El día en que la Muerte se enamoró ©

Prefacio

Hace mucho tiempo, una mujer de aspecto joven apareció en las calles silenciosas de Zinverville, acompañada de una suave brisa en la gélida y oscura noche.

Ella, que a pesar de estar cubierta con tan sólo una capa de seda negra y unos cuantos harapos por debajo, no daba la impresión de tener frío.

La dama avanzaba a paso lento con elegancia, mientras observaba meticulosamente sus alrededores en busca de alguien, pues, según el papel en su mano, en ese mismo lugar se encontraría con una persona para concluir con el trabajo del día.

Luego de una larga búsqueda sin resultados, la mujer estuvo a punto de darse por vencida. Y pensó en explicarle el tema a sus compañeros luego, para informarles del error. Después de todo, no era la primera vez que un error así era cometido.

Cuando de pronto un quejido llamó su atención.

Fue casi imperceptible, como un pequeño llanto ahogado. Apenas lo oyó con el sonido del viento que justo se arrastró por allí.

De manera cautelosa, la fina mujer de capa negra se acercó a la fuente del sonido. Preparada para ver lo que sea.

Aunque tampoco es como si ella fuera fácil de asustar.

Bueno, la objetividad en su trabajo era muy importante y por eso generalmente era considerada un ser sin sentimientos... Pero eso quedaría desmentido justo en ese momento.

Porque cuando sus ojos se encontraron con ella algo dentro de sí dolió.

Debió suponerlo, después de todo, ni siquiera le habían dado un nombre.

La pequeña bebé se encontraba envuelta en unas sábanas manchadas con sangre ya seca.

Tiene que tratarse de ella. Pensó.

La tomó con delicadeza y cuando sus labios estuvieron a centímetros de besar su frente para calmar su llanto, se detuvo. Y en su lugar la abrazó para comenzar a mecerla, hasta que la niña poco a poco se silenció.

La muerte ese día, después de tantos años, no cumplió con su labor...

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Capítulo dedicado a mi esposa <3