Capitulo Único

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El cielo se teñían de un color rojizo sangre que entonaba perfectamente con el sentimiento de los vengadores quiénes habían sido capturados por un ser poderoso que había creado todo un imperio sometiendo a todo el que se le oponía y controlando absolutamente todo.

Aquel heroico grupo de héroes se habían dispuesto a combatirlo y frenarlo, sin embargo, no lo habían logrado dado a que él hechicero había sido mucho más poderoso de lo que hubiera imaginado, siendo capturados en un par de minutos.
De hecho ahora mismo eran llevados hacía el santuario de estilo gótico que suponían que era de aquella bestia.

Cuando entraron al sitio miraron todo con interés al ver los colores tan opacos teñir el lugar, haciéndolos sentir intimidados por las reliquias e instalaciones, suspirando y aceptando que no podrían hacer la gran cosa ante el enorme ejército de hechiceros que tenían.

Las enormes puertas marrones se abrieron, dejando ver de inmediato a un hombre asiático acompañado de otro hombre con canas, quiénes los observaban con una sonrisa maquiavélica en los labios.

—vaya que Strange se lució esta vez—comentó él hombre de rasgo orientales.

—su señor estará muy complacido al ver que le cumplió su deseo.

—Strange jamás le niega nada—él otro hombre afirmó en silencio mientras hacía una señal para que los atrapados entrarán a la sala.

—déjenlos ahí—ordenó uno de los hechiceros—. Él señor desea verlos.

Los hechiceros obedecieron, trasladándose a los lados de la habitación mantenido su mirada fija en los presos.

Una de las puertas que yacía al lado del cuarto se abrió, dejando ver a un hombre esbelto que vestía completamente de tinto y negro, con ropa entallada.

Los ojos de todos los presentes se abrieron de par en par al darse cuenta de quién se trataba... No era nadie más que Tony Stark, él ex vengador que había sido hallado muerto después de la guerra civil.

—vaya—exclamó él hombre feliz—que agradable sorpresa.

—¡¿Tony?!—preguntó una mujer de cabello rojizo admirada de ver al hombre vivo.

—El mismo—respondió con una sonrisa en los labios, caminando hacía donde estaba un pequeño trono negro, adornado con algunas joyas y formas exóticas, pero elegantes que iban a juego con él hombre que se había sentado en aquel lugar.

—¿qué haces aquí?—él hombre sonrió con ternura y de inmediato rió al ver ese brillo de esperanza y compasión que en el pasado los unió.

—soy el dueño de todo esto—aseguró calmado—. Todo lo que ven es mío.

—¡Dios mío!—exclamó la bruja sin entender completamente qué sucedía—. ¿Tú eres él que haces esas perversiones?

—yo no lo llamaría de esa forma—corrigió—. Yo sólo estoy protegiendo al mundo de cualquier amenaza—explicó serio—. Cómo ustedes.

—Tony, tú no eras así.

—efectivamente—afirmó—. Pero la gente cambia, y yo lo hice... Lo hice después de aquel día—relató mientras su tono se tornaba más oscuro—. Sino hubiera sido por él ahora estaría muerto—anunció—. Mi cadáver estaría sepultado bajó el hielo junto al de Peter, quién gracias a ustedes murió siendo tan joven.

—eso no es verdad—murmuró Steve, mientras él millonario reía con fuerza, levantándose bruscamente de su asiento, caminando con pasos firmes hasta sus ex compañeros.

—gracias a ti él niño murió—murmuró con dolor—. Te culpo a ti y a todos ellos por la sangre joven y noble que se derramó en el frío hielo.

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