Museo de los Horrores

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Hace unos días en Bunny City:

Durante el atardecer, Bunny City estaba hecho un caos: la gente estaba alterada, corriendo por todas partes, tratando de buscar refugio y huyendo de los zombies. En la zona central de Bunny City, 2 adolescentes salen de una biblioteca: el chico, pelinegro y de ojos azules, vestido de pantalón formal y camisa naranja, armado con un revolver, una barra de acero para abrir cajas, y un rifle, mientras que la chica, de rasgo asiático, vestida de blusa amarilla y short corto naranjo, armada con una pistola, un machete, y una escopeta. Ambos se encontraban agitados y con una expresión de horror.

-Gracias, señor Carson.-dice la chica apenada, mirando la biblioteca. Mira al chico con preocupación.-Aby, tenemos que refugiarnos en otro lugar.-

-No hay donde escapar, Reena.-dice Abraham preocupado, mirando las calles, las cuales estaban bloqueadas por vehículos, contenedores de basura y bloques de concreto, llenas de zombies.-Maldición, la biblioteca cayó y no podemos llegar al museo.-dice con molestia.

-Tenemos que sobrevivir como sea, Aby.-dice Reena tratando de levantar el ánimo.-El Señor Carson se sacrificó por nosotros. No podemos dejar que su muerte sea en vano.-

-Lo sé, Reena. Quisiera pensar en algo, pero no se me ocurre que hacer.-dice Abraham un poco molesto. Nota que varios zombies ya se fijaron en ellos 2, y avanzan tras la pareja. Ambos escuchan los gruñidos de los zombies provenir de la biblioteca.

-¡Tenemos que avanzar! ¡Debe haber algún modo de poder seguir adelante!-dice Reena con algo de desesperación, corriendo y disparando a los zombies que ya estaban cerca.-¡Cualquier ruta que sirva y que podamos ocupar!-

-¡...! ¡...! ¡...!-Abraham por caer en la desesperación, tratando de buscar algun camino, mientras se defiende de algunos zombies con disparos con su revolver. Derrepente mira la alcantarilla.-¡Por ahí!-apuntando la alcantarilla.

Ambos adolescentes corren hacia la alcantarilla. Abraham saca la barra metálica, y destapa la alcantarilla con ayuda de Reena. Rápidamente bajan por la alcantarilla, sacando y encendiendo unas linternas.

-¡Puaj! ¡Apesta a mierda!-dice Reena repugnada por el mal olor.

-Dijiste que tomáramos cualquier ruta.-dice Abraham tapándose la nariz.-Ni modo. Habrá que cruzar este río de caca y orina.-

-Me vas a tener que compensar por esto, Aby.-dice Reena molesta, metiéndose al agua. Abraham se mete también, pero de un salto, salpicandole un poco, y se ponen a caminar.

-¿Sabes? Cuando era niño hacía muchas cosas sucias como esta: me metía en las alcantarillas, jugaba en el lodo, comía lombrices, recogía animales muertos en las calles, buscaba basura reciclable en los tarros y contenedores de basura, y exploraba los basurales jugando a ser arqueólogo como mamá. Por supuesto que a ella no le agradaba que hiciera estas cosas, y siempre tenía que bañarme hasta 6 veces para quitarme el mal olor.-

-...Bueno, yo también jugaba en el lodo cuando era niña. Pero era lodo puro. No era con caca.-con molestia mirando el agua.-¿Y sabes a dónde tenemos que ir?-

-Lo sé. Conozco esta red de alcantarillado. Una vez me metí en la alcantarilla para buscar el reloj de bolsillo que mi mamá me había regalado y se me cayó cuando me tropecé de camino a la escuela. Así que pasaba por aquí, tratando de recuperarlo durante una semana, y por suerte lo encontré. Pero lo volví a perder en un río durante un viaje de pesca. Mamá me castigo por semanas, porque era una reliquia familiar.-

-Cuanto lo siento, Aby. Pero mejor concentremonos es llegar al museo.-

-Si. Es verdad.-

Derrepente suena un celular que Abraham tenía en la camisa. Este lo toma y contesta.

Survivor In The Z CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora