Dia 5: Pesadillas / Mitología
Contenido +18 (ósea que contiene smut, lemon, como quieran llamarle)
El amor de Ares y Afrodita era imposible, la diosa del amor y la belleza irónicamente no tenía al hombre que en realidad amaba. Ares era el dios de la guerra y la violencia y estaba perdidamente enamorado de Afrodita.
Ambos sabían que su amor no era posible, la diosa estaba casada con el hermano de Ares, Hefesto, y no por voluntad de la diosa.
Pero eso no impedía que tuvieran sus encuentros en los aposentos de ella en el Olimpo, así que cuando Hefesto se iba a las fraguas donde forjaba las armas, Ares y Afrodita tenían sus encuentros hasta que ambos fueron atrapados, desde entonces decidieron que tendrían sus encuentros en la tierra ya que no querían quedar atrapados otra vez en una red.
Era una noche estrellada, Afrodita bajo a la tierra luego de asegurarse de que Hefesto se había ido a las fraguas, la diosa tomaba diferentes aparecías para no ser reconocida, en ese momento tenía una tez blanca, que contrastaba con el cabello morado al igual que sus ojos, tenía una capa negra que la cubría, camino lentamente a la mansión que habían alquilado y entró asegurándose de que no hubiera nadie cerca.
Ares llegó, había regresado de otras de sus guerras, estaba lleno de sangre, camino por la enorme mansión hasta la habitación mientras cambia su apariencia, su tez se convirtió en una bronceada, su cabello negro y unos hermosos ojos verdes.
Afrodita al verlo entrar se acercó a él, posó una de sus manos en su mejilla tratando de quitar la sangre y verificar que no estuviera herido.
—Estas segura que Selene está de nuestro lado —el dios tenía que asegurarse que la diosa de la luna no los delatara.
—Selene me debe el favor, yo la ayude para que su amor con Endimión fuera eterno.
—Te extrañe, mi amada —dijo el dios juntando los labios con la diosa.
—Yo también, ven vamos a lavarte.
La diosa se deshizo de la capa quedando solamente en una ligera bata, le tomó de la mano para guiarlo al baño de la habitación.
—El mismo nombre de siempre —preguntó mientras le quitaba su armadura.
El dios asintió. Para que no lo descubrieran, tomaron la precaución de llamarse por otro nombre, el dios escogió el nombre de Damian y la diosa el de Raven.
La diosa pasó sus manos por el abdomen del dios, después de sacarle la camisa.
—Disfruta de la vista, mi amada —dijo con un toque de burla.
Ella simplemente pasó sus brazos alrededor del cuello de él y lo beso con pasión y así como lo primera vez, lo ayudó a asearse y al mismo tiempo seducirlo.
Tomó a Raven en sus brazos y la cargó de vuelta a la habitación, le besó el cuello, los brazos y los hombros. La depositó en la cama suavemente mientras se acomodaba sobre ella, le tomó de la cintura acercándola más a él, mientras le besaba el cuello, lo que hizo que la diosa soltara un gemido, recorrió toda esa zona dando leves mordidas haciéndola gemir, sus manos acariciaban las suaves piernas de ella. Raven pasó sus manos por el cabello atrayéndola a ella para besarlo, pasó sus manos por el pecho bien formado de él. La chica hizo que giraran cambiando de posición, ahora ella estaba sobre él, lo siguió besando mientras Damian acariciaba su cintura subiendo una de sus manos hasta sus pechos, gimió en su oído cuando comenzó a acariciarlos lo que lo complació. Damian dirigió sus dedos al inicio de la bata, lento, la subió por las piernas, hasta llegar a la cintura.
La diosa no llevaba ropa interior.
—Me vuelves loco —dijo con la voz ronca y quitando la bata dejándola completamente desnuda.
Damian metió dos dedos en la vagina, sintiendo como la pelimorada se retorcía en sus brazos.
—¡Más, por favor!
Damián sonrió, comenzó a penetrar con desenfreno, escuchando los gemidos de la pelimorada, acariciando con el pulgar el clítoris de un momento a otro, intercalando las caricias.
—¡Ah! ¡Damian! —grito sintiendo las piernas temblar, su entrada palpitar y como su vientre se liberaba de la exquisita tensión.
—Prepárate para gritar ese nombre toda la noche.
Damian volvió a intercambiar lugares para que ella volviera a quedar debajo de él.
—¡Oh si! —gritó ella cuando sintió la lengua del dios en su clítoris.
Damian acarició los muslos, mientras se encargaba de estimular la entrada con los dedos y succionar el botón rosado.
Raven se aferraba a los cabellos negros del dios en sus piernas, mientras sentía su vientre contraerse deliciosamente.
—¡Damian, Damian! —dijo su nombre en constantes gemidos —¡Maldita sea, métemela ya!
Damian dejo el sexo de Raven para subir encima de ella, besando cada trozo de piel, hasta llegar a sus labios.
—¡Damian! —Raven abrazo el cuello del pelinegro, enredo sus piernas en la estrecha cintura, para después sentir como la carne caliente y dura se restregaba contra ella.
—Estás mojada —dijo sensualmente en su oído —Tan mojada para mí.
—¡Ah! —Raven dejó que su cabeza se enterrara en la almohada, que su mano derecha se aferrara a la espalda de Damian y que sus piernas lo empujaran más a fondo.
El pelinegro gruñó ante el delicioso calor que ahora lo rodeaba, comenzó a mecerse suavemente, besó los hombros y cuello, aumentó el ritmo conforme pasaba el tiempo. Raven enterraba sus uñas en la espalda, sintiendo como el pene de Damian entraba con violencia a su cuerpo cada que salía.
La cama se movía junto con ellos, a un ritmo desesperado y salvaje.
Raven lo beso, callando sus ruidosos gemidos. Damian no solo la penetraba, también acariciaba su clítoris con la mano derecha y la izquierda la utilizaba para sostener su cintura.
—¡Voy a...! ¡Damian! —tomó la cara del pelinegro, permitiendo que admirara su rostro perdido en el placer, gritando su nombre al llegar al orgasmo.
Damian la volvió a penetrar, dejando que su esencia se liberara dentro ella.
Entre espasmos, Raven sintió el semen caliente resbalar desde su entrada hasta sus muslos.
Los dos, se dejaron caer en la cama.
(...)
Faltaban pocos minutos para que el sol empezara a salir, los dos dioses se estaban arreglando para regresar, no querían que Helios los delatara, otra vez.
Ambos estaban en la puerta de la mansión, Afrodita se volvió a poner la capa, antes de abrir la puerta, Ares la tomó de la cintura para darle un apasionado beso.
—Nos vemos, mi amada —dijo viéndola a los ojos.
—Te amo, Damian —hablo.
—Te amo, Raven.
La diosa le sonrió, dándole un último beso, le dio una última mirada al dios y salió de vuelta a su palacio en el olimpo.
Acepten esta ofrenda de disculpa por desaparecer estos días, se me vinieron encima los proyectos de la universidad y hasta ahora tengo tiempo de escribir y publicar.
Ya se que Afrodita y Ares no son exclusivamente pareja, pero pues es ficción así que todo es posible.
Especial agradecimiento a mi amiga Andrea que fue la que me ayudó a escribir el delicioso por que su servidora es re malísima para eso.
Esperen los otros dos últimos one shots que se nos acabó la semana DamiRae...
Perdón si hay faltas de ortografía.
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DamiRae Week 2021
FanfictionOne Shots inspirados en las temáticas del DamiRae Week 2021. Los personajes no me pertenecen, son propiedad de DC Portada: (imagen) Créditos a su respectivo artista.