Jiang Yanli no solía considerarse como una persona talentosa, era una buena cocinera, eso sí, pero tardó mucho en tomarse el tiempo y ver su propia valía, cortesía de sus amorosos padres; curiosamente, igual a su segundo hermano, tenía una mala memoria, sin embargo, habría muchas cosas que no sería capaz de olvidar ni en otros diez años.
En su memoria tiene muy bien guardada una tarde especialmente calurosa de verano. No recuerda exactamente su edad, pero está segura que Jiang Cheng todavía era un niño pequeño, ya apenas aprendiendo a caminar. El sol era despiadado ese día, Jiang Yanli lo sabe porque su madre eligió dicho día en específico para hacer que su hermano moviera de lugar esa gran roca encadenada alrededor de su vasto jardín, sin motivos reales además de convertirlo en un hombre.
Ella lo vio desde la ventana, sus brazos probablemente estaban doloridos por las largas horas de trabajo innecesario, pesado y estúpido. Ella lo vio con miradas furtivas a su casa, sabía que estaba cansado y que quería volver adentro para refrescarse con un poco de agua, no necesariamente agua fría, sólo tenía sed; esta vez no había hecho nada malo para ganarse un castigo. La señora Yu había dicho que esto no era un castigo, sino un refuerzo que le ayudaría a convertirse en un hombre. Lo que sea que eso significaba.
Ya tenía ampollas invadiéndole las palmas de las manos, causadas por la fricción constante entre la carne tiene e infantil y el duro, maloliente hierro; se tragó un sollozo, se frotó la mejilla con el antebrazo. No podía darse el lujo de llorar de nuevo, a su madre no le gustaría, Madame Yu no estaba realmente enojada todavía, ciertamente Jiang Ying no iba a ponerse a jugar con una suerte que no tenía.
Cerró la boca y siguió tirando de la roca encadenada contra él, tal vez la señora Yu eventualmente vendría por él y vería cuánto había estado mejorando y entonces tal vez, un pequeño tal vez, ella podría dejarlo ir a dibujar algo en su cuaderno. ¿Su padre no estaba en casa otra vez, lo que pensó que era algo bueno? La señora Yu solía gritar mucho a su padre cuando estaban en la misma habitación, eso lo hacía sentir nervioso, no era tan malo cuando Jiang Fengmian salía de casa, pues la señora Yu no tendría a nadie con quien pelear y el ambiente sería ligeramente más tranquilo.
''¡No me he detenido, no me he detenido! ¡He sido un buen niño!'' El corazón de Jiang Yanli se rompió cuando lo escuchó gritar, ella debió de haberlo asustado por accidente, cuando depositó un toque suave en su hombro, ante el tacto, Wei Ying se cubrió con sus brazos lo mejor que pudo, esperando la llegada de un golpe.
"'Soy yo, A-Ying'", lo llamó dulcemente. Ella estaba sosteniendo un vaso de agua fría para él. Técnicamente, Jiang Yanli no tenía permitido estar ahí, la señora Yu estaría furiosa si se enterara. Él le sonrió ampliamente, aliviado de haber encontrado una cara tan amable.
Jiang Ying la dejó limpiar el sudor de su frente y ni siquiera protestó cuando ella le ayudó a sostener el vaso de agua, pues ya estaba demasiado cansado para sostenerlo por sí mismo. ''¿Cómo te sientes?'' Ella preguntó, preocupada, se había escabullido de su casa para asegurarse de que su hermano no estuviera deshidratándose demasiado, gracias a que su madre había prohibido estrictamente alimentarlo o darle algo de beber a su hijo mayor hasta que ella dijera lo contrario. ''¿Estás mareado?'' Era uno de los días más calurosos del mes, temía que su hermano pudiera desmayarse en el jardín, por agotamiento o deshidratación.
''Bien'' Dijo, pues entre más pronto la convenciera, Jiang Yanli más pronto regresaría a la seguridad de la casa, temía que la señora Yu pudiera encontrarla con él. ''¡Creo que me estoy haciendo más fuerte, como un hombre grande!''
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Salvándonos
FanfictionMientras que los Jiangs y Lans se odiaban, Wei Ying y Lan Zhan no podían ser más felices.