Escrito por: Attila
Traducido por: peoniesforLan
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El vórtice resulta llevarlo a una cabina vieja y aislada muy cerca de Muelle de Loto, el lugar donde la familia real, los Jiang, residen. Para llegar allá, Lan WangJi tiene que caminar un poco hasta terminar en la polvosa carretera donde cientos de personas caminan o cabalgan con sus respectivos caballos. Muchos están emocionados por el baile de máscaras, y el lugar resuena de las risas y los cuchicheos de la gente, de los relinchos de los caballos, y de los padres regañando a sus hijos malcriados. Tal parece que toda la nación ha llegado para competir por la mano del casi miembro de la familia real.
Lan WangJi camina al lado de un grupo de doncellas alegres que llevan antifaces de flores a juego. Ellas se quedan mirándolo extrañamente, pues al ver sus finas túnicas blancas, es probable que estén preguntándose por qué alguien como él está caminando. Ellas lo saludan amablemente y él se queda callado mientras escucha la conversación de las doncellas: hablan de las personas con las que ellas esperan bailar, de las personas que ellas esperan ver, e incluso hablan de lo encantador que es el hijo adoptivo de la familia real a pesar de todos los escándalos que lo rodean. Lan WangJi se abstiene de decirles que encantador no es palabra suficiente para describir a Wei WuXian.
El palacio de Muelle de Loto, a diferencia de la Profundidad de las Nubes, es un lugar que emana calidez y acojo, mas Lan WangJi no piensa en eso. En lo único que piensa es: estos son los caminos que Wei WuXian camina, estos son los lagos que Wei WuXian nada, estos son los árboles que él trepa. Él está tan inmerso imaginándose a Wei WuXian que apenas nota sus alrededores, y cuando presenta su invitación y entra minuciosamente por la parte trasera del enorme salón–
Ve a Wei WuXian. Al verdadero Wei WuXian. Está parado junto al estrado con uno de sus brazos encima del hombro de un joven que tiene que ser el príncipe Jiang WanYin. Wei WuXian está haciendo reír a la princesa Jiang YanLi, y él mismo tiene una sonrisa en sus labios que apenas puede reprimir. Viste ropas de seda negra, y su antifaz es rojo, naranja y amarillo, tal como si fueran llamas adornando sus pómulos. Se ve peligroso. Es la personificación del problema mismo, listo para causarle un aneurisma a Lan QiRen por el solo hecho de existir.
Se ve hermoso.
Lan WangJi trata, con impotencia, de calmar su errático corazón. Él quiere ir hacia Wei WuXian y decirle... y decirle–
Pero a Wei WuXian no le gusta Lan WangJi. Nunca le ha gustado. Él probablemente se reiría y le diría, ¿Lan Zhan? ¿Qué hace alguien tan aburrido como tú aquí?
Es mejor si no lo saluda. Se supone que Lan WangJi no esté aquí después de todo. ¿Qué puede decirle de todos modos? ¿Si tienes que casarte con alguien, que ese sea yo? Lan WangJi se avergüenza al instante, camina hacia la esquina del salón y se para junto a la ventana para observar todo desde ahí sin llamar la atención. Desde aquí puede escuchar la risa de Wei WuXian, así que, al menos, el hombre se ve feliz. Sin embargo, cuando Wei WuXian observa el mar de jóvenes caballeros y doncellas emocionados por bailar con él, su expresión decae momentáneamente.
Lan WangJi quiere sostenerlo, llevárselo y esconderlo hasta que Wei WuXian pueda reír de nuevo. La expresión decaída de Wei WuXian desaparece al instante y prosigue a darle palmaditas al hombre de Jiang WanYin antes de caminar hacia la multitud de gente. De inmediato, el centro del salón se despeja mientras Wei WuXian camina de mano con una hermosa doncella que se ve inmensamente feliz. Wei WuXian se inclina ante el rey y la reina, quienes están sentados en el trono. El rey le sonríe con satisfacción, mientras que la reina lo mira con el ceño fruncido. Como si fuera una señal, la música empieza, y el baile también.
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тodα тυ νιdα ѕoñαráѕ cση eѕтo ʷᵃⁿᵍˣⁱᵃⁿ
FanfictionLan WangJi debe decir que no. Debe decirlo. Vuelve a mirar el antifaz y, debajo de ella, está el papel suave color cremoso de la invitación. Él podría presentar esta invitación, colarse en el palacio y- -Ve a verlo, WangJi-Lan XiChen dice en voz baj...