Q u i n c e

111 14 1
                                    

Querida Ivy;

No dejaste de sonreírme. 

—¿Te han comido la lengua los ratones, niña? —dijiste luego de darte cuenta de que yo no respondía a tu  saludo.

Mis mejillas ardían y mi corazón estaba acelerado.

Su voz…Sus labios

 

 

Arqueó una de sus delgadas cejas y yo no dije nada. No podía hablar, mi cuerpo no respondía.

—Está bien —Armaste  tu celular y luego me miraste, otra vez—. Te veo luego.

Pasaste caminando, a mi lado, en dirección contraria. Iba a suspirar de alivio pero un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando escuché tu voz, otra vez. Justo en mi oído.

—Lindos rizos —susurraste  y luego sentí tu risa a lo lejos.

Tenías que ser tú, hiedra.  

Sonreí. 

 Siempre tuviste que ser tú. 

StormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora