Gemma Johnson
"Me duele el corazón de tanto pensar en todas aquellas cadenas que me atan haciéndome esclava de ellas, aún con las llaves de cada cerradura cuesta soltar una a una por lo doloroso que se vuelve sobrellevarlas, a veces tengo la tonta idea de que puedo arreglarlas y las conservo, luego, caigo en la cuenta de que fue una pésima decisión hacerlo y llegan los lamentos"
A veces pienso que las personas son parásitos, seres que se alimentan de otros para poder sobrevivir en el mundo. Algunos se convierten en una plaga tan difícil de arrancar del cuerpo que, cuando finalmente lo logras, experimentas una tranquilidad liberadora. Te das cuenta que algo tan sucio, y repulsivo, un ser invertebrado, ya no forma parte de ti porqué detuviste su reproducción para salvarte.
Todo a mi alrededor parecía gris, sin matices ni colores. Supongo que, tras pasar tanto tiempo en una cueva oscura, sin un solo rayo de luz, empiezas a ver el mundo tan teñido de negro. Te acostumbras tanto a la oscuridad que dejas de pensar que podría haber otros colores, o simplemente decides no verlos, para evitar salir de tu zona de confort, esa que en ocasiones nos empeñamos por mantener intacta, sin alteraciones, sin cambios.
—Gemma!! —. Oigo a lo lejos que me llaman. ¿De verdad soy esa persona o solo estoy fingiendo serlo? En ese instante, mi burbuja se rompe, y me enfrento a la realidad de mi vida, de mí misma.
—Aquí estoy —. Respondo, sintiendo la lejanía de mis propias palabras. Los pasos, lentos pero firmes, se acercan a mi habitación. La puerta se abre, y ahí aparece Mariam, enojada. Oh, aquí vamos otra vez.
—¿Por qué no me contestas cuando te llamo? ¿Lo haces adrede o simplemente para fastidiarme? Últimamente no entiendo que te pasa. Trato de entenderte pero no llego hacerlo, siempre me bloqueas el camino. Nunca me has dejado acercarme lo suficiente. Me siento frustrada conmigo misma, soy tu hermana mayor y no encuentro la manera de ayudarte, que vuelvas a ser tú misma— Sus palabras salen cargadas de impotencia, mientras las lágrimas comienzan a correr por su rostro. Verla así, herida por mi culpa, me duele profundamente.
—No tienes que hacerlo- Digo, mi voz apenas es un susurro—. Estoy bien, no te preocupes. Todo pasa, ¿no? En algún momento esto también lo hará, y yo volveré. Mientras tanto, déjame vivir de la manera en la que lo he estado haciendo, aunque no te guste, aunque no estés de acuerdo. Solo déjame sobrevivir a mi manera. Es más fácil para ti dejarme hacerlo, ¿por qué sigues tratando de intervenir en algo que no puedes controlar, algo que no depende de ti?
Puedo ver el terror que mis palabras le provocan, cómo su llanto se vuelve más desesperado al no saber como ayudarme. Entiendo su dolor, pero yo tampoco sé como salvarme. Decir que harás algo es tan fácil, pero hacerlo... realmente hacerlo, es increíblemente difícil.
—Gem, no puedes pedirme eso — dice, con la voz entrecortada por el llanto—. No quiero que vivas como yo. No puedes pedirme que no me preocupe por ti cuando vivo por y para ti. Te vi nacer, te vi crecer... eres parte de quien soy. ¿Cómo podría dejarte a tu suerte? Solo pensar en esa posibilidad me destruye. No sé que tan profundo estás en ese pozo, no sé cuán oscura se ha vuelto tu vida, tus pensamientos. Me preocupas, porque te amo, y solo por esa razón no puedo hacer lo que me pides. No me lo pidas, porque no lo haré. Déjame ayudarte, permíteme ser tu guía, tu apoyo. Si te cierras, te hundirás más. Por favor, solo está vez, deja que te ayude. Lo necesitas, y yo también.
No aguanto más. Rompo en llanto. Es increíble como palabras llenas de amor y preocupación pueden destrozarte por completo. Es verdad, a menudo me siento pérdida, sin saber que hacer. Pero ella siempre ha estado ahí, tratando de reconfortarme, mientras yo solo he hecho todo lo posible por alejarla. Tengo la horrible costumbre de apartar a las personas que me aman, convenciéndome a mí misma que no lo merezco, desde aquello que sucedió... ¿En qué me convertí?
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Amor Tóxico
RandomGemma siempre se había considerado una persona independiente, centrada en sus estudios, y con un firme control sobre su vida emocional. Nunca había sentido una conexión profunda con nadie, y estaba decidida a mantenerlo así, hasta que un día todo ca...