One Shot

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Law no quería salir de su camarote.

El chico se encontraba tumbado en su cama sobre las mantas, derrotado y con el sombrero que tanto le gustaba cubriendo su rostro.No se movía y parecía casi que no respiraba, aunque en cierta forma a él le hubiera gustado dejar de respirar hace tiempo. 

Varios de sus tripulantes estaban observando por la ventana de la puerta de el cuarto oscuro.Desgraciadamente, solo podían apreciar un poco la silueta de los objetos que se encontraban en él, y no podían ver justo lo que querían, que era a su capitán, quien se había encerrado allí.

-Estoy preocupado...¿Cuánto hace que Law no sale de ahí?Ni siquiera ha comido-Dijo uno de ellos, recordando los platos de comida sin probar que le habían dejado al lado de la puerta al ver que no iría al comedor

-Lo siento, debería haberle insistido más-Se disculpó el osito polar, con su típico aire depresivo.Sin embargo, en vez de regañarle por disculparse tanto como solían hacer, los demás le acompañaron en el sentimiento

-Todos deberíamos haberlo hecho,Beppo-Le respondió Shachi

Penguin, por otro lado, tomó aire y llamó a la puerta.

-Capitán, ya estamos apunto de llegar a la isla que nos indicó, pero tiene que decirnos donde atracar el submarino-Le comentó, más como un ruego que como un dato de información

Fue hace dos días cuando después de la cena en la que el pelinegro apenas había comido, se levantó y les mandó poner rumbo a una isla pequeña prácticamente desconocida sin ninguna explicación, para luego encerrarse seguidamente en su habitación y no volver a salir.

Pasaron unos minutos de tensión en silencio, conteniendo el aire, hasta que el manillar de la puerta se movió, dejando a todos tranquilos.No obstante, toda la tranquilidad que había venido se fue tan pronto como la puerta se abrió y Law salió de allí después de tanto tiempo.

Al capitán siempre le había importado poco su apariencia, pero esta vez se veía...mal, se veía muy mal.Era conocido por todos que el portador de la Ope Ope tenía falta de sueño y problemas para conciliarlo, pero en ese momento sus ojeras eran mucho más marcadas, profundas y grandes que nunca.El pelo también lo solía llevar algo despeinado, ocultando eso un poco con la gorra, pero estaba mucho más desaliñado que de costumbre.Su ropa tampoco se salvaba pese a apenas llevar; ya que aunque no estaba tan mal, llevaba el mismo abrigo(El cual era su favorito) con la palabra "Corazón" detrás y los mismos pantalones que la última vez que le vieron, los cuales no daban señales de haber sido cambiados en ningún momento --Además de estar arrugados--.Por último, sus ojos oscuros apenas brillaban y se encontraban algo rojos, signo de haber llorado.

-Está bien, aumenten la velocidad y emergan cuando estén a 50 metros de la costa -Y sin decir nada más se fue, supusieron, a una de las salas de operaciones que tenían en su "barco".Era uno de los sitios en los que el chico se encontraba más a gusto.

La verdad es que en cuanto habló, todos se sintieron mal por haber deseado en ese instante que no hubiera salido de la habitación.

Su voz estaba rota y algo ronca.Y todos sabían porqué, ya que pese a los intentos de Law de ahogar su llanto, en esos dos días se pudieron escuchar varias veces el como este lloraba de forma tan dolorosa y agónica que cualquiera que lo escuchaba se estremecía.Se miraron, intercambiando miradas, pero pronto decidieron ponerse a trabajar.

Law estaba sumido en sus pensamientos con la mirada perdida.Se había sentado en una de las camas de, efectivamente, la sala de operaciones, y había vuelto a sus pensamientos y recuerdos.Y esto no cambió cuando subió para indicarles donde atracar, ni cuando les dijo que sería él quien bajaría del barco.Todos se volvieron a sentir mal al aliviarse al saber que por fin se librarían durante un periodo de tiempo de ese aura indescriptible que emitía.

"Te extraño cada segundo de mi vida" Trafalgar LawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora