⚡Harco🍏

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-Podemos irnos ya?-reclamaba el rubio a su curso y moreno mejor amigo.

-Draco, ya cálmate. Cómprale algo a Harry para que dejas de ser molesto.-le contesta el moreno ya un poco irritado con su mejor amigo.

Draco hace una pose dramática

-Yo?! Molesto, yo!? Creí que éramos amigos.-decía indignado el rubio.

-Draco, enserio ya para.

-No te haré caso a ti, amigo falso.-dijo para  girar su cabeza al costado con los brazos cruzados en su pecho.

-Draco, estás armando un drama en el mundo muggle, te das cuenta?-le reclama en susurros el moreno al rubio.

-No me importa que el mundo completo se entere que eres un mal amigo, insultando me, diciendo que YO soy molesto. Draco Potter no es molesto señorito Blaise Weasley.-sigue el rubio con su drama ya característico en él, y sin darse cuenta que uso su apellido de casado en él y su amigo para que cuando se de cuenta de sonroje, mostrando su pálida piel con color carmesí que provenía del sonrojo.

-Así que, te llamaste a ti mismo Draco Potter.-se burló el moreno, haciendo a Draco enojarse por las burlas dirigidas al magnífico Draco Potter.

-Y a ti te llamé Blaise Weasley.-su burló el rubio aún sonrojado y enojado.-Bueno ya terminaste tus estúpidas muestras cursis?-reclama molesto el rubio.

-Sí, si, ya vamos.-responde después de pagar todo.

Saliendo del supermercado se despiden como los amigos que son, Blaise va a preparar su sorpresa y Draco va a otro supermercado.

-No hay nada bueno aquí.-pensaba el rubio Potter.-sera que en el mundo muggle no hay tarta de melaza?-sé preguntaba internamente.-me parece que no.-se auto responde.

Draco sin más que hacer se dirige a comprar los ingredientes, no le gusta cocinar ni ser cursi, pero tenía ganas de que su Alfa le mime y que mejor que dándole de su postre favorito? Sabe que tiene don para cocinar, ya que su querido esposo le enseñó para cocinar juntos cuando tenían libre de sus trabajos. Ya que tiene todo en el carro se dirige a el cajero a pagar. Cuando siente una mirada a su espalda, se da la vuelta y hay un tipo mirándole y guiñando le el ojo.

-Que idiota y asqueroso. -pensó fastidiado el rubio, algunos Alfas piensan que con solo guiñar el ojo los Omegas caen rendidos a sus pies, pura mentira. Draco Malfoy es difícil de hacer caer, más porque ama a su León y le es completamente fiel, al igual que su marido le es a él. Solo se aman a ellos y son fieles a su matrimonio. Pero realmente quiere golpear a aquel que se atrevió a mirar con lujuria al grandioso y único Draco Potter-Malfoy. Y eso hizo al salir de la tienda, pobre tipo le dejo con el ojo morado, marcas de cachetadas y un chichón en la frente, pero le pasa por "coquetear" mejor dicho-dar lastima-xon Draco Potter.

Draco al entrar a su casa comienza a hacer la tarta para Harry, en unas dos horas llegaría el antiguo Gryffindor para comer. Siempre cocinan la cena juntos, pero Harry no se esperara la tarta.

Terminando la tarta la guarda en una parte que duda que el Gryffindor vaya a ver, luego se sienta a esperar.

Minutos pasan, exactamente veinte y llego el Alfa de la casa, emocionado porque ese día era viernes  tenía libre toda la semana, él iba a dormir con su Omega hasta el otro viernes si era posible. Pero pasaría la semana con su hermoso rubio. Entró a la casa y lo primero que siempre hace es abrazar a su Omega y darle besitos en las mejillas, frente y labios mientras lo abraza.

-Hola, bebito. ¿Cómo estás?-le pregunta el pelinegro.

-Hola Harry. Todo bien, ¿Como te fue en el trabajo?-responde el rubio.

-Excelente, y aún mejor tengo libre toda la semana, lo vamos a pasar juntos desde mañana hasta el próximo viernes, ¿Que te parece?-decía entusiasmado el pelinegro.

