Capitulo I - El Sueño

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Soy Amy, tengo 23 años y vivo en California, Norteamerica, soy una estudiante de derecho como cualquier otra, simple, sencilla, sin mayores pasatiempos que estudiar, ir al cine con mi mejor amiga, Katie con la que ademas compartimos piso. Y...por sobre todas las cosas soy Army. Si, Army, amo a Bangtan desde el primer momento que los vi hace 4 años, tengo todos sus discos y e podido asistir a un par de conciertos cuando estuvieron de gira por Estados Unidos. Pero saben cual es mi mayor orgullo, haber nacido el mismo dia, el mismo año que Jungkook.

De todas formas esto no tiene nada que ver con la historia que les quiero contar. Esa clase de historias que solo se ven en las peliculas y de las que nadie cree.

Todo ocurrió el día de mi cumpleaños número 23....

- ¡Vamos Amy pide tu deseo y sopla la vela! - gritó mi papá desde algún lado de la habitación y entre el tumulto de gente que allí se encontraba para festejar conmigo.

Todos vitoreaban con las luces apagadas mientras terminaron de cantar el "Feliz cumpleaños". A mi edad, esta clase de celebraciones me exasperaban, pero como explicarselos a mis papás. que venian desde lejos a pasar unos dias conmigo luego de tanto de no verlos.

Cerré los ojos, y con la certeza de que los deseos que uno pide de esta forma jamás se hacen realidad (soy de las que cree que si uno no se esfuerza, nada se hace realidad de la nada), suspiré y sonreí ante mi pensamiento alocado "quiero estar con Bangtan por un dia entero..."

No recuerdo haber soplado la vela. Solo que un destello grande se formó ante mis ojos y caí al suelo.

Abrí pesadamente mis ojos. Me dolía todo el cuerpo .

Las luces estaban tenues y un murmullo provenia de lejos. Estaba cansada, sudada y yacía en el suelo frío.

- ¡VAMOS ARRIBA! - gritó una voz.

Estaba confusa, era como si me hubiese dormido la gran siesta tirada ahi. Pero....¿qué habia sucedido en medio? ¿Luego de soplar las velas? ¿Cómo habia llegado allí?

Miré a mi alrededor. Era un lugar amplio, con pisos encerados completamente blanco, a un lado un enorme espejo que ocupaba toda una pared y, asomando por la puerta, la imagen de la persona que me apremiaba.

- Ey...hoy es tu cumpleaños, ¿no piensas parar un momento? - dijo ahora acercandose para ayudarme a ponerme en pie.

Mi corazón se aceleró al máximo al ver a mi interlocutor, debía estar soñando, claramente era eso, esa clase de sueños de los que no quieres despertar. Así que, inconscientemente volví a cerrar los ojos y sonreí.

- Jungkookie....- dijo la voz ahora sacudiendome - deja de jugar, me quiero ir -y agregó un mohín al final de la oración.

Volví a abrir los ojos y seguía ahi, era demasiado real, podía sentir sus sacudones y la presión de su mano sobre mi brazo.

Me senté de súbito sobre el suelo y volví a inspeccionar el lugar esta vez un poco mas alarmada. Vi en el reflejo en el espejo de la cara atónita de quien se encontraba tras de mi, giré y retrocedí con mis nalgas ayudada por mis manos hasta quedar de frente a esta persona a una distancia prudente.

Tenia que estar soñando, definitivamente, era de esos sueños en los que crees que despiertas pero aun sigues durmiendo.

- ¿Kook estás bien? - preguntó esta vez con tono de preocupación.

Inspeccioné lo que veía, mis piernas, largas enfundadas en unos joggins negros, calzados enormes negros con suela. Observé mis manos, llena de tatuajes, completamente identificables, las llevé a mi rostro y comencé a palpar.

No eres yo, soy tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora