Siento una leve brisa bajo mi espalda. Despierto, aturdida. ¿Dónde estoy?
Decido incorporarme esperando encontrar la respuesta. Nada. No recuerdo absolutamente nada.
Tras escasos minutos en los que descanso la vista, aparece un hombre en la única puerta de este cuartucho oscuro, siniestro, y sobre todo vacío.
-Vaya, veo que has despertado, preciosa- Murmura en mi oído el desaliñado hombre. Es bajito, musculado y su aliento huele a alcohol. Me aparto bruscamente.
-¿Dónde estoy?¿Qué me habéis hecho? - Pregunto imponente.- No te acerques a mi, sucio tapón.
Parece que le ha afectado mi comentario, e increíblemente me obedece. No me lo esperaba.
-Brounch te espera, ponte algo y come.- Dice bruscamente, posando sobre el suelo un plato con deliciosas costillas de cerdo, ensalada y muesli. Seguidamente, enciende una luz y deja un vestido sobre la cama en la que me encontraba.- No le hagas esperar.
Cierra la puerta y oigo sus pasos alejarse pesadamente sobre el mármol.
Vacilo un momento y, automáticamente aparece una imagen en mi mente, nublándome la vista. Se trata de una sala de inteligencia, llena de controles y especialistas del Estado por todas partes. Me acerco al que parece controlarlo todo.
- Distritos 6 y 11, hazles la 3-1-7 y actúa con paciencia. Los disturbios deberían calmarse sobre las seis. -Ordeno, con voz poderosa y fuerte. Entonces el hombre se va y vuelvo a la habitación.
Esto me ha desconcertado bastante, así que no soy consciente de lo que hago mientras pienso en la reciente visión. Cuando me doy cuenta, me he puesto el vestido- escotado como nunca antes, corto y rojo pasión, marcando mis curvas- y me miro al espejo junto a la puerta. Entonces lo veo. Mi cara está demacrada, y tengo varias cicatrices. Mis antiguos ojos verdes esperanza, se han convertido en un verde nítido, casi incoloro.
Tomo fuerzas, respiro hondo, y abro la puerta.
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Venganza inminente
Science FictionUna sola acción, una sola traición, una sola casualidad, una sola nación, una sola salida de la desesperación.