Capítulo IV

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POV. Venezuela
(minutos antes de la llegada de los mexicanos)

─Vene, se que no te gusta hablar de estas cosas ─dijo Argentina mientas le echaba cepillo a mi cabello─. Pero, ¿Porqué regresaste? ¿China te hizo algo acaso?

Desde que estoy en esta habitación, Argentina y yo hemos estado hablando de muchas cosas y de lo que nos pasó con los años.

Al parecer, Argentina había contado con suerte y se había vuelto bastante solicitado entre la clientela. Hombres y mujeres daban una buena cantidad de billetes por él, lo cual lo trajo hasta aquí, donde estaban los "artículos más valiosos" del establecimiento.

─No, realmente solo me aburrí de él. ─intente disimular─. Además estaba comenzando a quedarse sin cobre, y a mi, lo que me gustaba de él era su cartera gorda.

Parte de lo que le decía era cierto, el chinito se estaba poniendo heavy con la plata y yo no iba a dar mi chiquito de a gratis.

─Umh... ─le vi dudar un poco de mi respuesta─. Pero entonces ¿Cómo es que estás en esta habitación? Aquí solo está lo mejor y tú acabas de llegar. A mi me costó mucho estar aquí, y tú el primer día de una vez para acá...

─Oh, bueno eso es por que... ─cuando iba a hablar, llegó Rumania.

─¡Escuchen perras! Ya llegaron los mexicanos, así que pónganse en fila y de buen modo ¡¿Oyeron?!

Todos los presentes acataron la orden, y se pusieron en fila, esperando a quien los iba a contratar.

Yo por otro lado, antes de ir, mire hacia la ventana.

Pude ver a los jalabola de México, los reconoci casi al instante al ver el escudo del grupo criminal tatuado en su brazo.

Ahora si marico, a ponerse bien los pantalones... O bueno, en este caso, braguitas rosa'as.

Fui a la fila, y quedé junto a Bolivia y Argentina.

A lo lejos se podían escuchar unos fuertes pasos de botas bastante pesadas. En cuestión de minutos, los causantes de ese ruido llegaron a la habitación.

Hombres bastante altos y fornidos hicieron acto de presencia en la habitación donde estábamos, se veían bastante rústicos, algo desaliñados y sucios, pero tenían un cierto brillo de cansancio en sus ojos.

Rumania se acerco a ellos con una sonrisa en su rostro. Otro jalabola más pue'.

─Bienvenidos sean, honorables caballeros, esta es la mercancía que tengo para ofrecer al señor México.

Un hombre de ojos azules me miraba directamente. Mardición, ojalá no se de cuenta de todo.

─Aquél de haya, nunca lo había visto, ¿Qué hace aquí?

Rumania hizo una mueca extraña y le respondió.

─Es una nueva mercancía, muchos de sus clientes han dicho que es una experiencia casi exótica estar con él.

El hombre dejó de mirarme, no sin antes giñarme el ojo. Cochino ese.

El hombre comenzó a pasar alrededor de nosotros, seleccionando a cada quién que le pareciera interesante. Quién era "elegido" pasaba a salir de la habitación hacia la camioneta.

Veía como poco a poco, la habitación quedaba con pocos de nosotros, me estaba poniendo nervioso.

El hombre que me giñeo se me acercó y me examinó.

Vergación, ganas de meterle un coñazo no me faltaron cuando alzó un poco la falda extremadamente pequeña del traje.

Se pegó a mi oído y me dijo.

─Eres exactamente la clase de chico que me gusta, te llevaré y puede que el jefe me deje jugar un poco contigo, me voy a divertir.

Sentía ganas de vomitar, pero esto no era algo nuevo para mí, así que solo puse mi mejor cara coqueta y le dije.

─Si me pagas lo suficiente, puedo hacer cosas que te sorprenderían.

Le lami la oreja para crear un contacto más íntimo, al hacer eso el hombre me mando a la camioneta.

Antes de salir de la habitación, pude escuchar que ya se había acabado la selección.

Pude escuchar a otra chica llamada Belice hacer un berrinche por no ser seleccionada, y se quejó de que yo si lo fui.

Un disparo de escucho mientras caminaba por el pasillo.

Coño señor Jibus, gracias por hacerme irresistible chamo, me salvaste la patria.

En la camioneta, todos me veían por alguna razón, me hace sentir incómodo que me miren... Pero que importa, que se mueran de la envidia.

Cuando todo esto termine, se les acabará el negocito de todos modos.

*insertar separador*

Después de unas horas de camino, alfin llegamos.

Chamo naguara, esto está en medio de un coñoe'madre bosque, y no puedo distinguir nuestra ubicación exacta.

Ojalá que Fifi si pueda, porque ya estoy medio cagao'.

Una mansión enorme se veía frente a mis ojos, todo rodeado de enormes árboles y bellas flores.

Yo no puedo vivir en una verga de esta, los hijos míos me hacen desastre después las maticas...

El interior era burda e' lujoso, todo estaba chévere por el momento.

Nos metieron en una habitación, como si fuéramos coñitos nos tiraron.

VERGA DEJEN DE TIRARME MAMAGÜEVO, ¿VO' SABES QUIEN SOY?

Me calme y simplemente me pare del suelo, solo para caerme de la mata.

Frente a nosotros estaba el mandamás en todo su esplendor.

Vergacion, los jalabola' de el quedan guevones ar la'o de él. Lo había visto en reportes, pero desde cerca de ve mucho más grande.

Ay Papá Dios, ¿Porque me tiras en estas situaciones?

𝙏𝙚 𝙑𝙚𝙧𝙚 𝘾𝙖𝙚𝙧 ⇢ 𝘔𝘦𝘹𝘝𝘦𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora