- CAPÍTULO 17: Un Dolor Imperial -

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Salí de casa con tiempo de sobra. Mis padres se encontraban durmiendo aún, debo estar agradecida por mi alarma, o podía quedarme dormida nuevamente, y eso señor, no lo iba a permitir. Puse música en mi teléfono, y se escuchó rápidamente en mis auriculares: lookalike de Conan Gray.
El día de hoy parecía ser más gris de lo normal, y debo admitir, que me extrañaba un poco. Hacía algo de aire, y frío al mismo tiempo, llevaba puesta una hoodie azul, jeans negros y tenis negros.

- ¿Cómo estás, ____? - Joa se dirigió a mi, en cuanto me vió entrar por la puerta del salón.

- Agradecida de que no esté lloviendo, ¿Recuerdas lo mucho que detesto eso? Es horrible - recalqué.

Podrían pensar, ¿Cómo es posible que alguien odie los días de lluvia? Pues si, ES POSIBLE, pero todo tiene razón. No odio la lluvia como tal, ODIO el hecho de tener que salir, o hacer actividades al aire libre, y que empiece a llover.
En caso contrario, si tuviera que quedarme encerrada en casa, tomando una taza de café, mientras tengo alguna serie en mi computador, es PERFECTO. No soy tan amargada como creen.

- ¡Aish! Amargada - Joanne apretó una de mis mejillas, y la fulminé con la mirada. Después reí.

- ¿Dónde está Aidan? - pregunté al ver la mochila sobre su butaca, pero no a su persona.

- No lo sé, hace unos minutos salió con Amy, seguro que no tardará, sabiendo que ya estás acá - la castaña levantó las cejas, y reí nerviosa. Llevé mi mirada hacia la puerta, al escuchar un leve ruido, y en efecto, Aidan iba entrando. Sonreí inconscientemente, y Aidan, de igual manera, sonrió al verme. Lo curioso era que iba entrando solo, después de haber salido con ella.

- ¡____! Buenos días - se acercó a mi persona y besó mi mejilla, reí, me giré y lo abracé.

- Hola, veo que te encuentras mejor que ayer, ¿Qué tanto hicieron ayer, bobos? - reí, al mismo tiempo que miraba a Aidan, y a Joanne. Ella golpeó mi hombro al escuchar la manera en que la llamé. Reí. Aidan levantó uno de sus brazos, y rascó su cabeza, un tanto nervioso.

- Pero... Aidan no es ...- Aidan interrumpió a Joanne

- ____, ¿Podrías ayudarme con uno de los ejercicios de la tarea? Bueno...solamente quiero comparar el procedimiento - Aidan me tomó de los hombros y me llevó a su butaca.

- Claro - respondí.

Debo admitir que esa actitud me pareció algo extraña. Joanne se notaba algo seria al momento de querer hablar, y Aidan la interrumpió. Puede ser que al ojiverde le dé pena que yo me enteré de sus bobadas.
La clase empezó y regresé a mi butaca, antes de que el profesor llamara mi atención.

- ¿Sr. Gallagher? ¿Podría leer el párrafo del libro que más le haya llamado la atención? - el profesor se puso frente a la butaca de Aidan, y mientras hablaba, el ojiverde buscaba dicho libro entre sus cosas.

Esta semana, teníamos como deber, leer "Un Dolor Imperial". Ya sé, lo primero que puede llegar a la cabeza es "Bajo la misma estrella", película dónde aparece Hazel Grace y Augustus Waters. Pero este libro realmente existe, y debo confesar que es un libro que siempre había querido leer. Es una novela trágica de amor, ¿Es normal estar interesada en este tipo de historias?
Aidan se puso de pie, abriendo el libro y navegando entre sus hojas, hasta encontrar y finalizar su búsqueda.

- En Persia se regalaba un tulipán rojo para declarar tu amor. El centro negro representaba el corazón de los enamorados, quemándose por la pasión del amor. Y regalar un tulipán amarillo era para declarar amor sin esperanzas, ¿Lo sabías? Estos -- Ella haría girar un perfecto tulipán rojo en sus huesudas manos.-- Estos son para tu padre. Y estos-- Ella cogería el tulipán amarillo que está siempre sin falta en su oreja, lo pondría en la palma de su mano, y después de una larga pausa, ella diría -- Son para ti, Anna -
- Cada que veo un tulipán amarillo, me recuerda que cualquier cariño que recibiré o daré, es sin esperanzas, sin futuro, efímero, ya muerto. No hay razón para ello, para dar amor, o recibirlo. El dolor demanda a sentirse. Y así lo tengo que sentir yo, cada vez que me da un tulipán. Y por esa razón, dejo que mi madre me ame y yo la amo (de mala gana) porque puedo ver qué si me escondo de ella, aquello provocará más daño que arreglos. Ella necesita tener a alguien por quién plantar tulipanes amarillos - Aidan cerró el libro y tomó asiento. El profesor bajó un poco sus gafas, para mirarle, y luego asintió.

¿Me aceptas un café? - Aidan & ____ / #wattys2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora