Responsabilidad Al Quíntuple [Gotoubun No Hanayome]

Capitulo 17

El presente suele ser el momento más feliz.

Tal vez lo diga yo mismo, pero han pasado varias cosas para que pueda decir. Cómo por ejemplo como es o a sido mi historia hasta ahora.

Muchos dicen que el tiempo lo borra todo, es mentira, porque tú pasado te hace quién eres. Es algo que no puedes ignorar simplemente.

¿Pero porque el presente suele ser el momento más feliz?. La respuesta es simple.

El pasado nos llena de arrepentimiento, el futuro de ansiedad. Mientras el presente es el presente, y lo hace ser el momento más feliz.

Pero no todo en el pasado, puede ser una desgracia o el futuro tiene que ser malo.

- Uesugi Fuutarou.

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Lo que pasó en Kioto, se quedó en Kioto.

Había pasado un poco más de una semana luego del viaje familiar realizado por los Uesugi, aunque ese viaje los lleno mucho de sorpresas.

Lo primero fue la confesión de Fuutarou hacía sus hijas sobre sus madres,  para que luego  seguidamente estás aparecieran en su viaje a Kioto.

Todo fue lleno de sorpresas, confesiones y conflictos. La cosa termino bien por sorpresa.

Fuutarou quedó en un acuerdo con las Nakano, eso era que podían compartir con sus hijas y tener la posibilidad de ganarse su perdón.

Pero estos no se han comunicado mucho luego de que los Uesugi se fueran de Kioto para regresar a su hogar.

Las quintillizas Uesugi debían volver a la escuela y Fuutarou a su trabajo. Pero este último tuvo una incapacidad por sus nudillos rotos.

Debía estar un mes en reposo para recuperarse un poco y continuar con su vida laboral, cosa que el vio como un fastidio total.

No le agradaba la idea de estar solo en la casa hasta la tarde en la que llegaban Raiha y sus hijas.

Isanari tiene trabajo e igual tiene una vida aparte, Raiha solo le traería las niñas y le prepararía algo de comer para luego volver a su hogar.

Era fastidioso no poder hacer mucho en casa, más porque sus hijas se habían encargado de la limpieza y quehaceres.

Pensaba hacer algunas guías para sus alumnos en su computadora portátil, pero sus hijas seguro lo regañarian, ya que el doctor le sugirió no hacer mucho movimiento en sus dedos.

Se sentía frustrado, pero no podía hacer nada.

Con impaciencia veía las agujas del reloj, esperando simplemente que pasará el tiempo.

Podría ver alguna telenovela, pero paso. No le gustaba mucho ver televisión.

El timbre del apartamento sonó, ¿Quién sería a estas horas?, nadie suele visitar el lugar aparte de su padre y hermana.