2. La casa de Dai

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Nos bajamos del auto y Dai ya está parada en la puerta con una sonrisa enorme. Mi mamá bajó corriendo del auto y le dio un abrazo a Dai. Me sorprendió no ver a ninguno de sus hijos con ella, pero no le di importancia ya que podrían estar adentro de la casa o en el patio. La verdad estoy de muy mal humor por la charla con mi mamá y no estoy en condiciones de conocerlos, ya que les tengo que caer bien si voy a convivir mucho por los viajes de nuestras mamás.

-Hola Dai.- digo con la mejor sonrisa que puedo fingir.

-Hola Dani, estás enorme, Marco y Lucas están en fútbol y Sarah está en su cuarto.- Sarah es la que menos  "miedo" me da conocer- ¡Sarah!.- gritó Dai y Sarah bajó las escaleras con un libro que dejó sobre la mesa.

Desde la puerta se puede ver el interior de a casa, es muy linda y muy grande.

-Mira- le dice Dai a Sarah- ella es Nadia, de la chica que de hablo siempre.- Sarah se acerca a saludar a mi mamá. Ella es una chica muy linda, usa unos anteojos con marco negro muy delicados, tiene unos ojos verde oscuro y el pelo es marrón oscuro, parecido al mío, corto a la altura de la clavícula.- Y ella es su hija Daniela.- continuó Dai

-Hola, mucho gusto.- digo pero al segundo me arrepiento ya que soné muy formal.

-Hola, yo soy Sarah, ¿Queres pasar?- Me dijo en un tono amable, yo solo asentí y entramos. Ella comenzó a darme un recorrido por su casa,.

Empezamos por la cocina, luego el living, la pileta, el comedor y el cuarto de sus padres que estaban en la planta baja de la casa. Luego subimos las escaleras y me empezó a mostrar las habitaciones de el primer piso. La primera habitación es la de Lucas, es bastante grande y tiene un piano chiquito en su cuarto. La de ella está al lado de la de Lucas y es del mismo tamaño, ella tiene una biblioteca enorme en una de sus paredes, el sueño de todo lector. Después me mostro la habitación de Marco, que esta en frente de la de Lucas, era un poco mas grande que la de sus hermanos, tiene una pequeña biblioteca en una esquina, una guitarra criolla y otra eléctrica acompañada de un parlante y una caja que parecería tener cables y púas, la cama, que es bastante grande, en la esquina contraria a la de las guitarras hay un escritorio al lado de la puerta con una computadora y lo que parecería una caja con collares anillos, etc. Está un poco desordenada, pero es mi favorita hasta ahora. Salimos de esa habitación y me estaba por mostrar la mía hasta que una voz la interrumpió.

-Lucas- dice Sarah -pensé que estabas en fútbol- le dice ella en un tono confundido.

-Mamá me dijo que Nadia y su hija la llegaron.- hubo un silencio por unos segundos, Lucas me miraba intentando descifrar algo y eso me hacia sentir incomoda, hasta que el dice- Supongo que tu debes ser Daniela, la hija de Nadia.

-Sí,- me apresuro a responder- mucho gusto-¿Por qué sigo sonando tan formal? Deben ser los nervios.

El solo me da un sonrisa amable y se encierra en su cuarto, que pocos modales, pienso.

Sarah sigue el recorrido saltándose "mi habitación" para mostrármelo al final y que pudiera acostumbrarme.

Mi habitación es bastante parecida a la de Marco solo que vacía, solo tenia la cama, el ropero, un escritorio pequeño y una pequeña biblioteca.

Aprovecho que Sarah se fue y me tiro a la cama, estoy muy cansada. En eso distingo una silueta humana apoyada en el marco de la puerta y me levanto de un salto por el susto. Me quedo paralizada al ver a un chico alto de pelo muy oscuro y ondulado, con unos ojos celestes y una mandíbula definida. Parecía una tonta, no había dicho ni una sola palabra y estaba ahí parada, solo existiendo, quieta como una piedra mirando a ese chico, hasta que el rompe el silencio.

-Hola, soy Marco- dijo con una voz fría -supongo que tú eres Daniela- y sin dejarme decir ni una sola palabra de se da la vuelta dirigiéndose a su cuarto y me dice- si buscas a Nadia, está en el patio con mi mamá.- y se va hacia su cuarto, que está al lado del mío, y se encierra ahí. Que costumbre rara que tienen estos chicos de encerrarse después de conocer a alguien. Al minuto se empieza a escuchar el ruido de una ducha así que supuse que se fue a bañar y me volví a sentar en la cama.

¿Qué me pasa? yo no soy así, yo nunca fui de esas chicas que se quedan paralizadas al ver a un chico, de hecho estoy acostumbrada a tener chicos a mi alrededor ya que a Laia, mi mejor amiga, le encanta pasar las noches con muchos chicos que se le insinúen, yo, por el contrario, prefiero parar un buen rato y listo, bailar, charlar un rato pero nada más, no estoy interesada en  pasar cada noche con chicos diferentes que desaparecen por la mañana, pero tampoco quiero quiero algo serio con alguien, lo se, raro, pero estoy bien así y no voy a dejar que un chico cambie eso y menos uno que acabo de conocer.

Una voz rompe mi burbuja del pensamiento 

-Daniela, debemos ir a casa.

-Ahora bajo mamá.

Bajo las escaleras, saludo a Dai, Sarah y Lucas y noto que Marco no está, procuro no darle importancia. El sol ya esta bajando así que nos fuimos.

La casa es hermosa, parecida a la de Dai, solo que con menos habitaciones. La habitación que esta en planta baja se la quedo mi mamá y yo elegí la mas grande de las dos que habían en el primer piso, supongo que la otra va a ser para los hijos de Dai, pero noté que no entrarían tres camas ahí, pero prefiero no pensar en que tendría que compartir habitación con alguno de ellos. Me pongo a acomodar todo y noto que hay un ventanal que da a un balcón chiquito. Una voz interrumpe mis pensamientos.

-Dani- mi mamá entró a mi habitación- ordena lo que puedas y vístete más formal que vamos a ir a cenar con Dai y la familia.

Estoy muy cansada pero no tengo otra opción así que solo asentí y mi mama se fue del cuarto.

Decidí salir al balcón que daba a la casa de Dai, podía ver la ventana de mi habitación y la ventana de la habitación de Marco. Marco... pensar en el me hace recordar a como quede paralizada como una idiota, ojalá no pase lo mismo esta noche.

Me di un baño y me puse un vestido pegado al cuerpo simple color negro, con una campera de jean sobre los hombro, solo por las dudas ya que estamos en verano y no es muy seguro que haga frio a la noche, acompañe el vestido con unas botas bajas negras, un reloj dorado, una cadenita dorada que la llevo siempre puesta y dos anillos en la mano izquierda.

Al terminar de arreglarme agarre mi celular y bajé las escaleras, mi mamá ya estaba lista, agarro las llaves del auto y nos fuimos, supuse que Dai ya estaba allí ya que su auto no estaba estacionado en frente de su casa. Estoy nerviosa, ¿por qué? no lo se, capaz por tener que ver a Marco, ¿Qué me pasa? obviamente no es por Marco, no puedo permitirme que sea por Marco.

Mi corazón se acelera cuando siento a mi mamá estacionar y ver el restauran en frente. 

Ya llegamos...

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Bajo la músicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora