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No recuerdo en que momento me terminé acostando. Tampoco recuerdo cómo fue que me dormí. Mi último recuerdo de la noche pasada, fue haberle dado un beso a KyungSoo mientras dormía. También recuerdo querer buscar un cigarrillo y el dolor de cabeza que aún me acompaña.

Me desperté algo mareado, pero no le voy dar importancia a eso. Seguramente se debe a que no terminé de cenar bien, trabajé mucho, fumé demasiado y me acosté tarde. Siento el cuerpo un poco pesado y sudado, pero de seguro es porque tengo a KyungSoo pegado a mí. Termino de desperezarme, y recién ahí soy consciente de que no es él quien está pegado a mí, sino que soy yo quien está aferrado a él, abrazándolo con fuerza, como si temiera que se me escape de las manos, como si fuese agua. Y la verdad es que si, temo aquello.

KyungSoo sigue durmiendo. Su cuerpo se amolda perfecto entre mis brazos. Los ojos me pesan. No tengo ganas de levantarme. Hundo mi nariz en el espacio de su cuello y me pierdo un poco en su olor. La sensación de calor en mi cuerpo aumenta. Trago saliva y siento una leve molestia, pero no le doy importancia.

Siento la necesidad de recorrer el pequeño cuerpo de Soo con mis manos, y antes incluso de terminar de pensarlo, me estoy metiendo bajo su pijama para recorrer su abdomen. Sigo perdido en su cuello y dejo suaves caricias en su torso, solo porque quiero sentirlo completamente mío. KyungSoo suelta un pequeño quejido, pero no se despierta. Siempre ha sido difícil despertarlo. Pero me da igual, porque no quiero que lo haga. Cierro los ojos y aspiro una última vez de su cuello, antes de levantarme de la cama.

Sigo pensando en lo de anoche y la negativa de KyungSoo por contarme todo. Me enoja eso y me enoja mi reacción. Me siento un adolescente haciendo un berrinche. Dudo de mi madurez. Se supone que el adulto de esta relación soy yo ¿no? No puedo molestarme por este tipo de cosas... pero él tampoco debería ocultarme nada.

Luego de dejar a KyungSoo en la cama opto por darme una ducha rápida. Me alisto rápido también, porque quiero salir antes de que KyungSoo se despierte. No me quiero topar con él.

La garganta me sigue molestando y tiendo a carraspear y toser. La cabeza aún me duele, pero no le doy importancia, se me pasará durante el día. Mientras me detengo por la tos, justo antes de salir del departamento, escucho a KyungSoo acercarse.

—ChanYeol, ¿Te duele la garganta?—. Me pregunta preocupado.

Volteo a verlo. Viene con la camisa a medio abotonar. Se ve recién despertado y lo único en que puedo pensar, es que este chico no se da cuenta lo adorablemente sexy que puede resultar ser.

—No—. Respondo llevando una mano a mi cuello. —Es solo que fumé mucho anoche—. Digo indiferente y restándole importancia.

KyungSoo hace un puchero lleno de tristeza. Baja la vista. Siento que quiere decirme algo, pero no lo hace. Se ve preocupado por mí. Tengo el cabello mojado aún y puedo ver algunas gotitas de agua mientras lo observo de reojo. No puedo evitar pensar que podría no esconderme las cosas si va a terminar poniendo esa cara.

Siempre he pensado que aunque KyungSoo es usualmente lento, en este tipo de cosas se da por aludido en seguida. Sé qué debe sentirse culpable por mi actitud y se preocupa de mi salud. Amo esa bondad en él, pero a la vez, me pongo furioso conmigo mismo por sentirme así cuando estoy enojado, y con él por hacerme sentir así.

No me resisto a acercarme y robarle un beso que lo toma desprevenido. Acaricio su mejilla con una de mis manos. Su piel es demasiado suave. KyungSoo no reacciona al beso. Yo no lo profundizo. Solo dejo nuestros labios unidos un par de segundos antes de alejarme nuevamente.

Cuando me alejo, él me observa son sus grandes ojos negros sin entender bien qué es lo que sucede. La cabeza me sigue palpitando.

—Hoy también voy a llegar tarde...—. Le digo cortando el silencio incomodo en que nos encontramos. —Así que no te esfuerces en esperarme despierto, ¿sí?

Como enojar a Do KyungSoo / CHANSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora