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Al día siguiente lavé mis dientes más de una vez ,coloqué perfume en mi cuello y me dirigí a la empresa.

Mis piernas temblaban con cada paso y al llegar a la oficina ahí estaba el ,tan guapo como siempre.

"Hola" me saludo amablemente regalándome una sonrisa.

"Hola" salude de la misma forma.

¿Era yo? o ambos estábamos algo tímidos por lo que haríamos.

En un abrir y cerrar de ojos el ya estaba frente a mi tomo mi cintura para después sonreirme de forma coqueta.

Beso mis labios nuevamente, estaba volviéndome adicto al sabor de sus labios eran algo adictivo para mí, la forma en que mordía mi labio inferior la forma en que su lengua dominaba la mía.

El diario de Mario CalderonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora