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𝑁𝑎𝑟𝑟𝑎𝑑𝑜𝑟 𝑂𝑚𝑖𝑠𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒
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Los días pasan corriendo al igual que los rumores. En dos días el pueblo se vio aprisionado por turistas, visitantes y viajeros que querían escuchar las palabras del equipo con una revolución por detrás, con apoyo y gente que se está inspirando a alzar la voz.
Existen opiniones negativas independientemente del segundo género –alfa, beta y omega–, sin embargo eso no desanima al grupo revolucionario.
Bakugō, quien al saber sobre las exposiciones del brujo y que de boca en boca se extiende la información, se encuentra preocupado por las consecuencias que puede haber. Agregando que tiene choques con lo que emite su acompañante. Y sí, aunque nuestro rubio explosivo respete las opiniones de Midoriya, seguían latientes sus pensamientos juzgadores en base a los omegas.
No esperen que de la noche a la mañana el futuro monarca del oeste cambie de pensamientos cerrados a unos más liberales. Hay varias cosas que no entiende debido a que no lo ha experimentado en carne propia.
— Deku' —.
Izuku voltea al escuchar el extraño apodo creado por el alfa.
— Deberías de parar tus juntas inútiles —gran manera de comenzar. Aquel pecoso frunce levemente el ceño analizando sus palabras, de los meses que ha convivido con Katsuki ha aprendido mucho de él incluyendo su forma de expresar.— ¿No haz pensando que los rumores pueden caer en manos equivocadas? Lo que menos quiero es que todo se vaya a la mierda por tu culpa —.
Del omega se escapa un pequeño soplido, pensando en la "sugerencia" del alfa. Tiene razón después de todo, pero en su interior ya se encuentra la antorcha alimentada por querer un cambio y revolución.
— Disminuiré las charlas, quizás así se pueda apaciguar los comentarios que se esparcen —la cara del escarlata demuestra desacuerdo total, no se conforma con eso.— Lo prometo —las manos del pecoso se posan sobre las mejillas ajenas, mirando fijamente al príncipe para convencerlo.
Aquellos ojos de perrito abandonado pudieron con el agrietado corazón de acero puro.— Haz lo que quieras —mira en otra dirección rendido y enfadado, Midoriya sonríe triunfante seguido de un ósculo directo en la frente del rubio.
— Gracias Bakugō —sin más, se va donde su grupo para coordinar y mermar los futuros discursos como lo prometió.
Luego de que el pecoso saliera, el príncipe hace lo mismo pero alejándose del pueblo mientras sigue el pequeño camino por unos momentos.
— No esperé que viniera hoy —la voz grave resuena en los oídos de Katsuki, quien se quita la capucha al estar ya en su destino.
Izuku no es el único que se aventura seguido, el de carácter explosivo también lo ha estado haciendo sin embargo, no con el mismo fin.
