EXTRA¡!

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¡Es Sanha! ¡Roa! ¡Es Sanha! ¡Sanha vino! ¡Vino Sanha! ¡Roa rápido!

Sanha oía los chillidos incluso detrás de la puerta. MJ ni siquiera había encontrado las llaves para abrirle y Toben ya se había enterado de su visita y estaba haciendo una fiesta.

Se sonrió la última vez que había visto a esa pequeña bola de energía había sido meses atrás. Casi nunca coincidía su visita con los días que MJ lo llevaba a su casa para pasar el tiempo con él.

¡Roa! ¡Rápido! ¡Ya va a abrir! –Dicho y hecho, MJ por fin encontró y puso la llave en la cerradura. Dos segundos después, la puerta estaba abierta y un pequeño perrito negro salió corriendo a su encuentro. Se agachó inmediatamente para acariciar su suave cabecita. Toben movía enérgicamente su cola en un vaivén casi violento mientras recibía el saludo, murmurando que lo quería y que estaba explotando de felicidad por verlo.

Ingresó por fin, buscando con la mirada a los demás residentes. Ni Roa, ni Bin estaban a la vista.

Podrías disimular que no viniste a verme a mí —se quejó MJ, alzando a Toben.

Claro que vine a verte, pero también quiero saludar al otro dueño de casa. Sería maleducado de mi parte no hacerlo. –Aunque sería la primera vez que haría un esfuerzo extra para saludarlo, y esos dos ya llevaban meses viviendo juntos.

Ya que vas, te toca invitarlo. Cuando yo le dije que venga me dijo que no quería molestarte. –Dicho eso, dejo al can en el piso y se perdió en la cocina. Sanha estuvo a punto de dar un paso hacia la habitación de Bin, pero Toben comenzó a saltar a su alrededor otra vez.

¡Sanha! ¡Alzame! ¡Vayamos a la plaza con MJ! ¡Al parque con el parque! –Se sonrió. Toben lo hacía querer jugar como si fuera un niño.

Tengo que invitar a Bin primero. –El pequeño entonces detuvo sus saltos y ladeó su cabeza.

¿Él también viene? ¿Por eso lleva 15 minutos peinándose? Roa dice que va a salir a jugar conmigo cuando termine pero, ¡Llevo años esperando y no salen! –Se rió. Toben siempre decía lo primero que le cruzaba la mente, motivo por el cuál Sanha sabía cada detalle de la vida de Bin. Hasta los que no quería saber, como que le gustaba posar desnudo y hacer caras enfrente del espejo después de bañarse. Sanha aprovecharía la presencia de Toben. Lo tomó en sus brazos, haciendo que el can festejara porque le encantaba estar con él, y se dirigió al pasillo a paso lento.

¿Qué más viste que Bin hiciera? ¿Dijo algo cuando se enteró que venía?

Sí, se enojó con MJ porque no le avisó con anticipación y se fue corriendo a ducharse. Roa me dijo que Bin siempre se acicala cuando estás por venir, ¡Eso quiere decir que te está pretendiendo! ¡Bien por ustedes! –Sanha reprimió una risa. Sabía que Toben se tomaba en serio todo lo que decía y, si llegaba a reírse, lo ofendería. No quería que eso pasara, necesita saber más.

Y ¿Después? —Preguntó, frenándose a mitad del pasillo.

Después se metió a su habitación, Roa y yo lo seguimos. Puso muuuuchos pantalones grises uno al lado del otro y los miró por muuucho rato. Yo me aburrí y me fui. Creo que está haciendo las cosas mal. –Eso lo sorprendió. Toben siempre apoyaba a todos en todo lo que hacían. Nunca le parecía que nada estaba mal, y eso que era mascota de Bin.

¿Por qué? –El perro se removió en sus brazos. Lo bajó y continuó la caminata.

Si quiere pretenderte, ¡Tiene que practicar cosas de apareamiento humano! ¡Como hacía MJ! Bin tiene muchos peluches, podría practicar con ellos.

Cubrió su boca con una mano para no reírse. Pagaría por ver eso.

Finalmente dejó de perder el tiempo y llamó a la puerta, recibiendo el ruido de algo cayendo como respuesta. Si Bin iba a entrar en pánico cada vez que le dirigía la palabra, sería mejor que empiece a invertir en aparatos y objetos de plástico.

Exhibido | BINSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora