¿Día común?

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Advertencias:

o-Si creen que Saiki es asexual o cualquier cosa similar pasa de largo. Nunca se confirmo tal cosa, en ninguna parte y un comentario más sobre eso y comenzaré a bloquear usuarios, primero porque no tiene nada que ver con el fanfic, segundo, esta historia no es para hacer debates de ello, tres eso. 


 
o-Esto es un drabble boy love.


o-Es la primera vez que escribo de este fandom, no esperen mucho. 
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Despertó pensando en que todo seria la misma mierda que debía enfrentar todos los días ¿Algún día lo dejarían tranquilo? Era un imán para tipos extravagantes, siendo que él era normal...Aunque ¿Qué tan normal puede ser un psíquico que tiene todo tipo de poderes?

Hasta su padre se pegaba a él como mosca a la miel, obviamente para pedirle favores. Alguna vez le gustaría que su padre madurase un poco, era como si el fuese un niño a veces y el fuera su padre quien tiene un hijo molesto el cual le pide caramelos con insistencia, aunque en vez de caramelos son poderes.

Se apresuro a desayunar, hoy quería aprovechar que era fin de semana y estar tranquilo solo. Si es que lograba hacerlo. Su madre muy amable le preparo una gelatina de café. Una delicia había que decirlo.

Si hay algo que podía alegrarlo era esa pequeña porción de cafeína con crema. Nunca se aburriría de ella.

Antes de que llegara su padre a comer se teletransportó. Era bueno que tenia una buena relación con su madre y que también sus padres no se pusieran a discutir por nimiedades. Eran un buen matrimonio después de todo.

Estaba en la calle, decidió ir a una cafetería para poder degustar algún postre nuevo que hubiera.

Ah mierda, justo Nendō cerca, lo podía sentir. Trató correr hasta una esquina donde vio de reojo que Teruhashi de dirigía a su casa. Que dolor en el trasero son. No los odiaba, pero tampoco le gustaba que estuviesen tan encimosos.

Tuvo una idea y se metió dentro de una casa tomando la apariencia de un gato, esperaba que no hubiera problemas, como por ejemplo un perro, aunque dejó de preocuparse de ello de pronto al ver quien estaba sentado leyendo frente al patio de aquella casa: Hiroshi Satou.

No importaba cuanto lo viera, a sus ojos era lo más perfecto del mundo. No podía simplemente quitarle la vista de encima, simplemente su simpleza, su mente llena de sentimientos sencillos hacia que su corazón se emocionara. No creía estar enamorado, sin embargo, era un deleite mirarlo, así como un deleite era comer su gelatina de café.

Satou podría ser perfectamente su gelatina de café humana, pero que solo podría degustar con la vista ¿O no?

El chico había desviado la vista al sentirse observado.

―Oh, hola pequeño gatito― (Como Saiki era un adolescente, tenia el tamaño de un gato menor de un año) Lo llamó suavemente al notar que estaba muy cerca (Cosa que Saiki hizo por impulso de querer ver más de cerca a Satou) ―Nunca te había visto por aquí ¿Estas perdido?

Saiki no sabía si acercarse o alejarse, podía tomar ambas opciones, pero ¿Cuándo volvería a estar tan cerca de su ídolo? Se acerco cautelosamente, cosa normal en cualquier gato y fue acariciado suavemente en la cabeza y cerca de sus bigotes felinos, cosa que emocionó de pronto al psíquico.

No sabia que las caricias se pudieran sentir tan bien ¿O era porque procedían de su dios de la normalidad? Ni siquiera notó cuando empezó a ronronear debido a las caricias ajenas cerrando los ojos disfrutando la mano ajena.

―Vaya, que cariñoso, seguramente debes de tener dueño, te ves muy bien cuidado. ―Apartó un poco la mano temiendo un zarpazo como cuando los gatos se aburren de las caricias, pero Saiki se la atrapó buscando mas caricias de aquella mano. Cuando notó lo que estaba haciendo se apartó avergonzado.

Nunca había sido tan dado a las caricias. Todo eso era raro para él ¿Qué le pasaba? Si hubiera estado en su condición normal tendría la cara rojísima ¿Esto había pasado porque era un gato o porque era Satou quien le había prodigado esas caricias? Se apartó completamente y corrió completamente lleno de vergüenza hasta subir el muro de aquella casa trepándolo con sus habilidades (Que siendo un felino se veía absolutamente normal)

Se teletransportó a su casa con su ropa habitual y abrió la puerta de su habitación. Quería reflexionar sobre lo que le había ocurrido, pero...ahí estaban sus amigos y Teruhashi quien no se rendía de conquistarlo otra vez.

¿Algún día sus amigos y familia le darían un respiro?
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¿Continuará?










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