Homiesexual not homosexual

163 23 0
                                    

Moon Bin estaba tomando pequeños sorbos de su vaso lleno de vodka, reclinado en una esquina de aquella casa ajena en la que se realizaba aquella fiesta. Creía que era la casa de un amigo de Kino. Su tren del pensamiento podría haberlo ensimismado durante largos minutos sino fuera porque unas hermosas y esbeltas manos pálidas se aferraron a su desocupada mano. Siguiendo al dueño de estás encontró a su Dongmin hyung* luciendo como un ratoncillo asustado. Sus hermosos labios se partieron en una clara mímica de la palabra ayúdame. Oh, así que había vuelto a pasar.

Sin decir palabra Moon Bin llevo esas cálidas manos a sus labios, besando sus nudillos en un claro signo afectivo que cualquiera que no conociera a Bin y Dongmin tomaría como señal de afecto entre una pareja.  La cual no eran. Terminando de un trago el resto de su bebida, el más joven aprovecho para observar a sus alrededores y buscar a aquella persona que estuviera incomodando a su amigo. Entre miradas llenas de desilusión —que Moon Bin sabía eran por la realización de que su hyung tenía pareja, aunque esto fuera falso— hallo un ceño fruncido en una de las esquinas de aquel cuarto, más enojado que sorprendido. Moon Bin regreso la mirada, arqueando una ceja en una clara burla hacia la desconocida. Al ver la falta de vergüenza en la cara ajena sonrió como el gato Chesire, y en un sólo movimiento tomo a su hermoso amigo por las caderas, acercándolo a su persona, pegándolo a su persona. Dongmin soltó un pequeño sonido de sorpresa, camuflado en el alto volumen de la música a su alrededor, y en un intento de mantener el equilibrio coloco sus manos de forma inintencionada en el pecho ajeno. 

Manteniendo su sonrisa, bajo la mirada para encontrar a un avergonzado Lee Dongmin entre sus brazos. Aquella sonrisa traviesa se transformo en una de ternura, de aquellas que hacen que sus ojos se cierren en media luna y su cara se asemeje a un samoyedo. Dijo: —Hyung, ahora esta a salvo. 

Dongmin claramente avergonzado oculto su rostro en el pecho ajeno mientras protestaba en murmullos amortiguados. Preocupado, tomo la barbilla ajena entre sus dedos, obligando a esa hermosa cara —tan hermosa que parecía más una maldición que un don— a mirarlo. 

—¿Qué paso? —preguntó, para después mover su mano y reposarla en la mejilla del mayor en una especie de caricia que Moonbin esperaba ayudará a tranquilizar a su amigo. Aquel amigo que se recargo a ese contacto con los ojos cerrados, su rostro expresando que era eso lo que necesitaba para aliviar su tristeza. Dongmin, recordó Bin, contrario a la creencia popular de extraños chismosos en su universidad de ser un cerebrito frío increíblemente atractivo, era una masita de amor que expresaba su cariño de forma física, ya sea a sus amigos, familiares o pareja.

—Estaba hablando con Myungjun hyung, cuando ella se acerco. Intenté decirle que soy gay y no me interesa "que me hagan hombre", gracias. Pero no desistió e incluso me siguió al baño. Le invente que tenía novio y me reto a demostrárselo. Y bueno, eres la única persona que pude pensar que me ayudaría. Siento meterte en esto de nuevo, Binnie.

La verdad sea dicha, esta no era la primera ni sería la última vez que el mayor se encontraba con coqueteos indeseados y gente desagradable que no aceptaba un no por respuesta. Siendo atractivo hasta rozar lo irreal, las masas intentaban sin falta meterse entre sus sabanas, fueran hombres o mujeres, incluso hasta llegar a métodos asquerosos como declarársele en el auditorio en frente de media escuela para que sucumbiera a la presión social, tomar las mismas optativas que Dongmin e incluso asistir a estas a pesar de no estar registrados en ellas, pegársele como un chicle en los bares incluso después de ser rechazados ,y el peor de todos, acosarlo en su viaje de la escuela a su casa para coaccionarlo a ser su sugar baby cuando estaba en secundaria —lástima que el viejo verde no contará con la no poco exitosa abogada mamá de Dongmin—. Bin sabía todo esto, pues siendo su mejor amigo desde la infancia, había sido él quien lidiara con la mayor parte de esas escorias. A veces fingiendo ser el novio del mayor, a veces, y sin que éste lo supiera, amenazando y ahuyentando con sus puños a puerta cerrada. Moon Bin podrá ser hetero, pero su amigo siempre estará antes que cualquier supuesta masculinidad y prejuicio social existente o por haber. Su Dongmin siempre será su Dongmin. Aquel niño que abrazada como respiraba, de forma inconsciente, constante y natural; aquel niño que, al mismo tiempo, usaría su cerebrito de niño genio para burlarse de ti. Ese Lee Dongmin que a sido parte fundamental y un gran apoyo emocional para Moon Bin desde hace más de diez años. Ese Lee Dongmin por el que obtener algunos moretones y lesiones valdría la pena sí significaba su seguridad y felicidad. Y Bin juraba protegerlo. 

Con una mueca en su rostro respondió: —No tienes que disculparte, ni conmigo ni con nadie. Nunca será tu culpa que haya imbéciles en el mundo, ¿entendido Minnie? —y cuando el chico en frente suyo asintió de forma lenta, mirándose desgastado por el mal rato pasado, lo abrazo.  Estuvieron así largo tiempo, dos mejores amigos abrazados de forma tan íntima en media fiesta, que incluso los borrachos más ruidosos apartaron la mirada sintiéndose invasores de aquella escena. 

En un susurro Bin declaro al aire: 

—Te quiero mucho, Dongmin hyung.

—También te quiero, Moon Bin, aunque sólo me digas hyung cuando te conviene.

Y entre risas, abandonaron ese lugar que apestaba a alcohol y cigarrillos en pro de su apartamento y ese torneo de smash que habían pospuesto por culpa de sus finales.

Homiesexual not homosexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora