Capítulo 3

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-Tuvo una convulsión y debido a los espasmos la herida en su cabeza se abrió. Es normal que esto suceda, después de todo tuvo un traumatismo bastante fuerte en la cabeza. -Shinobu le explicaba la situación a Giyu.
-Me fui solo por una hora, maldita sea. -En este momento Giyu era una combinación de frustración, ira y preocupación.

-No es tu culpa...

-¡Si hubiera estado aquí hubiera podido evitar que se hiciera daño!

-Tomioka-san... No estás actuando como tú mismo... -Shinobu tenía razón, el joven siempre se mostraba frío e indiferente ante los demás. -¿Por qué te aferras tanto a este chico?

Tomioka salió de la sala en donde estaba hablando con Kocho dejando a la chica muy desconcertada.

Pasó al rededor de un mes, un mes en el que Tanjiro seguía sin despertar, hubo alguna que otra convulsión más, pero afortunadamente Giyu siempre estaba ahí para evitar que el joven se golpeara a sí mismo con los espasmos.

Incluso Nezuko había despertado alrededor de una semana atrás. Todos los días al ponerse el sol, la chica salía de su habitación y se dirigía a donde se encontraba su hermano. Se quedaba con el un par de horas acariciando su cabeza con ternura y luego volvía a su habitación bastante feliz, al parecer sentía que su hermano estaba fuera de peligro y simplemente dormía.
Si no fuera por las vendas que cubrían su cuerpo y la intravenosa en su brazo (con la que se le pasaban líquidos y otras cosas para que el chico no se deshidratara) Tomioka también pensaría que simplemente estaba durmiendo pues siempre tenía una expresión muy tranquila.

Las jóvenes de la hacienda iban todos los días a checar el estado de Tanjiro, limpiaban sus heridas y cambiaban sus vendajes. Durante ese rato Tomioka solía salir a estirar su cuerpo y entrenar un poco con su espada, si quería cuidar de Tanjiro tenía que mantenerse en forma.

Ese día por la noche, después de que Nezuko se fuera de la habitación, Giyu apagó las luces (velas) y se fue al rincón de la habitación en donde solía descansar (Porque si, el también tenía que dormir).

-¡Tomioka-san! -Era la voz de Tanjiro. Giyu extrañaba oír su voz detrás de él cada vez que el más joven le veía y corría detrás de él para saludarle.

-¡Tomioka-san! ¡¡Mira esos dulces!! Compremos algunos. - Giyu se encontraba con Tanjiro. Estaban en una especie de festival, ambos vestían ropas tradicionales e iban de la mano. Era de noche, el lugar estaba alumbrado con miles de linternas y el ambiente estaba lleno de felicidad.

Tomioka compró de los dulces que habían llamado la atención de Tanjiro. Eran pequeños Mochis rellenos de fruta. El joven más pequeño los comía con mucho entusiasmo y una gran sonrisa.

-Tomioka-san, esto está delicioso, ¡tienes que probarlo! -Tanjiro tomó uno de los dulces con su mano y lo acercó a la boca de Giyu, este aceptó darle una mordida al dulce gustoso.

-Es cierto, son muy dulces, pero no tanto como tú. - Giyu no se reconocía a sí mismo. Tanjiro soltó una risita -¡Tomioka-san me hace muy feliz!
El mayor tomó el brazo del contrario y lo atrajo hacia él para envolverlo con sus brazos.

Giyu despertó debido a los rayos del sol golpeando su rostro. Había dormido muy profundamente y había tenido un sueño sumamente fuera de lugar con Tanjiro, quien seguía durmiendo al otro lado de la habitación.

-¿Cuando despertará? -Shinobu estaba cansada de esa pregunta. Cada vez que iba a revisar al muchacho Giyu preguntaba lo mismo.

-Ya debería haber despertado... En cualquier momento lo hará.
La frustración crecía en Tomioka cada vez más con el pasar de los días. Quería escuchar la voz de Tanjiro nuevamente. Quería verlo paseando por ahí. Quería saber qué estaba bien.

Al llegar la noche nuevamente, Nezuko fue a encontrarse con su hermano. Tomioka siempre salía de la habitación cuando ella llegaba, pues se sentía un poco fuera de lugar.

Giyu se veía bastante decaído, sentía una presión en el pecho que era bastante difícil de llevar. Escuchó a la pequeña demonio salir de la habitación de su hermano, esperaba verla irse a algún lugar dentro de la casa, sin embargo la joven lo sorprendió sentándose a su lado. Nezuko puso una mano en su cabello y lo acarició como solía hacer con Tanjiro. Probablemente había caído en cuenta sobre el malestar de Giyu e intentaba reconfortarlo, después de todo, ella veía a todos los humanos como su familia. Tomioka tenía que admitir que la calidez que transmitía la pequeña era bastante alentadora.

-Oye Nezuko... Crees que Tanjiro vaya a despertar pronto? - La joven en respuesta cerró sus ojos en una expresión alegre bastante contagiosa. En el rostro del mayor se podía notar un ápice de felicidad por primera vez en mucho tiempo.

Priorities -Giyutan- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora