·₊˚୧﹕¿Karmaland? ‧₊˚੭ ┊ Rebornplay [DISCONTINUED]

╭⊹₊˚ ┈┈ ୨ Capítulo 11 ୧ ┈┈ ˚₊⊹

Vegetta estaba en su mansión, pensando por donde empezar de su lista de preparativos para la cena.

Que sí, era una cena nada más, pero don perfeccionista quería que todo quede como él lo había planeado.

Su móvil sonó.

— ¿Hola?

— Hombre Vege ¿Qué tal?

— Ah Luzu bien, bien. Estaba por empezar a preparar las cosas para la cena — Habló alegre.

— Pero Vegetta… Aún faltan tres días — Luzu rió silenciosamente al otro lado del teléfono.

— Ya, pero tiene que salir bien — Contestó Samuel restándole importancia.

— Vaya, no creo que termine bien ahora que volvemos a estar todos juntos, y el chico nuevo no parece ser muy tranquilo — Rió nuevamente, pero esta vez con una mezcla de nostalgia.

— Que no, que eso no va a pasar… — Respondió el menor un tanto inseguro.

— ¿Quieres que me pase a darte una mano? 

— ¡Claro hombre! Me hace falta un poco de ayuda de vez en cuando — Dijo alegre.

— Vale, pues dejame coger unas cosas y voy, Bye! — Respondió Luzu finalizando la llamada.

Era una tarde bastante linda, no había muchos mobs, y el clima estaba cálido, Auron decidió enseñarle algunas técnicas de lucha a Reborn desde que llegaron a Karmaland, ya que no quería estar todo el tiempo a su lado para protegerlo, Jack también necesitaba un poco de espacio para explorar y perderse por sí mismo.

Llevaban tan solo tres semanas allí, y la verdad es que haía mejorado muchísimo desde la primera vez.

Auron lo miraba desde la distancia practicar con los pocos mobs que había debido a la que estaba anocheciendo, una pequeña sonrisa se formó en sus labios, decidió que ya era momento de subir otro escalón.

— Oye Reb, he estado pensándolo, y creo que ya es hora de que te enseñe más cosas para que puedas protegerte y tal — Dijo acercándose al castaño.

— ¿Mhm? ¿Cómo qué? — Respondió Reborn, bajando la espada y disimulando el hecho de que sí se había asustado un poco ante la repentina aparición de su pareja.

— Ya sabes, pociones de daño, protección y tal — Enumeró Gustabo, como si fuera lo más normal del mundo.

— ¿Pero de qué coño hablas? ¿Acaso eres brujo y no me lo has dicho? — Se alejó confundido, agarrando la espada.

— Pfft- Qué va hombre, pero si las pociones aquí las utilizan hasta los niños — Rió el otro.

— No sé eh- suena peligroso…