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«Sus desapariciones...»

«Sus malestares...»

«Los cambios de humor...»

«Las apariciones en la enfermería...»

«Todo estuvo ante tus propios ojos» —le reprochaba una voz en su cabeza una y otra vez —«Conoces los síntomas y no te diste cuenta» —sus pensamientos no la dejaban de acusar y la culpa comenzaba a surgir como consecuencia.

La luna relucía, el manto negro que adornaba el cielo creaba un efecto maravilloso y que producía deleite a simple vista, la manera en la que los rayos del astro hacían resaltar la copa de los árboles, era una noche hermosa pero aún así mientras la luna se mostraba completa y el paisaje era digno de un retrato, su mejor amigo debía de estar sufriendo en algún lugar, probablemente solo mientras ella y Caroline disfrutaban del calor otorgado por la chimenea encendida.

—No sabemos si es él a quien sacaron por un camino escondido bajo el sauce Boxeador —dijo Caroline con la mirada fija en las llamas del fuego.

—Caroline, es un hecho.

—Lo sé, pero —el labio inferior de la castaña temblaba ligeramente —no quiero aceptarlo.

—Yo tampoco, es una maldición cruel, la maldición de mi familia al menos nos garantiza un poco de libertad pero —la azabache hizo una pausa para tomar aire —la licantropía no.

—Su cambio después de navidad —mencionó su mejor amiga —¿Crees que fue durante las fiestas? —preguntó Caroline.

—Es lo más probable.

Adeline no quería ser cortante, pero su mente era un caos y apenas podía organizar una corta oración.

Las dos Gryffindor se quedaron en silencio.

—Él nos necesita —dijo Adeline —ahora más que nunca —Caroline asintió en respuesta.

—Si es cierto y no solo una sospecha ¿Qué pasará?

—¿A qué te refieres? —respondió Adeline tajante.

—¿Qué va a pasar con nosotros?

Adeline se levantó de forma brusca del suelo y miró a la castaña de manera desafiante.

—No estarás pensando dejarlo solo en esto ¿O sí? —su voz incluso cambió el tono tranquilo usual.

—¿Por qué piensas que haré algo así? —al igual que la Rowle, Caroline se levantó para quedar a su altura —Quiero decir lo que haremos para ayudarlo —aclaró la de ojos avellana —escucha conocí a Bruce el mismo día que tú, también es mi amigo y el hecho de que sea un licántropo no cambiará eso.

Sus sentimientos en descontrol le estaban jugando una mala pasada y había acusado a Caroline injustamente.

—Lo siento Caroline —se disculpó relajando su postura —no quería molestarte.

Caroline se inclinó hacia ella y tomo su mano —no te preocupes, estaremos bien, los tres.

—Los tres —repitió Adeline esbozando una sonrisa mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

—Juntos —dijo Caroline con sus manos temblorosas y su vista comenzando a nublarse por las lágrimas.

La licantropía era una maldición, la persona más cercana a la azabache que era una victima mas de tan terrible sufrimiento era Remus Lupin, el padrino de Deneb. En una ocasión el hombre le contó su historia y como siendo un niño fue atacado por Fenrir Greyback terminando, siendo este su comienzo para semejante sufrimiento. En las noches de luna llena su padre o su tía Elizabeth lo acompañaban para hacer la transformación un poco más soportable.

FIRE (BILL WEASLEY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora