Capítulo 7: Corriente eléctrica.

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Corriente eléctrica

Xavier

La comida es un punto importante en la vida, por lo menos lo es en la mía, y la comida que prepara Martha es de los cielos, la lasaña está perfecta, la perfecta capa de salsa, de bechamel y la pasta en su puto, de seguro estoy haciendo caras muy graciosas por el sabor de la comida ya que el infantil de Blake trata de tapar su sonrisa con el jarro que tiene lleno de vino, le dio pereza ir por las copas, así que sirvió algo de vino en unos jarros de donde me tomaría un buen chocolate frío.

¿Por qué quien toma chocolate caliente?, es decir en Guayaquil hace calor 23 horas de las 24 que tiene el día, la hora sobrante es cuando te bañas y abres el refrigerador. Bueno quizás exagero pero en esta temporada es así.

—Si sigues mirándome así te enamorarás más de mí y yo no puedo darte lo que desearías —le digo, apartando el plato.

—Lo siento es que en serio me sorprende cómo comes.

—La comida es deliciosa, mi buena genética y el ejercicio me permite disfrutar de estos placeres —le digo —¿Cómo vas con el trabajo final?

—Preocupado, no, más bien ansioso, quiero ya terminar y seguir trabajando como lo estoy haciendo.

—¿No piensas mudarte? —le pregunto antes de probar algo del vino.

—No, estoy bien aquí, mamá me dijo que no gastará dinero en el departamento, digo, no a todos nos regalan uno al cumplir 20 años.

—No, a otros le regalan franquicias —contraataco.

—De las cuales no me hago cargo, entonces no tocó ni un centavo.

—¿Por qué?

—Me gusta lo que hizo mi abuelo, pero no me veo dedicándome a eso, el dinero está guardado en una cuenta, quiero seguir en el negocio de la familia, pero me iré por la parte de legal, me gusta mi carrera y trabajar en la empresa de Frank me gusta demasiado, así que me quedaré. ¿Tú qué piensas hacer?

—A ver, Erick finanzas, Edith diseño de interiores, Ara negocios igual que yo...

—Ara está en ¿negocios?, no dijiste que estaba estudiando arquitectura.

—Lo estaba, pero decidió que ese no era su camino.

—Es la segunda vez que cambia —me recuerda.

—Lo sé, siento que no lo hace de malas, simplemente no sabe a qué dedicarse, la entiendo, si no fuera por mi adicción no me hubiera dado cuenta que era bueno en los negocios y las relaciones.

—¿Es eso un consejo? —me pregunta.

—Claro que no —le respondo —solo digo que hay que tenerle paciencia.

—¿Y bueno?

—Pues pienso trabajar con papá, ganarme el puesto o sino ir a otra empresa, aplicar mientras tanto y también pienso regresar a mi departamento —suelto.

—No es mala idea, la cosa es que le guste a tu mamá.

—Hablar con mamá es difícil, ya lo hable con papá y los E, ellos piensan que es bueno, llevo meses viviendo en casa y me gusta, pero ese lugar era mi espacio mucho antes de la caída, mi espacio.

>>El otro día dijo que haga lo de Ara, que lo alquilará y tendría ese ingreso, pero no quiero, yo si quiero mudarme a mi lugar, y lo haré, solo estoy pensando en cómo decirle, tengo ese trabajo en línea en el que no me va mal, así que no tengo de qué preocuparme.

—Pues hazlo, tendrás mi apoyo siempre y extraño hacer pijamada en ese lugar.

—Aunque no será exactamente en ese lugar, quiero un más cerca de aquí, de ti, para poder venir —digo y me mira extrañado.

ALGO DE NOSOTROS (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora