𝑬𝒒𝒖𝒊𝒑𝒐

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Atsushi llevaba 3 semanas evitándolo, el pobre creía que Akutagawa estaba enojado con él y que lo buscaba para molestarlo. Fueron 3 semanas de angustia para el menor, él no recordaba haber hecho algo para molestarlo pero recordar la mirada de Akutagawa sobre él y la intensidad con la que lo buscaba le hacía creer que sí.

Mientras Atsushi estaba angustiado huyendo por su vida, Ryuunosuke estaba desesperado. Le desesperaba el hecho de que el albino siempre se le escapara, le desesperaba verlo hablando con otros y que no fuera él a quien le sonriera, no soportaba el hecho de que no fueran cercanos. La próxima vez definitivamente le hablaría, no lo dejaría escapar.

Estaba esperando la oportunidad perfecta para acercársele sin que se diera cuenta y estaba tan empeñado en ello que no se dio cuenta de que el profesor llamaba su nombre.

—¡Akutagawa! ¡Akutagawa!

Cuando reaccionó se dio cuenta de que estaba en plena clase de gimnasia y de que el profesor le decía que hiciera equipo con Atsushi para limpiar la cancha. Ryuunosuke tenía un cuerpo débil así que no hacía ejercicios, pero a cambio debía limpiar y en esta ocasión lo acompañaría Atsushi. Sus ojos se iluminaron y agradeció inmensamente que ese día el profesor no haya podido ir y el profesor Oda lo reemplazara. La oportunidad perfecta había llegado por si sola y no planeaba desaprovecharla, entablaría una amena conversación con él en ese tiempo. 

Nakajima olvidó su uniforme de gimnasia y al no encontrar alguien que se lo prestara tuvo que limpiar para compensarlo. A diferencia de Akutagawa, él no estaba para nada emocionado, temía que Akutagawa aprovechara el tiempo que estuvieran a solas para golpearlo o en el peor de los casos, asesinarlo. Suplicó al profesor que no lo dejara solo con él, pero Oda insistía en que era mejor que trabajaran juntos. Tenía razón, así sería más rápido y fácil pero él seguía temiendo por su vida. Al final no tuvo más opción y se acercó de forma renegada al almacén donde guardaban los utensilios de limpieza junto al azabache, quien lo miraba con un brillo indescriptible en sus ojos. Un escalofrío recorrió su cuerpo, estaban completamente solos allí.

 —Atsushi Nakajima— se atrevió a decir después de pasar varios segundos observando, segundos que le parecieron eternos. Atsushi se estremeció de nuevo.

—¡Por favor no me mates!— hubo un gran silencio por parte de ambos.

Akutagawa suspiró, de cierto modo estaba aliviado.

—Así que por eso me evitabas todo este tiempo— soltó una pequeña risa. —No te voy a matar, ¿de dónde sacaste esa tonta idea?

Atsushi estaba sorprendido, no sabía que la persona con la peor reputación en la escuela pudiera reír de esa manera.

—Pensé que me odiabas por la forma en la que sueles mirarme... es como si quisieras golpearme o asesinarme— tartamudeó un poco al decirlo. —Realmente estoy aliviado de que no sea así, no quiero morir aún— una ligera carcajada resonó en el almacén.

Ryuunosuke llevó su mano a su frente y se golpeó, debía tener más cuidado en la forma en la que lo miraba, pero dejando de lado aquello, realmente estaba feliz. Por fin había logrado hablarle y también resolvió un malentendido. 

—Por supuesto que no, por ahora volvamos con las cosas.

En ese momento llegó a desear que se quedaran encerrados, así podría disfrutar por más tiempo. Jamás imaginó que pudiese llegar a  tener tan buena suerte ese día, al intentar salir para comenzar con la limpieza se dieron cuenta de que la puerta estaba cerrada desde fuera y de que no podían abrirla. Atsushi comenzaba a desesperarse y Akutagawa se emocionaba.

<<<Continuará>>>


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