-¡Me encanta! ¡Eso es genial! Vamos estar una semana completa juntos-grito entusiasmado también el rubio, sin poder evitarlo comenzó a besar las mejillas de su Alfa mientras le agradecía de anticipación la semana juntos.

-Bien, entonces vamos a cocinar, te parece?-pregunta el pelinegro dirigiéndose a la cocina.

-Claro que si.-responde aún feliz el rubio.

-Pues okay, que quieres cenar?

-Es algo que te sabe delicioso, y que siempre te digo que me encanta.-dijo el rubio.

-Mi pene? Draco eso puede ser el postre.-responde burlón el pelinegro sonrojado al Omega.

-¡¡Eso no!! La lasaña, Harry, la lasaña!! Malpensado!-le gritaba aún avergonzado el Omega, golpeando sin fuerza a su pervertido marido.

Harry solo podía reír, Draco es tan tierno sonrojado, aunque no solo así, siempre lo es.

-Pero es que a ti te encanta me lo dices siempre.-responde aún riendo el Alfa.

-Solo cocinemos y cállate, tonto.-responde el rubio buscando las cosas para cocinar.

-Pero mi pene será tu postre.-Dice tomando al rubio de la cintura sonriendo.

-¡¡HARRY!!-le pega en el pecho despacio para que le suelte, sin dañarlo obvio.

-Ya, ya perdón.-se disculpa riendo, ama sonrojar a su rubio.

Comenzaron a cocinar la lasaña, cuando se entregaban unos ingredientes y se tomaban de la mano sonriendo como la primera vez. Se siente el aura de amor al rededor de aquellos jóvenes enamorados. Sus amor no cambio nada desde que comenzaron a salir, de hecho, creció más. Y cuando se casaron saben que se amaran hasta la muerte, como dijo el cura.

Cuando la lasaña estaba en el horno, Harry como siempre comienza a besar a su rubio, sin pasarse de tono.

La lasaña estaba lista y servida para comer, se sentaron en la mesa, como no querían estar lejos Draco se sentó en las piernas de Harry y cuando Harry intentaba comer el rubio le besaba, compartiendo el trozo de lasaña con saliva de ambos.

Luego de la lasaña con besos Draco emocionado fue a buscar el postre de Harry. Harry solo veía a su Omega emocionado, se preguntaba que lo tenía tan emocionado y tan lindo que se ve su Omega en cualquier cosa y con cualquier emoción.

Draco había salido con la tarta en una caja para que a Harry le entre curiosidad. Cosa que si paso.

-¿Que hay dentro?-preguntó curioso y entusiasmado de que su nene le diera una sorpresa, al rubio no le gusta ser muy cursi como sus amigos lo son con sus parejas. Y a Harry no le importaban los regalos, ama el carácter y las demostraciones de cariño de su rubio.

-Abrelo.-le responde el rubio entregándole la caja.

-No es nada malo?-pregunta aún sonriendo, sabe que el rubio no se atreve a dañarle ni siquiera por dos millones de knuts. Y eso le hace sentir querido y en casa.

-Claro que no.-le responde el rubio frunciendo un poco el ceño.

Harry lo desataban un poco y lo abre de una al ver lo de dentro, Draco le hizo una tarta de melaza, su favorita y el rubio lo sabe.

-Tu..-intenta preguntar pero no logra terminar la frase.

-Lo hice? Si, estás viendo algo hecho por mis preciosas manos. Y si no te gusta te lo comes igual porque me esforcé... Por ti..-el "por ti" lo dijo en un susurro que no esperaba ser escuchado, cosa que no cumplió y si fue oído por su León, que sonriendo llamó a la serpiente para sentarle en sus piernas y disfrutar como lo hicieron con la lasagna, con besos y saliva. Así después de terminar la-deliciosa-tarta de melaza Harry carga a Draco sosteniendo el trasero del rubio y el rubio con sus manos alrededor del cuello  y sus piernas enredadas en la cintura del Alfa. Harry subió las escaleras, se pusieron el pijama con un hechizo, y abrazados con unos cuantos mimos se quedaron dormidos con una sonrisa grande por parte de Harry y una pequeña con sonrojo por parte de Draco.

Slytherins OmegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora