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El sábado en la tarde el dormitorio de las Gryffindor de segundo año estaba inundado de un gran alboroto, pero no era de algo malo.

—¡Lo hizo! ¡Lo logró! —cantaban al unisono Tarah y Bonnie mientras bailaban.

—¡Lo hiciste! ¡Lo hiciste, lo hiciste! —Adhara corría de un lado a otro del dormitorio celebrando.

—¡Lo hice!

—¡Lo lograste!

Caroline y Adeline saltaban en un mismo lugar. El alboroto en el lugar había comenzado hacía unos cinco minutos atrás, en el que Adeline había llegado al dormitorio que compartían corriendo y agitada rompiendo la calma que en algún momento lo llenaba.
Pegó un grito al abrir la puerta con brusquedad atrayendo la atención de sus amigas, el silencio y las miradas de confusión fueron rotas cuando la azabache anunció aún agitada, tratando recuperar el aliento que había perdido en su carrera a la torre de los leones, logró formular una oración corta: «¡Estoy en el equipo!», con eso bastó para que una celebración se desatara.

—¡Ven aquí!

Sin previo aviso Caroline tomó a Adeline del brazo y la llevó arrastrándola a la sala común dónde pasaron el retrato para finalmente salir de la torre de Gryffindor.

—¡Oye! —reclamó Adeline —¡Espera! —se detuvo en seco —¿A dónde vamos exactamente?

—A las cocinas, obvio. Iremos en busca de dulces para celebrar esto como se debe.

—¡Eres asombrosa Carie! —exclamó —pero ¿Solo piensas en dulces? —preguntó con burla.

—Es curioso que me juzgue por amar los dulces una persona que tiene una obsesión por las galletas de chocolate.

Adeline se llevó una mano dramáticamente al pecho y fingió estar ofendida.
La escena apenas duró unos segundos, pues ambas estallaron en carcajadas y tomaron rumbo a las cocinas.

...

De regreso al dormitorio el grupo de niñas compartía una gran cantidad de dulces que los elfos domésticos que trabajaban en las cocinas les habían entregado al par de mejores amigas.

—Se lucieron de verdad —dijo Tarah comiendo su cuarto pastelillo —pero, ¿Qué digo?, Siempre lo han hecho.

—Ni que lo digas, la forma en la que se esmeran por atender a alguien es aterradora a veces.

—Viven para eso, ¿No? No me malinterpreten pero, se sienten muy mal cuando no tienen a quien servir —estipuló Caroline.

—Aún así, muchos de sus amos son crueles con ellos, ¡son seres con sentimientos! —repuso Adeline.

—Lastimarlos es cruel —opinó Adhara —Nuestra familia les paga, no mucho porque no lo aceptan, pero les dan varios galeones al mes.

—Y visten ropa decente —añadió la gemela menor.

—Winky siempre rechaza la ropa nueva que le ofrezco —carraspeando imitó una voz aguda y chillona —«La ama Bonnie no debe de darle ningúna prenda a Winky, Winky vive para servirle a la familia Crouch, Winky es una buena elfina y vive dignamente como un buen elfo doméstico».

La imitación realizado por la Crouch fué sorprendente.

—Vaya —resopló Tarah —Winky es... —

—Es muy arraigada a las viejas costumbres, pero es una maravilla en miniatura, cuando el abuelo tiene mucho trabajo y no puede estar en la cena ella me acompaña, a veces dice que «los buenos elfos domésticos no deben entrometerse en los asuntos de sus amos» algunas veces la he obligado a quedarse conmigo porque dice que el comedor principal no es su lugar.

FIRE (BILL WEASLEY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora