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Okay... Definitivamente me estaba volviendo loca.

Las clases ya habían terminado y yo aún no podía procesar qué demonios había sido eso. Lo peor era que tampoco podía hablarlo con nadie... Es decir, ni yo me lo creía por completo ¿Por qué otra persona lo haría?

Caminé a casa con una sensación inusualmente extraña, en la que sentía que alguien me estaba observando, cosa demasiado aterradora, así que cuando la ansiedad se hizo enorme, prácticamente corrí a mi domicilio y abrí la puerta con las manos temblorosas.

¿Y si se trataba de un loco?

¿Qué se suponía que debía hacer?

¿Llamar a la policía y decirle que creía que me estaban siguiendo sin pruebas contundentes de que en verdad lo estaban haciendo? Mmh, dudaba que me pusieran atención.

Es más, me tratarían de loca.

O quizás ya lo estaba. ¿Quién sabe? Yo ya no sabía nada.

Pasé mis manos con frustración por mi cara hasta llegar a mi cuero cabelludo y comencé a dar vueltas por mi casa preguntándome cómo alguien habría podido colocármelo sin darme cuenta ¿Estaba dormida? Lo dudaba, apenas había dormido tres horas diarias en las últimas semanas.

Y así estuve sopesándolo por un rato más, creando teorías que no llegaban a ningún lado. Incluso me hizo falta comprobar un par de veces más si seguía ahí y no era obra de mi imaginación, pero la joya brillaba en mi pecho como prueba irrefutable de que no lo era.

Mis nervios estaban a flor de piel y mi corazón seguía martillando fuertemente por dentro de mí.

Casi deseaba que mamá estuviera conmigo para tranquilizarme. El darme cuenta que jamás estaría conmigo de vuelta sólo hizo que me echara a llorar nuevamente.

Era increíble como todo podía irse al carajo de un segundo a otro.

[...]

Permanecí encerrada en casa durante el resto del día. Con las puertas y ventanas trabadas, sola, hecha un ovillo entre el enredo de frazadas.

Lo peor es que ni siquiera podía dormirme, y el tiempo pasaba horriblemente lento, casi como si se hubiese detenido.

Al menos me digné a levantarme en algún momento para darme una ducha, eso siempre conseguía relajarme un poco.

Tuve que saltar un par de envoltorios y montañas de ropa sucia que había ido acumulando con el paso de los días, no tenía ganas de hacer absolutamente en ese momento.

Me duché a una velocidad demasiado lenta, permitiéndome relajar con el agua cálida, una parte de mí se enfadó un poco por desperdiciar tanta agua, pero a mi yo depresiva le importaba un carajo lo que mi yo ecológica pensara.

Justo estaba saliendo de la ducha cuando volví a mirarme en el espejo, mi aspecto era lamentable, el estado de mi piel era completamente horrible, y, aunque en otros tiempos me hubiera vuelto loca por tener un granito o una marca negra bajo los ojos, en ese preciso instante me daba igual.

Entonces me permití observar un poco más el collar, no me lo había quitado ni para bañarme, entonces me pregunté si sería egoísta querer conservarlo, al menos como un recuerdo.

No, no me lo quité.

[...]

Falté una semana al instituto.

No le veía el caso a seguir yendo, mis notas habían bajado mucho y la verdad es que no tenía motivos para hacerlo.

Además de que había pedido horas extras para trabajar y dejar de sentirme como un parásito, era también una buena distracción, mi mente había estado molestándome mucho esos días.

Al menos había dejado de darle vueltas al asuntillo del collar cuando decidí que no había explicación para ello y simplemente me permití conservarlo. Quería creer que al menos una parte de Susie seguía conmigo cuando lo llevaba puesto.

Mi turno en el bar acabó y agradecí que Sandy, mi compañera, se ofreciera a ordenar el resto, estaba muy cansada esa noche.

Volví a casa abrazándome a mí misma. El viento había estado inexplicablemente más frío de lo que esperaba siendo verano.

Y fue esa misma brisa la que me acompañó a casa, junto con el sonido de mis pequeños pasos resonando en el suelo.

Deseaba demasiado acostarme a dormir al menos un poco que casi no distinguí la sombra negra que vi pasar por el rabillo del ojo.

Y otra vez la sensación de ser observaba llegó a mí.

Quedaban sólo unos metros para llegar a casa cuando la vi de cuclillas frente a las gardenias de mamá.

Temí acercarme, pero lo pensé un poco mejor y me di cuenta de que me estaba volviendo demasiado paranoica y a lo mejor la chica nada más quería pedirme algo.

Al final terminé acercándome de forma un poco dubitativa hasta estar finalmente detrás de ella.

Estaba helado pero no aparentaba tener frío con sólo aquella... ¿Capa? Sí, definitivamente llevaba una capa negra, sin la capucha, lo cual me permitía ver su cabello negro y uno de sus desnudos brazos estirados mientras tocaba una de las flores.

—Emmh... Hola ¿Necesitas algo?

Se encogió un poco en su lugar al oírme hablar, sin embargo no se volteó, al menos no al instante, permaneció quieta durante unos segundos al punto de ponerme demasiado nerviosa. Fue después de un rato que se permitió levantarse y voltear a verme y... No me esperaba eso.

Definitivamente podía considerarse una chica preciosa... Del tipo de preciosura divina. Su rostro, era perfectamente asimétrico, sin nada fuera de lugar, labios gruesos y rojos, nariz pequeña y respingona, parecía de hecho una jodida muñeca de porcelana. Pero, eso no era lo que la hacía bella, simplemente no podía describirlo, algo en ella irradiaba esa sensación extraña y magnética que no me dejaba apartar la vista, o al menos hasta el momento en que mis ojos se toparon con los suyos y los aparté enseguida, ni siquiera supe por qué lo hice.

Ni siquiera pude ver el color de sus irises.

—No es nada, sólo comprobaba algo. Pero ya lo he hecho.

La sentí pasar por mi lado y todavía seguía sin poder elevar mi cabeza. Di por sentado que no me saludaría, así que reanudé mis pasos hasta la puerta con el ceño fruncido.

¿Qué me pasaba?

—Por cierto... No se supone que deba hacer esto... Además de que no le encontré sentido, pero tal vez tú sí...—yo ya me había volteado confundida cuando empezó a hablar pero ella seguía de espaldas a mí—Susie me ha pedido que te dijera que ''El cielo estará despejado mañana'' 

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N/A: estoy deseando poder escribir esto para luego corregirlo, así que avisenme si ven algún error :3

Todo está demasiado tranquilo por ahora pero me gustaría ir leyendo algunas teorías >:) 

Quédense que aún falta mucho por escribir.

El día en que la Muerte se enamoró ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora