athena decide que es peligrosa puedes hacer lo que quieras, pero hasta entonces es mejor que mantengas la calma.
—Creo que estás olvidando cuál es tu lugar—espetó el caballero de Capricornio dirigiendo una vez su mirada hacia la amazona.
—Este es mi lugar. Quizás tu estás olvidando el tuyo ¿O será que intencionalmente estás yendo en contra de nuestra señora Athena?—y ella sabía lo que implicaban esas palabras. Shura sintió de nuevo la presión de la culpa como un piquete en su nuca, como una helada serpiente que se arrastraba por su columna. Frunció los labios en una mueca de disgusto antes de contestarle.
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The Chosen
FanfictionUna mujer desconocida cae desde el cielo como una estrella fugaz en el Santuario de Athena. La diosa que habita allí ha comunicado al gran patriarca una aterradora profecía. El caos se esparce por la tierra y es difícil diferenciar la realidad de lo...