El diario del siglo XIX (19)

CAPITULO 2

Al día siguiente Eneas se despertó y algo extraño habia sucedido, aquel viejo diario que habia encontrado anteriormente en aquel ático se encontraba de alguna ilogica manera sobe su mesa de luz.

Eneas decidió no prestarle atención y comenzó a vestirse para bajar a la cocina a desayunar

—Ah hijo, ya bajaste, iba a subir a despertarte— dijo la madre de Eneas.Este casi la ignoró, ya que paso de ella olimpicamente—quería decirte que con tu padre encontramos una buena escuela para que vayas, se llama Hall Grove School— termino de decir

—¿Cuándo comienzo?— pregunto el ojiverde

—Este miércoles— respondió su madre sirviendole su plato con el desayuno

                                                                                        (...)

Eneas estaba colocandose su chaqueta, ya que iba a ver nuevamente el barrio, porque la primera vez no salio muy bien que digamos... en fin, cuando salio de casa fue al parque y como decirlo, todo se veía tan vivo, había mucho verde y el lugar estaba muy bien cuidado, tenía arbustos y arboles por todas partes y había un aire tan puro com el agua. El castaño disfrutaba su paisaje hasta que se escuchó una voz femenina llamar su nombre

—Eneas, que gusto verte de nuevo—Saludó aquella chica con la que habia chocado el anterior día

—¿Cómo sabes mi nombre? es decir, nos vimos ayer y ya te sabes mi nombre—Dijo el con sus manos en los bolsillos

—Soy buena recordando nombres y caras— Contestó alegre la pelinegra—Celine—dijo de la nada la chica

—¿Disculpa?—pregunto Eneas

—Celine es mi nombre, te lo recuerdo por si te había olvidado— le dedicó una sonrisa sin mostrar los dientes  

—¿y tu bicicleta con la que casi me matas ayer?— dijo el castaño bromeando

—En mi casa, una de mis ruedas se desinfló— respondió—Pero mi padre lo arreglara, siempre arregla mi bicicleta

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Eneas volvió del parque, ni siquiera se dio cuenta que había pasado 3 horas hablando Celine, resulta que la pelinegra es más simpatica y divertida de lo que el pensaba ...después de todo podrían llegar a tener una amistad

—¿listo para el primer dia de escuela mañana?— preguntó su padre

—Supongo...— respondió Eneas, el no queria ir a otra escuela que no fuese a la que iba antes. Pero ahora las cosas cambiaron y debera adaptarse

—Te irá  bien, no te preocupes— Volvió a decir su padre

Eneas solo sonrió y fue a su cuarto, subió por las escaleras blancas de la casa que lo llevaban a la plante de arriba. Ya en su cuarto vió que el diario no se encontraba en la mesa de luz como la ultima vez que lo había visto, sino que ahora se encontraba  sobre su cama. Supuso que su hermana lo había tocado

—¡Deniss!— gritó—¿¡entraste en mi cuarto?!— el chico recibió un no como respuesta, Eneas siguio sin creerle, puesto que su hermana menor irrumpía en su cuarto la mayoria de las veces. No le dio importancia y se puso su pijama, antes de metrse en la cama tomó el diario y lo dejo sobre la mesa de luz, ahora si,se dispuso a dormir

                                                                                         (...)