Capítulo 3: ¿mi salvador?

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-¿Necesitas ayuda?- Ella recordó haber visto a ese hombre en el bar. Estaba con Jiraiya y ese maldito Uchiha. Sus ojos todavía tenían lágrimas, que trató de secar rápidamente.
-Hola... Mi auto se quedó.
-Disculpa, nos conocimos el otro día en Luna. Mi nombre es Kakashi Hatake, soy profesor de anatomía y otras materias de medicina- él sentía cierto miedo en ella que no le gustaba y recordó los dichos de su amigo -Quiero disculparme por los comentarios de mi amigo, yo no pienso eso que él dijo. Sabes me pareció que ya te había visto antes, no sabía que estudiabas aquí.
Ella lo miró sorprendida. Sin duda era un hombre más grande que ella, pero se veía condenadamente sensual. El lunar cerca de su boca y sus facciones masculinas perfectas la dejaron en blanco por unos instantes.
-No es la primera vez que alguien confunde nuestro trabajo y no creo que sea la última lamentablemente. Pero gracias por decirlo.
-Abre el capó del auto. Voy a ver qué sucede.
-Está bien- ella le hizo caso. Mientras que él revisaba su auto.
-Creo que ya sé que pasó.
-¿Es algo muy malo?- dijo ella preocupada.
-Terrible...- él notó la cara de miedo de la joven y sonrió ante ese rostro inocente y tierno -No, mentira. Simplemente se quedó sin batería. Quizás dejaste algo encendido.
-Oh que tonta- dijo apenada.
-A cualquiera le puede pasar. Le vamos a poner una carga de batería por un rato así por lo menos puedes sacar el auto de aquí. Espera que ya lo traigo.
-Muchas gracias, señor Hatake.
-Si me dices señor no lo haré- dijo con una sonrisa atrevida -Tu nombre es Hinata, ¿no?
-Si, Kakashi- ella le sonrió.
-Así me gusta más. Espérame que ya regreso.
Cuando el peliplateado se alejó, Hinata vio el mensaje en el que Shino le avisó que por un inconveniente no podría llegar a buscarla. Por lo que ella dependía de la ayuda de ese inesperado héroe maduro.
Él volvió con su auto y conectó un aparato con un enorme alargue hacia su auto, que era bastante espectacular. Un auto negro muy elegante y deportivo. No sabía exactamente su marca, nunca le interesó demasiado el tema automotriz.
-¿Cómo es que un docente de está universidad sabe tanto de mecánica?
Él se empezó a reír.
-Veo que tú también tienes tus prejuicios.
-Perdón.
-No es nada. Yo era mecánico. Mi padre tenía un taller y pagué mi carrera trabajando en el taller de mi familia. En realidad, recibí una beca. Pero medicina es una carrera cara por sus libros y materiales, así que debía costearme todo solo.
-Es un gran logro. Yo también soy becada y sé lo que eso significa.
-¿Qué carreras sigues?
-Letras y administración.
-Extraña combinación- dijo el varón con esa sonrisa traviesa que a ella tanto le gustó.
-No... si estudias para armar una empresa editorial.
-En eso tienes razón, ¿Y por qué ese emprendimiento en particular?
-Porque viene de familia- lo dijo sin pensar.
-Oh tu familia, ¿Tiene una editorial?
-eeehhh no... Si. Disculpe hace mucho que no veo a mi familia- bajo el rostro femenino cayó la sombra de la pena.
Y quién más que él sabía lo que puede significar el pasado en cuestiones familiares. Su padre se había suicidado, luego de que falleció su mujer por el cáncer y las deudas del tratamiento oncológico, lo dejaron prácticamente en bancarrota. De un momento a otro perdió a toda su familia y se quedó envuelto en miles de deudas, que con mucho esfuerzo fue levantando.
-¿Te gustaría tomar un café?
Ya habían pasado cuarenta y cinco minutos, mientras la batería se cargaba y comenzó a bajar la temperatura.
-No podemos dejar los autos solos.
-En realidad, pensaba dejarte aquí y me cruzaría hasta la estación de servicio de enfrente para comprar los cafés allí.
-Oh jajaja si, es una buena idea- ella se ruborizó -Pero es que ya lo estoy molestando tanto. No sé cómo agradecerle el haberme ayudado en este momento.
-Primero, deja de tratarme de usted. Segundo, puedes ir a cenar conmigo después de que solucionemos lo del auto.
-Lo primero lo puedo hacer. Pero lo segundo hoy no puedo cumplirlo.
-¿Es una negativa permanente a cualquier salida?
-No. Es una negativa sólo por hoy, dado que mañana tengo un examen- él le marcó su bella sonrisa. Había algo en él que la hacía sentir cómoda. Aunque le daba vergüenza que lo primero que conoció de ella fue su trabajo. Y contestó con un fuerte ardor en su cara, estaba completamente roja.
Kakashi se dirigía a la estación de servicio de muy buen humor. Esa chica había llamado su atención desde el primer momento que salió del escenario. Sus curvas eran increíbles, su inocencia la hacía muy tentadora. Pero ahora que ya había hablado con ella, se dio cuenta de que esa inocencia no era un acto para parecer un ángel, era parte de su personalidad.
Los dichos de Sasuke arruinaron la posibilidad de que se acercara a su mesa nuevamente. Pero él sabía que ya la había visto en otro lugar. Bendito el momento en el que su auto se quedó sin batería para darle está posibilidad de oro. Y no la pensaba desaprovechar.
Iba felizmente caminando hasta que un auto imponente y conocido pasó por delante de él. La ventanilla del conductor se bajó y pudo ver el rostro de su amigo.
-Sasuke, ¿qué haces aquí?
-Vine a cargar mi auto, ¿y tú?
-¡No sabes a quién me encontré! A la bailarina que tú insultaste el otro día.
-Hmp... Es mi alumna y volvimos a tener una discusión. Le hice ver que ella no podrá seducirme.
-Pero ¿Por qué? ¿Trató de seducirte?
-No. Pero si estaba en mi clase es por algo.
-¿Y ella qué hizo?
-Me pegó una cachetada y me dijo que si le volvía a decir algo similar me acusaría se acoso. Justamente a mi, jajaja puedes creerlo.
-Ahora entiendo por qué lloraba y estaba asustada, cuando la encontré en el auto. Definitivamente, eres un idiota.
-¡¿Qué?!- le sorprendió que ella realmente estuviera afectada por sus palabras, delante de él se mostró altiva y orgullosa.
-¿Ella te dijo algo?
Cuando estaba por responder una presencia femenina los interrumpió.

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⏰ Última actualización: May 18, 2021 ⏰

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