¿Orgullo o amor? Sasuhina

Capítulo 2: ¿Qué haces aquí?

Cuando la clase terminó y los estudiantes iban saliendo del curso, Sasuke decidió hablar con su alumna, algo raro había en su presencia.

-Señorita Hyuga, necesito que se quede aquí para discutir con usted unas cuestiones.

Hinata levantó su mirada. Algo trae entre manos ese hipócrita prejuicioso, pensó.

-Está bien, profesor- odio que se vea tan bien, qué dominios estoy pensando.

Ya cuando quedaron solos, Sasuke se levantó de su escritorio y se acercó a ella para tomarla del brazo.

-¿Qué intenta hacer, Hyuga? Piensa que va a conquistarme viniendo a mis clases, de las cuales no sé cómo se infiltró- Ella se soltó y le dio una cachetada.

-No vuelva a tocarme. Yo vengo a esta universidad hace cuatro años, estoy por terminar mi carrera. No estoy aquí por usted, es más, tengo la mala suerte de que se cruce en mi camino. Si no quiere que lo denuncie por acoso es mejor que mantenga la distancia. Hasta luego. 

Hinata salió enfurecida del aula, dejando a un Sasuke completamente en shock dado que pensaba que esa mujer se le tiraría encima como tantas otras. ¿Ella quiere denunciarme por acoso? ¿Esa es su manera retorcida de conquistarme? ¿Estudia aquí hace cuatro años? Debo investigar su estado académico.

Maldito Uchiha, es igual que todos estos hipócritas poderosos, se creen superiores por su dinero o aspecto, y con eso piensan que tienen el derecho de ofender o maltratar a las mujeres. Ella se dirigía al estacionamiento hecha una furia, no era la primera vez que se enfrentaba a esa clase de hombres. Su vida había sido marcada por un padre ambicioso e inescrupuloso, que al formar una nueva familia con una mujer adinerada la echó de su casa, por un hecho del que era inocente.
Ella nunca espero que la muerte de su madre desencadenara un cambio rotundo a su acomodada vida de niña rica. Hinata nació en cuna de oro. Sus padres eran de la alta sociedad. Pero unos negocios que salieron mal en la editorial de su padre y la muerte de su madre en el parto de su hermana, los dejaron muy mal parados económicamente. Sin embargo, su padre no perdió el tiempo en lamentaciones y se casó rápidamente con una mujer que aborrecía a Hinata, tanto que el hombre que le dio vida decidió echarla de su hogar. 

El motivo de esa abrupta decisión fue que los hijos de la nueva mujer de su padre quisieron violar a Hinata. Pero por la manipulación de la madre de los jóvenes, fue Hinata la que recibió la culpa y el castigo.  Ella se salvó porque los empleados de la casa los interrumpieron y la defendieron. Mei, su madrastra, le llenó la cabeza al hombre, diciendo que la joven los había provocado y que era una desvergonzada que buscaba con sus atuendos y su comportamiento, seducir a ambos jóvenes.

-Pa pá e llos qui sie ron abusar de mi- lloraba una Hinata de 17 años, que aún no comprendía por qué su padre estaba enojado con ella.

-Cállate, eres una desvergonzada. Te vas ya mismo de esta casa.

-¿Qué? ¿Adónde me podría ir? No conozco a nadie, no me puedes dejar así, padre. Ellos quisieron abusar de m- No pudo terminar de decir la frase cuando sintió una cachetada de la mujer de su padre.

-Limpiate la boca cuando hables de mis hijos, maldita arrastrada. Te vas ya de esta casa- Hinata sentía el dolor en su mejilla, pero lo que más le dolía era que su propio padre no creía en ella y la dejaba en la calle. Un sentimiento oscuro creció en ella, algo que nunca había sentido, era odio y dolor.

-Está bien me iré, pero verán que los dejaré en la ruina, esto no se quedará así. Defiendes a violadores antes que a tu hija, eres un maldito cobarde. Y usted puede irse al infierno a donde pertenece. Cuando sepan de mí será su fin- Hinata no supo de dónde salió todo eso.