⭐ Tres ⭐

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«Puede transformar el dolor en alivio»




La ventana de su habitación está abierta, las cortinas se ondean al compás de la brisa que deja entrar el suave tintineo de la campana de una bicicleta. Junmyeon, inevitablemente emocionado, se asoma a la ventana y saluda a Yixing quién desde la calle, le sonríe de vuelta haciendo sonar una vez más la campana de su bicicleta antes de alejarse.

Es sábado en la mañana y aunque unas semanas atrás estaría durmiendo plácidamente, ya no es así, desde que Yixing sale los sábados desde muy temprano a la floristería donde trabaja, a entregar algunos pedidos por el vecindario. Junmyeon estará atento al ding dong de la campana cuando su vecino se despide frente a su casa.

Se queda unos minutos allí, sus mejillas aún siguen calientes y la sonrisa despertada por Yixing no se borra de sus labios; el tintineo aún persiste solo que se ha trasladado directo a su corazón. No son ni las ocho de la mañana y está feliz.

La magia que sigue descubriendo de Yixing, también involucra contagiar a las personas de sonrisas. Es capaz de irradiar luz hacia otras personas.

Y a pesar que en las mañanas, de camino al instituto ya no lo ve, claramente porque estas son cálidas sin presencia de lluvias; las tardes son diferentes, usualmente se encuentran en el mismo parque, Yixing siempre parece llegar primero.

Algunas veces solo se dedican a leer en silencio, hasta que Yixing cae dormido sobre su hombro; incluso, alguien como él también necesita recargar sus energías. En otras ocasiones, le hablará sobre su día en el instituto mientras él lo escucha pacientemente y si ha tenido un mal día, es capaz de transformar su angustia en risas, compartiéndole un poco de su luz.

Desearía verlo también entre sus clases, porque es allí cuando realmente necesita revitalizarse y seguir el día; lastimosamente estudia en casa.



🌻🌻🌻



Girasoles, azaleas, claveles, dalias y rosas, de colores llamativos, pomposas y llenas de vida, es el jardín en el que Yixing ha estado trabajando luego de mudarse a la casa vecina. Junmyeon observa el hermoso jardín florecido. La magia de Yixing también se extiende hacia las plantas, concluye con cierta envidia.

Ese día, mientras espera escuchar el tintineo de la campana, que le indica que ya está de regreso; Junmyeon decide sembrar el par de semillas de girasoles que consiguió gracias al regalo que le hizo Yixing...


Sucedió el sábado pasado, a pesar de la mañana soleada, fue sorprendido por una repentina lluvia primaveral en medio de la tarde. Junmyeon estaba terminando su tarea, cuando escuchó que llamaban a la puerta, no podría ser él, se cuestionó mientras bajaba las gradas, ya que no había escuchado el ding dong; sin embargo, allí estaba con su impermeable amarillo, ese que no había visto en semanas; tenía la capucha bajada, por lo que de su cabello se desprendían algunas gotas de agua.

Yixing le sonreía alegremente, entretanto Junmyeon tuvo dificultades para saludarle, ya que estaba sorprendido de verlo allí; en especial, cuando de la nada, le entregó un par de girasoles sujetos por una cinta roja, estos estaban mojados pero no le importó, ¡eran preciosos!

Lo notaba nervioso cuando le explicó que en la tienda alguien había hecho un pedido que resultó ser falso, así que le había dado pena que se perdieran. Junmyeon había asentido tontamente, su corazón latía con fuerza con el presente en la mano, unos hermosos girasoles que le recordaban a Yixing, ya sea por el brillante amarillo, la vitalidad que desprendía o por su natural predisposición hacia el sol, justo como él.


Ahora con el sol en lo alto y las gotas de sudor que se forman en su frente, Junmyeon remueve la tierra, como le había explicado Yixing, acomodando las semillas en una serie de hileras. Previamente había preparado la tierra con abono ¡Todo está listo! En un par de semanas, con la justa cantidad de agua y sol, tendrá hermosos girasoles creciendo. Sonríe de oreja a oreja al ver su tarea terminada.

No quiere esperar demasiado, necesita comentarle que ha sembrado las semillas; no obstante, aún falta un poco para verlo regresar.

Así que se dispone a recoger las herramientas y llevarlas hacia el garaje; el cual se había convertido en una bodega, con objetos abandonados dejados sin ningún orden. Camina esquivando un par de cajas, hasta llegar a uno de los estantes del fondo, donde había encontrado las tijeras y un par de palas de jardinería. 

En un movimiento no calculado, termina golpeando el estante superior con su cabeza; quejándose al instante cuando el estante de arriba se desploma y todo lo que estaba sobre este, cae sobre él. Apenas puede poner sus manos protegiendo su cabeza de la avalancha de herramientas, entre ellas, un taladro que lo lastima.

Junmyeon se queja audiblemente por los impactos recibidos. No se da cuenta que termina sobre el sucio piso con la cabeza a punto de estallar. Su vista se pone borrosa y jura que ve un par de puntos, como pequeñas estrellas brillantes, a su alrededor.


—¡Junmyeon!

Entreabre los ojos y ve a Yixing preocupado mirándolo mientras lo sostiene entre sus brazos.

—Yixing —dice en medio de un quejido. Su cabeza duele.

El nombrado frunce los labios. Puede sentir cuando sus dedos tocan su frente y siente, por lo que dura el contacto, el dolor palpitante reducirse.


—Tranquilo Myeonnie, te llevaré a casa.

Junmyeon contesta con un otro quejido, cierra los ojos cuando siente que es levantado. De inmediato sus manos rodean el cuello de Yixing.

Abre los ojos lentamente, reconoce que está en la sala de su casa con Yixing a su lado, quien sostiene una bolsa de hielo sobre su frente.


—¿Ya te sientes mejor?

Responde con un mohín no intencionado, asintiendo lentamente; el dolor de cabeza ya no es tan fuerte. Yixing suspira aliviado; en eso deja la bolsa sobre la mesa.

—¿Quieres que llame a tu madre?

—No ¿T-te puedes quedar conmigo? —pregunta tímidamente.

—Por supuesto, Myeonnie.


Yixing sonríe, y eso hace que Junmyeon respire profundamente. Hay algo en su presencia que le da tranquilidad.

Cuando se acerca lentamente hacia él, los brazos de Yixing lo reciben rodeando su cintura, por lo que termina apoyando la cabeza sobre su pecho. El ritmo del corazón que escucha lo relaja y hace que el dolor lentamente desaparezca.


Ese día descubre que la magia de Yixing le permite sanar a otras personas.

Se siente bien tenerlo a su lado. 



El chico de las estrellas || SuLay/LayHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora