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No podía concentrar la vista en nada, todo se movía borroso

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No podía concentrar la vista en nada, todo se movía borroso. Desde que me levanté hasta que llegué a la escuela.

Mikasa estuvo pendiente de mí, notando que me sentía mal.

Nanika ya estaba sentada en su puesto.

Durante la próxima semana la feria de universidades se llevaría a cabo. Halloween sería el otro viernes, todo estaba tan junto.

– Hola Nani - Eren se sentó sobre su mesa. Ella no lo miró siquiera.

– ¡Deja de ser tan grosera! - Le grité. Note vagamente que apretaba los ojos.

Sus manos seguían dibujando algo que no pude enfocar con los ojos, su atención entera estaba sobre su cuaderno.

– Armin no grites - Dijo Mikasa.

Estaba harto de verla sentada sin poner cuidado. Quería verla sintiendo algo, ¿Era tan egoísta ese deseo? Su expresión sin vida seguía sacándome de quicio, quería verla sonriendo, quería verla sufriendo y llorando, ya no soportaba ver su rostro pretendiendo.

Me levanté de la silla con el mareo presente y le arrebate el cuaderno. La atención de casi todos se había puesto sobre nosotros.

– ¡Mirame Nanika! - Le dije de cerca – ¿Por qué no te importa nada?

Todos estaban en silencio, sin entender lo que pasaba, el brazo de Eren me jalaba pero de alguna forma seguía de pie.

– Hay muchas cosas que me importan - Su voz se mantenía calmada, con el tono de siempre - Pero tengo mejores cosas de las que preocuparme.

– ¿No soy suficiente para que te preocupes? - Le susurre, la cabeza me dolía más que nunca.

– No - Sus palabras filosas no tenían tregua - ¿Quien te crees?

De sus ojos parecía salir un fuego inexistente que quemaba de todas maneras. Sentí que sus ojos me miraban con el mayor repudio del mundo.

– ¿Por qué eres tan mala? - Le pregunté antes de que el equilibrio me fallara y terminará en el suelo. De nuevo, aterradora ella estando de pie y viéndome como si fuera insignificante.

– Temazepam - Determinó Nanika de la nada - Benzodiacepina que trata el insomnio crónico. Mareo, dolor de cabeza, alucinaciones, hostilidad, ansiedad ¿Sientes alguna?

De repente la situación entera había cambiado. La Nanika insensible ya no estaba, lo único que podía ver era su mano que se extendía en mi ayuda. ¿Fue todo eso una alucinación? ¿O realmente sucedió?

– No me siento bien - Le dije, tratando de alcanzar su mano que se veía demasiado lejos, con confusión.

– ¿Cuántas pastillas  tomaste? - Me pregunto acercándose, viendo que vagamente podía quedarme despierto.

fight for us - arminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora