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– Entonce

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– Entonce... - Nanika se atoró por un momento - Entonces me preguntó si sabía donde estaba ella.

– ¿Y qué  le respondiste? -  Indagó Annika, sosteniendo con debilidad la cuchara.

– Le dije que no - Se rio Nanika - Me gritó y luego me pidió disculpas.

– ¿Agachaste la cabeza? - Le pregunto Mishka, que reposaba la cabeza sobre el regazo de Annika.

– No lo pude evitar - Mencionó Nanika apenada.

– Deja de agacharle la cabeza - Mishka opinó.

Todas guardaron silencio mientras comían.

– No digan nada - Pidió Nanika para luego marcar en su teléfono.

– Aló - La voz del otro lado contestó casi de inmediato.

– Papá - Dijo con agriedad Nanika - Brenner me lastimó.

Annika y Mishka se rieron en silencio, llenas de malicia, ambas tapándose la boca de la misma forma.

– ¿Estás bien? - Le preguntó el hombre con cierto deje de preocupación.

– Pude morir - Dijo la verdad Nanika, como si fuera de lo más normal - Un fallo personal, nada grave.

– Gracias por decirme, se que estas bien - Totalmente confiado en los poderes de su hija, el hombre colgó.

Las tres se miraron por un segundo y estallaron en risas, una carcajada casi satánica que compartían, generaba terror. Una risa de pura maldad. Continuaron riéndose por un largo rato, renovando el chiste cada vez que cruzaban la vista, todas a punto de llorar por tanto reírse y con el estómago adolorido. Ninguna risa de ningún villano era tan macabra como la de ellas tres.

Pasado un rato, el teléfono de Nanika volvió a sonar.

– ¿¡Qué te pasa, maldita bastarda!? - Los gritos del joven inundaron la habitación, insulto tras insulto causaba más y más risa entre las hermanas, que trataban de no dejar escapar ningún sonido – Déjame en paz, hija de puta, te mereces todo eso y mucho peor, por eso tu madre te aban...

– Oye, oye, oye - La risa se eliminó de las dos mayores - Cierra la puta boca, vuelve a decir algo asi y voy a cortarte la garganta, diablos de seguro estas buscando que te corte la cabeza vacia que cargas.

– Tu eres la que está  buscando que vaya por ti y te corte los brazos, desgraciada de mierda - Le respondió Brenner - Ni con una pistola en la cabeza ella podría quererte.

– ¡Vuelve a decir eso! - Gritó Nanika de vuelta por el teléfono. De entre sus vendas empezó a salir vapor ardiente - Voy a matarte, voy a matarte.

La llamada fue colgada del otro lado.

Nanika tiró el teléfono con fuerza contra la pared y pudimos ver como de sus ojos empezaban a salir rayos. Annika y Mishka corrieron en dirección a ella ipso facto.

fight for us - arminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora