Prologo

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“—… No digas eso, siempre te protegeré Mar-mar”.

   Esas palabras resonaron en la cabeza de Marcy. No podía concentrarse en las anotaciones de su libreta, significaba que estaría repasando lo aprendido con Maddie, pero a ese punto ni siquiera se esforzaba en buscar la página en que guardaba esas anotaciones; tan solo había sido la excusa más consistente que su cerebro pudo inventar cuándo los Plantar la invitaron a cenar.

   Había sido un día muy ajetreado para ella, y necesitaba un momento para procesar todo.

—Mmm… eh… no, no puede ser así, ¿verdad? —un suspiro pesado escapó de sus labios. Golpeaba ligeramente la pluma contra su libreta. Normalmente cuándo algo se le escapaba podía repasarlo allí, aunque está vez era diferente. Pasó la hoja lentamente, buscando con la mirada algo que le ayudará con su problema, encontrándose con un montón de garabatos, que para el pensamiento lógico serían un montón de líneas sin orden.

   Desde tiempo atrás las dudas hacían presencia en ese alboroto de sentimientos, buscando una respuesta que siempre llevaba a la misma idea.

—Esto es horrible… —declaró a sí misma, cubriendo su enrojecido rostro con la libreta.

   Marcy Wu, seguramente una de las mayores mentes que Newtopia ha presenciado, respetada y honrada hasta por el rey Andrias, estaba teniendo un conflicto amoroso.

   No era capas de aceptarlo, no quería hacerlo, pero Marcy no era tonta, iba a hacerlo quisiese o no, a menos que quisiera vivir el resto de su vida con la idea.

   Miro abajo, viendo sus pies rozar la ventana del carro en que se alojaba. Su vista fue levantándose, hasta topar con la gran casa de los Plantar, gente agradable con la que pudo formar una pequeña amistad. Suspiró nuevamente, ahora viendo el cielo nocturno.

   A veces, cuándo necesitaba buscar una respuesta que no podía resolver ninguno de los libros que tenía, veía las estrellas, y sin dudas el techo del carro le daba una agradable vista. Esperaba que eso le ayudará a pensar mejor las cosas.

   Tenía que ir de a poco, comenzar a recordar los momentos que la llevasen a esos pensamientos.

—Por las ranas. ¿Qué me hiciste Anne? —se preguntó. Buscando consuelo en las estrellas.

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  Tan solo la introducción poe ahora, no soy bueno con el punto coma.

Momentos -Marcanne-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora