Las estrellas le habían predicho a Adhara Tonks y Harry Potter que después de la guerra podrían vivir en paz.
•continuación de star (h. potter)
•prohibida su copia y/o adaptación
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El sonido de los pájaros cantando mientras el alba comienza a pintar de colores la ciudad de Londres, era el despertador perfecto para Harry Potter, quien era capaz de perder el sueño gracias al ruido de la naturaleza, anunciando una nueva mañana.
Estiro sus brazos un poco, o al menos lo intento, y es que entre ellos se encuentra su novia, Adhara Tonks, quien se aferra de su cuerpo como si fuera de vital importancia.
No importaba que tan grande fuese la cama donde durmieran, Adhara simplemente caería dormida plácidamente en los brazos de su novio.
Con una pequeña sonrisa, acarició la mejilla de Adhara, mientras la observa dormir plácidamente. No iba a levantarla, por supuesto que no. La noche pasada había tenido un juego que había durado seis horas, su novia debe descansar como es debido.
Lentamente se separo de ella y se santo apoyando sus manos en su rodillas para soltar un pequeño bostezo. Al pararse, observo por completo la habitación en Grimmauld Place que ambos comparten, y sonrió sin poder evitarlo.
Aun recordaba muy bien como le habían dicho a Andrómeda que querían irse a vivir solos:
—Se lo dirás tú, ¿cierto? —Adhara alzó una ceja al ver a su novio—. ¿Qué? —preguntó en voz muy baja.
—Te recuerdo que tu también vives con ella —le dijo apuntándolo con su dedo—. Así que ambos lo haremos.
Harry pataleo en silencio y Adhara se cruzó de brazos ante aquel comportamiento tan infantil.
—No sabía que juntarte con Teddy afectaba tu modalidad —ironizó la joven rodando los ojos.
—Es solo que... no creo poder hacerlo —murmuró Harry.
—¡Yo soy su hija! ¡Tampoco creo poder hacerlo! —dijo con voz aguda la pelinegra.
—Bien, no lo hagamos. Vivamos con tu mamá por siempre.
Y aunque la idea era tentativa, ambos lo había hablado ya por mucho tiempo.
Necesitaban su privacidad como pareja. Tienen que pasar el tiempo solos y aprender realmente a conocerse. Ambos querían dar un paso más en la relación, pero para eso, tenían que experimentar por completo el vivir solos.
Eso significaba sin Andrómeda y sin Teddy. Por que aunque bien el bebé era parte de su responsabilidad, no planeaban dejar a Andrómeda sin su nieto, quien era la que mayor parte pasaba con él ya que los trabajo de Adhara y Harry no les daba el tiempo suficiente para atender al bebé.
—Harry, ya hablamos de esto —le recordó Adhara suspirando.
—Perdón, soy un cobarde —lloriqueó—. Lo haremos está noche, ¿si?
