/// Preámbulo ///

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-¿No has pensando en tener un compañero o compañera de trabajo cuando la pizzería sea inaugurada? -levanté los hombros sin importancia mientras seguía en mi celular a la vez que tomaba de mi jugo

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-¿No has pensando en tener un compañero o compañera de trabajo cuando la pizzería sea inaugurada? -levanté los hombros sin importancia mientras seguía en mi celular a la vez que tomaba de mi jugo.

-Sabes que me siento mejor haciendo las cosas por mi misma y sola, Isabel -mi amiga morena se mordió un poco el labio y finalmente suspiró, sabiendo perfectamente que seguro era imposible convencerme.

Y eso era así, me gustaba mucho hacer las cosas por mí misma. No era alguien de tener mucho contacto físico con las personas, soy muy anti-social, lo sé. Ya sea solo un simple choque de hombros por accidente o cualquier otro tipo de contacto; no sé, simplemente no logro soportarlo.

Acepté el trabajo del centro comercial solo porque me quedaba sin opciones. La universidad es cara y mucho más cuando ya casi estoy a nada de entrar al último año.

Noté como mi compañera de cuarto se sentó a un lado de mí, de seguro esperando a que me aleje con mi distancia acostumbrada, pero solo por esta vez, no me moví. Ella era (por así decirlo) mi "amiga", vivimos juntas, así que tuve que acoplarme a la idea de que tenía una compañera de cuarto.

No era mala compañera ni persona, pero solo porque sea amable conmigo y tenga que vivir y convivir con ella, no significaba y quitaba el hecho de cambiar mi actitud, ¿adivinen cuántas personas lo han logrado?

Ella se sorprendió un poco, pero la sorpresa no duro mucho, volvió a hablar.

-¿Estás segura, Vanessa? no te caería mal compañía, y sobre todo porque tus turnos son en la noche, eres una guardia nocturna después de todo -carraspeé un poco y deje el vaso de jugo con pajilla en el mueble al frente de mi, la volteé a mirar con seriedad, notándose ella tensa.

Seguro la intimide.

-Estoy de acuerdo con mi puesto, Isabel, además, acepte el turno de noche solo porque no me gusta estar rodeada de personas -me levanté de mi sitio y me dirigí a mi recamara- Me gusta mi soledad y privacidad, lo sabes perfectamente -finalmente cerré la puerta del cuarto y me dirigí al closet, tomando mi uniforme de guardia de seguridad, hace un par de días atrás que me lo habían entregado.

Hoy tenía que ir al centro comercial antes de la inauguración, ya que mi jefe dijo que los empleados se tenían que presentar entre sí, dar lugares a nuevos y, bla bla bla, más mierdas que no me interesan.

Con que empiece mi turno de trabajo y me paguen lo más pronto posible, me basta. Empecé a desvestirme, logrando oír desde la puerta la voz de Isabel, tratando de convencerme nuevamente; su tono de voz preocupado, bufé cuando me despoje la camisa quedando en sujetador.

-¡Enserio, Vanessa! ¡Me preocupa mucho que te quedes sola en un gran centro comercial, además que hay animatronicos ahí! -arqué una ceja cuando empecé a abotonarme la camisa.

-¿Y? ¿Eso qué tiene?

-He estado leyendo mitos urbanos sobre animatronicos poseídos por almas, ¿qué tal si esos robots nuevos también lo están? -reí levemente por las ocurrencias de mi compañera de cuarto.

Pequeñas Distracciones [Vanessa x Fem. Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora