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𝑁𝑎𝑟𝑟𝑎𝑑𝑜𝑟 𝑂𝑚𝑖𝑠𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒
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El sonido de espadas chocando alertó al príncipe del reino Bakugō, quien entra corriendo a la tienda observando la pelea del alfa contra el omega. El pecoso aplicaba los movimientos y técnicas aprendidas por el cenizo y, al decir verdad, es muy bueno. Las manos heladas del bicolor sujetaban la espada con fuerza, atacando sin miedo con un rostro neutro pero frunciendo levemente el ceño hasta ser interrumpido por el príncipe Bakugō que protegió al más bajo. Eso tomó por sorpresa al otro alfa, pero eso no lo detuvo. La fricción de las armas al estar chocando causaba un ruido molesto pero nuevamente comienzan a golpearse retomando el combate.
— Pensé que tenías la suficiente inteligencia como para saber donde pertenecen los sucios omegas —.la voz fría del heterocromático provocó un gruñido de enfado en el rubio quien comenzó a realizar movimientos nuevos para Izuku y profesionales, dificultándose para el príncipe Shoto. Los dos se separan quedándose quietos dirigiéndose miradas asesinas, cada una con su razón. La mano derecha se levanta lentamente alertando al rubio.
— ¡HAY QUE SALIR DE AQUÍ AHORA, DEKU' ! —.la mejilla sangraba un poco por un pequeño corte que le dio con anterioridad el príncipe del reino sur, el rubio en acto de desesperación activa su quirk con miedo de que congelara todo. El omega sin pensarlo dos veces grita:
— ¿¡ESE ES TODO TU PODER!? —.hasta donde él sabía, el bicolor tenía doble quirk, pero que nunca ocupa su izquierda por temas personales o no mencionados. La reacción de Todoroki fue quedarse en blanco deteniendo su ataque pero recibió una explosión a cambio, dejándolo noqueado. El silencio consumió la tienda por eternos segundos, pero el rubio reacciona y busca algo en específico, logrando encontrar el objeto: una cuerda.
— ¡¿Q-Qué haces?! —.el pecoso lo detiene asustado, no quería problemas.
— Si no lo amarramos nos atacará, crea una de tus pociones para detener su particularidad —.no solo habían entrenado todo ese tiempo, Bakugō también había aprendido de Midoriya.
— ¡Pero-..! —.
— Si no quieres terminar en una celda, muerto de hambre o terminar en manos de un alfa que triplique tu edad hazlo —.lo mira a los ojos, estaba igual o un poco menos asustado que Izuku, no quería que lastimaran a su compañero.
Los dos amarran al bicolor, siendo atrapados por Seccal que volvía de su paseo mañanero. Los dos presentes sacan al príncipe del sur de la tienda, dejándolo de espaldas frente a un árbol rodeándolo con otras sogas nuevamente por si sucedía algún imprevisto. El pecoso, nervioso, le da una pócima para ausentar el don por al menos unas horas para que no intentara atacarlos o algo parecido, pero se vio interrumpido por un quejido masculino detrás de él, el omega se da vuelta preocupado observando como de las mediadas y algo profundas heridas salía sangre de forma lenta.
