Broken Frames.

R.1. Princesa Ana y Mia.

N/A: EN ESTE RELATO NO HAGO APOLOGÍA DE LA ANOREXIA, LA BULIMIA, O CUALQUIER OTRO TRASTORNO ALIMENTICIO. ASÍ COMO TAMPOCO LA HAGO DE EL AUTOLESIONAMIENTO. ÚNICAMENTE ME "METO" EN LA CABEZA DE ALGUIEN CON ESTE TIPO DE TRASTORNOS E IMITO LA VOZ (ELLAS/ELLOS MISMAS/OS) QUE LOS PERSIGUE CONSTANTEMENTE.

ESTE TÍPO DE PROBLEMAS SON MUY GRAVES Y CADA VEZ AFECTAN A UNA PARTE MAYOR DE NUESTRA POBLACIÓN, SOBRE TODO EN PERSONAS ADOLESCENTES.

LA MAYORÍA DE LA GENTE NO ESTÁ CONCIENCIADA DE LA GRAVEDAD DE LAS ENFERMEDADES MENTALES Y A MENUDO CREEN QUE EN REALIDAD SON ALGO QUE SE PUEDE CONTROLAR. NO ES ASÍ. POR FAVOR, ANTES DE JUZGAR A NADIE TRATEN DE PONERSE EN SU LUGAR. NO SON CHORRADAS. NECESITAN AYUDA.

MUCHAS GRACIAS.

Ya te has mirado al espejo. Ya te has lavado la cara. El reflejo sigue espantándote, al menos ya no eres rimmel y lápiz labial corrido.

Ha sido otro estúpido día de mierda, uno de tantos... Solo quieres gritar y esconderte en tu cama, donde nada ni nadie puedan hacerte daño. Pero no puedes, solo suspira una vez más y moja tu cara con agua fría. Llegas tarde. No puedes salir así, aplica un poco de corrector, un poco de maquillaje y máscara de pestañas. Ahora dibuja una sonrisa. Mierda aún tiene ese horrible sabor a vómito en tu boca. Cepillate los dientes por vigésima vez, quizás así limpies las pruebas. Son muchos años disimulando, ya sabes hacerlo a la perfección. Guardas tu cuchilla en el bolso y ponte una camiseta de manga larga, cubres las heridas.

No hay nadie en casa. Coge las llaves y sal.

Aire fresco en tu rostro, es algo que se agradece. Coloca tus auriculares, évadete del mundo. Es demasiado tarde, o quizás demasiado temprano para estas cosas. Pon alguna estupida canción del top 10, sube el volumen para que quién pase pueda saber que escuchas música alegre, acorde a tu personalidad.

Personas, te rodean, tienes ganas de huír. En esta puta ciudad siempre estás rodeada de gente, pero estás sola. Una mirada, una sonrisa llama tu atención, siempre lo hizo. Se detiene ante ti y te saca uno de los auriculares, pequeñas costumbres que nunca se olvidan.

-Hola, ¿qué tal todo?- una pregunta hecha por cortesía. Le importa lo más mínimo que tal te va todo. Realmente está pensando lo bien que hizo en dejarte. Eres un desastre.

-Bien, ¿y tú?- mentira. ¡Hipócrita! No estás bien, y sabes que él está perfectamente. Deja de sonreír porque no te alegras de verle. En realidad si, eso te ayuda a ver lo patética que eres.

-Bien, he empezado a trabajar en una empresa de la industria musical como programador informático, sabes que mi sueño es ser productor, pero poco a poco y paso a paso quizás algún día lo consiga.- su vida es estupenda sin ti.

Acaba de confirmar tu teoría, y la mía: Eres una mierda. No debiste haberte levantado de la cama. No debiste nacer.

-Me alegro por ti.- otra mentira. Te preguntas por qué él puede ser feliz y tú no.

-Si...- sonríe, querrá terminar esta conversación y tú se lo estás impidiendo. Muévete.- ¿Has conocido a alguien?- otra pregunta estúpida y por cortesía.

-Puede...- más mentiras.- No se... Yo... Tengo que irme.- Necesitas salir de aquí y olvidar esta conversación.

Buscarás el modo de no volverlo a ver. ¿Por qué haces que pase por esto una y otra vez. Se arrepiente de haberte dedicado cada uno de los segundos que te dio. ¿Como pudiste pensar que te querría? Estúpida.

Corres con Beyoncé cantando en tus oídos algo sobre que la belleza duele. Tú lo sabes muy bien. 22 años, modelo. El retrete y las cuchillas son tus mejores amigos. Hay días en los que no te mantienes ni en pie, pero aún tienes muchos kilos que perder. Mírate, estás gorda. Das asco. ¿Cómo te atreves siquiera a salir así?

Vuelve a casa y haz ejercicio. Te autocastigarás, otros dos días sin comer, unicamente beberás Té Verde, y al segundo día comerás media manzana, repetirás esto hasta que merezcas la pena.