"Eres tan frágil. Por fuera muestras una hermosa sonrisa que ilumina hermosos colores. Pero también eres tan frágil que necesitas ser cuidada con delicadeza. Eres como una mariposa, una linda, bella y frágil mariposa"
«Desde que te conocí tus ojos p...
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Mientras sentía su mejilla arder ante el tacto de la herida y aquella bola de algodón con alcohol, una fuerte mirada proveniente de aquel niño de, al parecer secundaria, lo intimidaba.
— ¿Y la chica? — preguntó tímido el mayor
— La chica que es mi hermana tenía una cita con el doctor — recalcó las palabras "mi hermana" mientras hablaba —. Veníamos de camino aquí cuando te vimos
— Ah, ya veo — susurró asintiendo mientras la enfermera ponía algunas vendas en su brazo para aquellas heridas
Y sin más, ninguno de los tres presentes hablaban. La enfermera trataba las heridas del pelinegro, este soltaba algunos casi inexistentes quejidos y algunas muecas; y por último, aquel adolescente mirando al pelinegro con una expresión un poco preocupada.
— Con permiso — se escucho una cuarta voz entrando —. ¿Cómo está?
— No es muy grave, pero si tiene heridas que tardaran en sanar — contestó la enfermera viendo a la chica —. Es mejor vendar por dos días las heridas que tienen vendas y después dejar que se cierre sola
— Entiendo, muchas gracias — hizo una leve reverencia para ver como la enfermera le correspondía y salía de la sala —. ¿Cómo te sientes?
— ¿Bien? Muchas gracias por ayudarme — hizo una reverencia a la pelinegra
— Está bien, fue divertido
— ¿No te duele? — preguntó viendo la mejilla roja e inflamada de la menor, quién sonrió
— Estoy ¿bien? — imitó al pelinegro haciendo que este sonriera nervioso —. Choi Sooah, me hubiera gustado conocerte en otra situación
Aceptando con timidez la mano de la chica estrechó sus manos.
— Soy Lee Heeseung, gracias por su ayuda
— Ah, él es Hyunmin, mi lindo hermanito menor — se puso tras el menor abrazandolo, haciendo que este se sonrojara un poco ante la vergüenza —. ¿Quieres hablar sobre lo que acab de pasar?
— No es muy complicado, solo me molestaban, no es nada
— Claro que lo es — su voz cambió a una más seria y grave —. Nadie tiene el derecho de molestar a otros y menos golpearlos, solo mírate, ¿qué le dirás a tus padres cuando te vean?
— No lo sé — susurró con pena
— Lee Heeseung, no te conozco, pero se cuando una persona necesita ayuda y puedo ver que tú lo necesitas — se acercó quedando frente al chico azabache —. Y creo que necesitas a alguien que esté contigo
— No lo necesito — negó mirando al suelo y sus manos mientras balanceaba sus piernas
— Oye tonto, mi hermana te quiere ayudar, ¿puedes dejar de negarte y aceptar su ayuda? — habló con obviedad y un poco de enojo haciendo reír a la chica y avergonzado al mayor, quién sintió calor en sus mejillas
— Se que puede ser difícil abrir tus experiencias y sentimientos a los demás cuando los ocultaste mucho tiempo, pero es peor dejar el sufrimiento dentro de nosotros — le entrego al chico un par de vendas nuevas —. Solo piensa en qué quieres de verdad
La sala quedó en silencio.
Ninguno de los tres adolescentes del lugar hablaba.
— Creo que todos debemos irnos, hay que dejar ésta habitación para otros pacientes — mostró sus dientes en una linda sonrisa que a ojos de ambos chicos era lo más adorable y lindo que verían en todo lo que restaba de la semana
Bajaron dos pisos, donde los tres estuvieron en silencio y solo hablaron para despedirse de los trabajadores del lugar.
Al cruzar la puerta la chica y su hermano se colocaron frente aquel pelinegro mayor que ambos.
— Espero que se cuide y recupere bien Heeseung-sshi, adiós
El niño solo movió su cabeza como despedida hacia el chico con vendas.
— Adiós
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