Capítulo 1

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Cerré los ojos mientras echaba mi cabeza hacia atrás apoyándola contra el respaldo del asiento. Mi madre, que se encontraba a mi lado conduciendo nuestro pequño y viejo coche, giró la cabeza un segundo para mirarme.

—¿Has dormido algo, Ashley?—me preguntó ella.

—No—contesté simplemente.

Abrí los ojos poniéndome recta para verme en el pequeño espejo que se encontraba frente a mí. Tenía dieciséis años, era de piel blanca, estatura media, peso normal, cabello negro largo y liso. Mis ojos castaños estaban apagados, porque no había podido dormir nada en toda la noche. Estaba nerviosa, no sabía que me esperaba en el internado al que nos dirigíamos y mi mente estaba inquieta, no paraba de darle vueltas al mismo tema. 

El internado Belmont, iba a ser un sitio nuevo para mí, lleno de gente que no conocía. La mayoría de los estudiantes venían de familias adineradas. Yo, en cambio, estaba ahí por una beca. Vivía en un pequeño piso de alquiler con mi madre, mis padres estaban divorciados, ya que mi padre le había sido infiel con otra mujer. Mi madre tenía mi custodia completa, ella era enfermera y solía trabajar horas extra para poder traer más dinero a casa. El internado al que íbamos era uno de los mejores del país, muy prestigioso, uno que mi madre no podía pagar. Por eso, acepté a la beca que me ofrecieron por mis buenas notas y por ser una buena nadadora.

Rato después, llegamos a Belmont. El sitio estaba rodeado de campos verdes y grandes bosques. Varias personas caminaban por el campus llevando bolsas de mano y maletas. Mi madre dejó el coche en el aparcamiento y bajamos. Fui al maletero y agarré mi maleta y bolsa de mano. Caminamos hasta el gran edificio antiguo de ladrillos rojos, las ventanas eran de color blanco y el tejado gris.

Fuimos al despacho de la directora, Kate, y mi madre llamó a la puerta. La mujer de dentro nos dio permiso para pasar y entramos. En la habitación, la directora estaba sentada en su escritorio mientras hablaba con una chica. Esta se encontraba de pie y de espaldas a nosotras. 

Kate era de piel blanca, alta, delgada, ojos azules, cabello castaño, liso y por los hombros. Mi madre era de piel blanca, estatura media, peso normal, ojos castaños, cabello negro, liso y a la altura de los hombros. Siempre me decían que era una copia de cuando ella era joven.

La chica se giró y puso toda su atención en mí. Era de piel blanca, estatura media, delgada, ojos azules, cabello castaño, ondulado y por los hombros. 

—Buenos días, sentaos, por favor—nos dijo la directora.

La chica se cruzó de brazos todavía mirándome, parecía que le interesaba mi presencia.

—Bueno, pues bienvenida a Belmont, Ashley—comentó Kate con una sonrisa que a mi parecer se asemejaba a una bastante falsa—Esperamos que tu estancia aquí sea buena y por supuesto que te comportes bien, que respetes las normas...

—Lo hará, mi hija tiene educación—la interrumpió mi madre poniendo la mano en el apoyabrazos de mi silla.

—Eso espero—respondió, después abrió un cajón de su mesa—. Tu habitación es la cincuenta y uno, Ashley, aquí tienes la llave—me informó Kate mientras me la daba, luego se quedó viendo a la chica—. Lo siento, esta es mi hija, Tessa. No pensaba presentárosla porque no debería estar ni aquí, ¿verdad, Tessa? 

—Si quieres puedo ser tu guía en el internado—se ofreció con una sonrisa ladeada. 

—No digas tonterías, Tessa—soltó Kate con tono molesto—. Anda, sal ya, por favor.

—Vale...—respondió ella alzando las manos, luego me guiñó el ojo y se fue.

Tuve que aguantarme una risa nerviosa. 

—Ya tienes asignado un guía, Ashley—aclaró Kate—. A los estudiantes nuevos les asignamos a alguien de su mismo curso y sexo, para facilitar su adaptación en el centro. Se llama Harper, es la novia de mi hija y es una chica magnífica. 

En ese momento, cuando supe que Tessa tenía pareja, tengo que admitir que me desilusioné. Tessa no era mi tipo, pero había captado mi atención. Lo único bueno de la situación era que al menos a ambas nos gustaban las mujeres. 

—Harper es puntual, seguro que está afuera esperando—continuó hablando Kate mientras se levantaba.

—Claro—añadió mi madre echando la silla hacia atrás.

Me levanté también, agarré mis pertenencias y salimos al pasillo. Tessa se encontraba de pie delante de la puerta charlando con una chica. Ella era de piel blanca, estatura media, delgada, ojos azules, cabello rubio, liso y largo.

—Hola, Harper, esta es Ashley—nos presentó la directora.

—Encantada—contestó con seriedad. 

—Igualmente—respondí con la misma actitud. 

—Bueno, me vas contando qué tal, ¿vale?—inquirió mi madre.

—Lo haré—contesté. 

Me despedí de ella y nos dejó solas. 

—Vamos primero a tu habitación para que puedas dejar tus cosas—me dijo Harper. 

—Vale—fue mi respuesta. 

Entre Harper y yo había tensión y no de la buena, algo me decía que nuestra relación solo iba a empeorar.  

—Os acompaño—habló Tessa—. ¿Quieres que te ayude con el equipaje? 

—No hace falta—le dije. 

—Puedo llevarte la maleta, si quieres—insistió ella.  

—Es que mi novia es muy educada—afirmó Harper rodeando la cintura de Tessa con uno de sus brazos y apoyando su cabeza en el hombro de esta—. Yo la llevaré. Déjame ser su guía, Tessa, que para algo me lo ha pedido mi suegra. 

—Está bien—contestó su novia. 

—Nos vemos luego—se despidió ella. 

Le di mi maleta a Harper y fuimos hacia la puerta principal. Al final terminé llevando yo mi equipaje, al principio Harper se quejó de que pesaba mucho y estaba cansada de llevarla, así que se la intercambie por la bolsa, pero le volvió a pasar lo mismo. Luego de andar un rato por el campus, llegamos a la residencia de las chicas. Le dije cuál era mi dormitorio, subimos las escaleras y llegamos al cuarto.

Era individual y de tamaño mediano. A mi derecha estaba el baño y al lado de la puerta se encontraba un sillón marrón oscuro y junto a él una mesita de madera. Al fondo había una ventana y debajo una cama de matrimonio. Frente a ella, en la otra pared, había una televisión y a su derecha estaba el escritorio. A su lado y, por último, se encontraba el gran armario también de madera, al igual que todos los muebles del cuarto.

—Como eres becaria, supongo que encajar aquí te va a costar, ¿no, Ashley?—preguntó Harper con desdén. 

—Puede. Aunque a tu novia parece que le he caído bien—solté mientras dejaba mis cosas sobre la cama.

—Tessa es así, es una chica amable y muy buena novia. Ella a ti no te querría ni como amiga. 

—Bueno, pues si tan mal te caigo, ahí tienes la puerta. 

—Vale, pues adiós. 

—Adiós—le dije mientras ella salía del dormitorio. 

Me puse a hacer la mudanza, y al terminar, me fui al comedor a cenar. Luego, me metí en la cama, quería dormir, me encontraba demasiado cansada. Mis ojos comenzaron a cerrarse, y al cabo de unos segundos, me quedé completamente dormida. Harper había demostrado ser una persona clasista, y encontrarme con gente así en Belmont era una de las preocupaciones que rondaban por mi mente. 

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Nota de autora:

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